Me levanto a las ocho de la mañana, listo para otro día como repartidor de pizza, ya no soy más Nick Starkthorne, él se fue y derrotó al marcado, solo soy Nick el humano. Papá y mamá han de estar haciendo el desayuno, el olor a licuado de manzana se filtra en la ventilación de mi habitación, desde que vinieron una semana después del ataque final han querido ayudarme en todo, las primeras dos semanas fueron tolerables y un gran agradecimiento por mis heridas, ya han pasado meses siguiendo con eso, ahora que soy un simple mortal sigo teniendo gran capacidad física como conocimiento por montón, lo que me falta es dónde aplicarlo, no puedo ir a cazar demonios o conservar mi puesto en el consejo, fue la consecuencia de usar mi energía, pero valió la pena. Todo mejoró después de eso, el libro de los demonios volvió, mis padres se encargarán de los míticos nuevos y Zane está en prisión por conspiración y acusaciones falsas.
Josh se ha encargado de organizar la casa, con horarios asignados inclusive, sin tantas personas en la casa es necesario reorganizarnos, claro, fue insultante cuando solo recibí tareas banales (ir a la tienda por comida y limpiar la piscina), soy un mortal, no un inútil. Le reclamé por dejarme tan pocas tareas y tomarme como un idiota solo por no ser un cazador y todos salieron a defenderlo argumentando que mi trabajo de repartidor ya es suficiente, me da para ir de compras al terminar de hacer entregas y limpiar la piscina es más seguro, no pueden curarme ni con las invocaciones del libro, sigue por ahí con sus daños en las esquinas. Claro, andar recorriendo la ciudad de noche siendo una víctima de los demonios, caerme de cuello en la piscina por error o ser atropellado es tan seguro. Ya no esperan nada de mí por perder mi “identidad”, un cazador con el don sagrado de la clarividencia, la última vez en donde no me hicieron de lado fue para declarar y despedirme, me hicieron un retrato como a todo cazador relevante en la historia (soy oficialmente el octavo cazador en matar a un marcado), posando por última vez con el uniforme oficial de los cazadores, contener el llanto ha sido de lo más difícil, matar al marcado fue más fácil al saber con lo que lidiaba, además, me exigieron quedarme quieto mientras me pintaba Maximiliano Bernard, cazador directo desde Francia y parte de la familia encargada de los retratos, una vez fui a su mansión y tenían como cinco habitación llenas de pinturas, los fundadores de la familia ilustraron el mural del cazador en Escocia, ese mural cuenta nuestra historia.
Mientras me pintaban me veían como si estuviera muerto, ha sido sin dudas lo más hiriente en todo este tiempo; a excepción de mis padres y parte del consejo, la mayoría de los cazadores me ignoran a la hora de ir a mi casa, desviando la mirada al entrar en contacto visual, la declaración fue donde me sentí parte del sistema por última vez. Fue sencillo atrapar a Zane, tendieron una emboscada en su casa tomando ventaja de su cansado trabajo, escuché que Cristóbal fue el encargado de terminar el trabajo. Oh, ya sé lo que están pensando, se supone que fue mordido, pues sí, lo mordieron y se transformó en un bebedor, al dejar bien muerto a Treen volvió a la normalidad, algunas veces se ha transformado conscientemente con un aspecto humano, es ahora parte del consejo, es el que más me habla de ese grupo.
Volviendo a mi declaración, tras pintar mi hermoso retrato en la misma sede del consejo, fui escoltado a la sala de condena de la sede, Zane estaba encadenado con ojeras tan enormes como las de un mapache, ese trabajito terminó en su propia trampa. No pude evitar soltar una pequeña risa, se le regresó la venganza, su eterno rival sólo perdió sus poderes y él irá directo a prisión, esa es la verdadera justicia poética, liberó al preso más peligroso del siglo XXI y lo va a suplir en prisión. Que él lo supiera me dio más satisfacción, a él le dio rabia durante el juicio, se la pasaba atacándome cruelmente solicitando mi inmediata exclusión del sistema por ser un simple mortal, al idiota ese se le olvidó mi papel clave en el caso, el marcado me dijo directamente la verdad pensando en que me mataría, todos sabían que Treen soltaba la verdad a la víctima antes de asesinatos, fue uno de sus errores.
— El testigo del caso dice la verdad, Zane Savelo fue el responsable de liberar a Treen Sanobi de la prisión de Cottonwood —una cazadora capaz de detectar la verdad, las mentiras y la confusión confirmó mi versión dada ante el consejo. Claro, Zane no estaba contento con la decisión.
— ¿Le harán caso a él? Ya no es uno de nosotros, su opinión no cuenta, ni hablar de su amiguito, es un demonio.
— Es cierto, soy un mortal ahora, será mi última vez siendo parte del sistema. Si ese es el caso, ¿por qué mentiría?
No intento mantener un puesto al que ya no puedo aspirar, no protejo el honor de mi familia al poder mantenerse por cuenta de mis padres, los últimos míticos a los que ayudé tienen su propia palabra fundamentada por sus acciones. No tengo nada que perder, mentir no me daría un beneficio ante todos ustedes, digo la verdad para oficialmente cerrar esta etapa.
— Lo haces por… —Zane no tenía nada de imaginación, sus coartadas eran inexistentes.
— ¿Lo hago por qué? El resultado no afectará mi vida, hiciste tus elecciones y yo hice las mías, por lo menos acepto mis consecuencias, te recomiendo aceptar tu nueva realidad —solté mis pensamientos ahí, ahora todo lo hecho en el otro mundo era problema de otro y es una gran especie de descanso permanente de ese mundo, en algún punto descansar hace la diferencia entre la vida y la muerte.
— ¡No es cierto, no es cierto! ¡Es un mentiroso, malditos vendidos! ¡Quiere vengarse de nosotros por ya no ser un cazador! ¡Ustedes serán los siguientes! —eso gritó una y otra vez después del veredicto, condena perpetua (así le llaman a la cadena perpetua), lo miré a los ojos en todo momento, "el karma te ha llegado" le decía con la mirada.
Editado: 02.03.2024