Llegamos a la mansión aplastando un montón de serpientes rodeando el lugar, una entrada genial, si antes ya estaba hecha un desastre, ahora un castillo de la época dorada de Valentine se ve mejor. Las paredes se han vuelto grises con raíces negras de las que brota un líquido morado, un demonio está junto con Taemodeo, los jardines no se pueden recuperar por más agua o nuevas plantas que siembren en la parte menos afectada, este lugar ha quedado maldito, cuando eso sucede la energía demoniaca absorbe toda la vida vegetal causando una extraña falta de oxígeno, olor a azufre no tan potente y una vibra muy pesada, no afecta a los animales en ningún sentido, solo a seres que no se pueden mover de su lugar, siendo el caso de las plantas. Regaño a Nate por querer beber de la fuente, igual de degradada.
— Solo es un sorbo de agua, estoy sediento —me contesta alejándose de la fuente a regañadientes.
— Estamos en un lugar maldito, el agua ya no es potable, incluso una gota es mortal por el efecto demoniaco.
— Ya entendí, no beber de esa maldita fuente.
— Luego siguen discutiendo sobre la maldad del lugar, registremos la mansión del diablo —nos ordena Valentine abriendo las puertas del lugar, que se caen a pedazos al instante—. Ha de estar en el primer piso, esas escaleras no resistirían ni una sola pisada.
La entrada es más antigua, quizá sea como eran antes las mansiones de los cazadores, vestíbulos enormes con unas escaleras centrales en el fondo terminando en un muro de mármol, en este caso ya está de color café, con el símbolo familiar cazadora, que en su caso son dos palmas rodeadas por un lazo de runas y a la mitad está insertada una daga. Su símbolo no se ve tan trabajado, tal vez sea por el paso del tiempo aunado al descuido total, el de mi familia es una estrella de 4 puntas, similar a la estrella cardenal, con dos ramos curvos de olivo debajo y dos hachas saliendo de la parte de arriba de la estrella, antes éramos hacheros y vendedores de armas en general, cuando el mundo empezó a conectarse se perdió el significado de las hachas y pasaron a ser un mero adorno, aunque tenemos nuestra habilidad con esas armas, usé primero un hacha que una espada; el de la familia Savelo es el símbolo más simple que he visto, una luna menguante con una estrella detrás y dos espigas de trigo a los lados, rodeando la mitad inferior.
Evitamos la sala principal, nos han enseñado que jamás nos dirigimos a lugares grandes o pequeños, son donde hay más oportunidades de caer en una trampa por el poco espacio de defensa en lugares pequeños, y la posibilidad de una emboscad o trampas elaboradas por el suficiente espacio en lugares grandes, nos vamos al recibidor (ahora sí agradezco las clases de arquitectura de mis padres o no me ubicaría bien). El recibidor luce exactamente como la oficina de mis padres, con el mismo papel y las telarañas en su lugar más el filtro demoniaco faltante en mi casa; si estoy correcto, encontraré la biblioteca tras cruzar la puerta cercana a la esquina de la ventana con el florero. No lo hago considerando la cantidad de telarañas que ha de haber en ese lugar, si en mi casa se acumularon por montones en unos cuantos años, en veinte años este pasillo ha de tener su propio ecosistema desarrollado.
— ¿Qué otras habitaciones hay en el primer piso? Solo tú sabes de eso —Sheila me obligaría a dibujar un mapa en un mantel si quisiera.
— Está la cocina, el primer piso de la biblioteca, la armería ahora vacía, tras el muro simbólico está el comedor principal, también están los baños, de ahí a más son habitaciones personales, dependen de los gustos y tradiciones que tenían.
— Y por mero protocolo no se puede cruzar el gran salón —repite Valentine sin haberle dicho eso—. Los Sanobi eran bien conocidos por sus trampas, fue después del primer ataque a Treen que actualizar el protocolo agregando el riesgo de trampas.
— Quiere decir que nos tenemos que ir a lo seguro, no me imaginaba que así acabaríamos con el marcado, me imaginé más golpes y menos charla absurda sobre la historia del mundo y las familias de cazadores —nos reclama Sheila atándose su cabello en una coleta alta que dobla en dos para no tapar su cara.
— No es tan sencillo, consta de estrategias y no todos aquí podemos curarnos rápido y sin ayuda, Valentine necesita sangre, Zox necesita agua del océano y yo necesito una invocación.
— Sea lo que sea, hagámoslo rápido, este lugar me hace sentir que me están vigilando —Sheila nos aclara la molestia, también tengo esa misma sensación.
Una criatura pasa por los pasillos acompañada de otra similar, ya es tarde, Taemodeo ya ha usado el libro de los demonios, las criaturas se asemejan a lobos combinados con la expresión de un vampiro antiguo, no como Valentine por más viejo que sea, antes se representaban a los vampiros con facciones menos marcadas y una palidez exagerada, o Drácula y Nosferatu combinados con un lobo demoniaco.
— Llamen al equipo B, Taemodeo ya desató a la primera criatura inhumana, humanoide, pelos por todas partes, orejas de murciélago, hay más de una —les advierto sin dudarlo o subestimar esas criaturas.
— Bebedores, híbridos demoniacos de un vampiro y un licántropo, no dejen que los muerdan, te convierten en estos seas de la especie que seas, su veneno te convierte, convirtieron al primogénito de la familia Ouroboros y a su vez acabaron con los demás —Valentine abre la boca revelando sus grandes colmillos tan relucientes, fue testigo de una guerra con el tercer marcado del que he tenido información.
Editado: 02.03.2024