La casa ya ha sido limpiada en su totalidad, cuando me fui con la excusa de desahogarme en el puesto de licor en el parque aprovechando el festival de verano que se montó el mismo día en el que recogí a Leon, le envié fotos tirando los vasos de licor vacíos en el bote de la basura y hacerle ver que no estoy contaminando. Una gran ventaja de ser un cazador es la dificultad para embriagarse, ya estuviera ebrio tirado por ahí sino fuera por mi sangre pura, si llegara un demonio de rango podría derrotarlo con las manos vacías.
Me voy directamente a la habitación de Catherine tras saludar a los demás y ponerlos al día, Valentine se llevó la segregación de demonio y me avisará en una semana, también me lavo los dientes por el asqueroso olor del licor que ella huele con más precisión. Entrar a su habitación en pleno atardecer (cinco veces peor que la luz solar por una extraña razón aún no descubierta) no están simple como abrir la puerta, primero debes bajar las cortinas de tela negra y gruesa alrededor de la puerta, después pasar por otro pasillo de seguridad por si a alguien se le olvida hacer el primer paso, y finalmente entras a su habitación con focos especiales, sirven para simular la luz solar sin dañar su piel. En lugar de estar en su cama odiando ser una vampiresa (ella nunca lo ha tomado bien, me entristece ver cómo perdió la esperanza y ni las conversaciones con Josh y conmigo la pueden motivar a ver una ventaja de ser vampiro, su vida cambió por alguien que ahora está en quién sabe dónde).
— Hablaste con Valentine en el bar —adivina el tema de conversación sin haber dicho una palabra, no será una de sus habilidades, pero se le da bien tener conexiones—. Víctor me lo dijo, además, tu habitación está cerca.
— No vine a sobornarte, solo Valentine hace eso, vine a hablar, he estado tan ocupado últimamente que no he hablado contigo, ¿en qué punto todo pasó de ser días ocupados a un simple desastre?
— En ninguno, si algo he aprendido en cinco años es la larga transformación de algo bueno a malo, ese idiota me mordió sin decirme un “ah, tal vez te conviertas en vampiro” y sin saberlo ya estaba condenada. En tu caso es tan cruel ver cómo te apartaron con la primera excusa, siempre vi esa esperanza y amor a quién eres y a tu trabajo, otros son tan idiotas y narcisista para confiar por un minuto en ellos.
— ¿Hablas de Valentine? Lo experimenté al saber que votó en mi contra —ella asiente cambiando la canción de un reproductor de música que le regalé en su primer aniversario de estadía en la mansión—. Por eso no quieres ir a ese bar nocturno.
— No tanto, digo, ese tipo me usaría como empleada sin paga, lo desagradable de la idea es la poca comunicación —me duele el estómago la idea que tiene Catherine sobre Valentine, un tipo egoísta pensando siempre en el interés personal, en sí no está tan errada, solo no sabe el gran aprecio que le tiene Valentine al considerarla como su pequeña hija. No he tratado de convencerlos e hacer las paces entre ellos por respeto a ambos, el mismo Valentine sabe y reconoce la indiferencia hacia él, no me manipula para convencerla de perdonarlo por eso mismo, no hay nada que perdonar—. Aquí cuento con Josh y contigo, me siento más humana al sentirme identificada y saber que no estoy sola, allá fui solo un día y parecía estar en clases todo el día. Oye, ¿y cómo llevas lo de tu expulsión?
— Todo menos bien, he perdido esa pasión en mi vida gracias a un desgraciado infeliz, hice tanto para joderme al final y perderlo todo. Seré sincero, es lo más cercano para mí a lo que sentiste, trabajaste tanto para alcanzar tus sueños y por un idiota irresponsable al futuro es incierto.
— Eso es cierto, lo bueno es que tenemos una oportunidad de vengarnos, si con matar al vampiro volvería a tener mi vida anterior lo haría sin pensarlo, tú sí puedes recuperarlo todo y haz lo que sea necesario, hazlo por ti y por nosotros, no me podría imaginar una vida sin ti y tu gran carisma.
— Eso quiero hacer, si ese marcado no hubiera aparecido todo marcharía bien, mi única preocupación es no ponerme límites, eso lleva a la locura o a la maldad a muchos, llegan a afectar a inocentes y no quiero eso, ese no sería yo, no quiero lastimar a nadie, sobre todo a ustedes.
— Sabes bien que puedes acabar con mi vida en cualquier momento, no me opondría, no tiene chiste vivir si es en la oscuridad siempre.
— Cath, jamás te haría daño por más motivos que pudiera tener, fuiste de mis reclutas más queridos y lo sigues siendo, la culpa me seguiría hasta mi muerte al terminar con tantas posibilidades y posibles momentos felices de tu vida. Fui con Valentine en busca de venganza contra KnamGam —esa frase sale de mi boca sin darme cuenta, llamando su atención más no sorprendiéndola.
— Entonces sí estás planeando tu venganza —ella dice de forma tan casual, poniéndolo como una acción tan común en mí, es muy lista o sabe demasiado para adivinarlo—. Que ese marcado pague el precio.
Bajo a la cocina en busca de llenar el estómago, esa charla con Catherine ha sido reflexiva, después vomité en el baño lo poco que tenía, se me olvida que el licor me provoca vómito. Mi instinto obsesivo me obliga a hacer una lista de compras antes de hacer un sándwich con lo restante, veo a Leon caminar por una manzana en el frutero en la mesa con cinco manchas de aceite, alguien ha cocinado sin limpiar bien, Kevin limpia la mesa a profundidad y me pide productos de limpieza, por ahora saco el queso… ¿Leon caminando siendo un tritón? Volteo sorprendido al chico todavía en la cocina sonriéndome, su cola azul y blanca ha sido reemplazada por sus piernas conservando aletas dentadas en sus pantorrillas y sus branquias, ahora me siento peor, ha podido transformarse en humano sin que yo lo supiera, sí me alegro mucho por él, ha logrado lo que pocos marinos pueden, adquirir forma humana, es un gusto por su deseo ahora cumplido, es una pena no ponerla la suficiente atención para felicitarlo.
Editado: 02.03.2024