Vuelvo a las calles del centro con las personas caminando por ahí o tomándose fotos con las estatuas que hay por ahí, siento que está cerca, se siente más tranquilo al no detectar que nadie esté cerca o lo detecte, será fácil hacer el trabajo, solo lo ayudo a confiar en mí y después volvemos a la mansión. Para mi suerte, los callejones son lo necesariamente anchos para manejar sin quedarme atorado o lesionarme, invoco la habilidad del silencio antes de que el sujeto me detecte.
— Da mihi difficile facultatem mitten —en segundos el ruido provocado por la motocicleta y el sonido del cuero contra cuero desaparece dejando un silencio muy cómodo para mi gusto, si me ayuda a hacer mejor mi trabajo es muy bueno.
Por cinco minutos doy vueltas por todos los callejones de la zona hasta finalmente encontrarme al chico en posición fetal en un negocio que dejaron abierto cuando lo clausuraron, era de los que fueron víctimas del demonio de la grieta, mató al dueño del negocio y como las personas no podían soportar más de cinco minutos por los escalofríos que causan los lugares donde un demonio mata a alguien, los demás podemos soportar esos efectos sin tantos problemas. El chico está totalmente verde por una acumulación de clorofila, muy normal en estos casos, su cabello es rizado con algunas hojas que brotan de ahí. El chico se asusta al verme pensando que lo voy a quemar o algo parecido por ser verde o por lo menos voy a juzgarlo, pero le demuestro lo contrario. Al acercarme veo que era de los clientes fieles de la pizzería, cada semana le llevaba una pizza de salami con picante y orilla de queso.
— No te asustes, soy Nick, un cazador de demonios y responsable de adaptarte a tu nueva vida.
— ¡Soy un tronco con piernas! No soy normal —este es el otro lado de la moneda, o están asustados o enojados sin llegar a la violencia.
— Uno, eres un plantario, un humano vegetal; En segundo, eso es cierto y ya tienes la suerte de ser inmune a las posesiones demoniacas.
— ¿Qué eres? Eres…el chico de las pizzas —no fui el único que reconoció al otro y me divierte cuando algunos míticos solo piensan en la pizza al verme.
— Es una larga historia, en resumen, soy un cazador de demonios, tengo habilidades sobrehumanas para derrotar a los demonios y tú eres un mítico, un ser sobrenatural y humano a la vez que tiene características especiales, en tu caso tienes más energía, no tienes necesidades de comer o dormir y la mejor parte, eres inmune a ser poseído por un demonio. Como te pueden descubrir tienes que venir a un lugar para ayudarte a adaptarte a tu nuevo yo y al final puedes volver a tu antigua vida —no se ve tan convencido, todos aceptan con decirles que los protegeré y los ayudaré a ser normales. Tendré que ir a lo más obvio—. Soy el único que sabe cómo volver a tu color normal.
— Está bien, pero solo porque tus pizzas son deliciosas —le doy una lata de bronceador y el otro casco de la moto, aunque fuera a grandes velocidades todos notarán el color verde de su rostro—. ¿Para qué es esto?
— La herramienta para que no se fijen en ti durante el camino. Por cierto, gracias por tu amor por nuestras pizzas.
Llegamos a la mansión en diez minutos donde hay un silencio arrollador, nadie habla y todos están en habitaciones diferentes. Por suerte Leon es un gran compañero de casa e inicia con la conversación.
— Con que a eso te referías que era un plantario, yo pensé que sería alguien en forma de un vegetal o con uno brotando de su cabeza.
— Sip, solo es un humano con células vegetales, sin ofender, ayúdame a hacer un agujero, tenemos que deshacernos de toda esa clorofila extra —los plantarios son igual que un árbol que puedes comprar en un invernadero y plantarlo en tu casa, hay que enterrarlos hasta las rodillas para que la clorofila salga del cuerpo como el sudor. Y mientras hacemos la divertida y perturbadora actividad de cavar un agujero para enterrar a alguien parcialmente, le cuento el ABC de la otra cara del mundo sin hablar en ningún momento del innombrable. Leon le cuenta sobre su reacción de su transformación y después me veo obligado a contar como obtuve mi poder de clarividencia sin verme más arrogante de lo usual.
— Hace una hora era un game tester y ahora soy un plantón…
— Plantario —lo corrijo impulsivamente.
— Eso, no sé qué es. ¿No se le hace raro a nadie que una persona desaparezca y vuelve después de 5 meses o que una mansión que el gobierno mantiene sea un centro de entrenamiento?
— Es un centro de rehabilitación por así decirlo, no es una prisión, pueden comunicarse con quien quieran y si su aprendizaje es muy eficiente los llevo personalmente a visitar a los que deseen, además, mis padres se encargan de todo el papeleo tomando como beneficio la poca visibilidad que tienen los normales hacia lo que sucede en todo el mundo, he llegado a matar un demonio cerca de una persona y no ve o escucha nada al bloquear esa parte de su cerebro, se censura automáticamente en su cabeza.
Le ordeno que ponga las piernas en el hoyo y después lleno el resto del hoyo con la tierra, lo que sobra lo dejo acumulado en donde no está plantado él u otras plantas, dejándola para plantar cuando finaliza la temporada, una de mis actividades favoritas. Iría a descansar por un momento si no llegara una carta del consejo, aterriza en mi mano al llenar un vaso con agua avisando una nueva reunión mañana en la tarde, solo pido que no haya tantos problemas, se supone que debía ser la semana siguiente, el consejo sabe que esta semana estoy ocupado al igual que la líder de los licántropos, encargada de entrenar a los recién infectados, como me refiero a la mordedura de los hombres lobo, y ayudarlos en su nueva vida, ella hace mí mismo trabajo exclusivamente con licántropos, por ley sagrada los que se transforman en míticos por mordida o infección deben ser ayudados por sus iguales, son raros los casos donde me hago responsable de un vampiro o un hombre lobo, de tantos míticos que han llegado a la mansión solo ha habido una chica vampira, Catherine, los demás solo vienen por sangre artificial que guardamos y a pedirnos ayuda con esos cazadores de vampiros errados, están parcialmente correctos.
Editado: 02.03.2024