Cazadora

Capítulo X

Suaves golpes en mi mejilla me sacaron de la inconsciencia.

Abrí los ojos rápidamente y me puse en guardia en menos de dos milisegundos.

-¡Oh gracias a la Triple Diosa estás viva! -los brazos de alguien me rodearon fuertemente a la vez que la voz de una chica me daba la bienvenida. Me tensé de inmediato cuando su cabello negro inundó mi visón. Ni siquiera pude echar un vistazo a mi alrededor. Iba a quitármela de encima cuando una nueva voz habló.

Esa si que la reconocí.

Y con ella, los últimos recuerdos volvieron a mi.

Megara se separó de mí bajo la orden de mi hermano.

Suspiré relajándome cuando supe que estaba a salvo y que no me harían daño. La piedra estaba fría, pero eso solo me alivió. Cerré los ojos y me permití descansar unos momentos.

-Freya, ¿cómo estás? -la voz de Liam era suave, pero podía notar la preocupación en ella. Me obligué a volver a abrir los ojos.

La visión de los guardaespaldas de mi hermano junto a Megara me recibió. Justo cuando iba a abrir la boca, noté lo seca que estaba mi garganta.

Levanté mi dedo y escribí lo que necesitaba en el aire. Mi hermano lo entendió a la primera y materializó un frasco de agua.

-He tenido días mejores. -dije en voz baja cuando la voz volvió a mi.

-Deberías estar muerta. -soltó Evander. Hice una mueca a la vez que Megara lo fulminaba con la mirada y se levantaba para propinarle un golpe. -Es verdad. Fuiste usada como sacrificio para un ritual.

-Evan, cállate. -Alexander lo cortó en seco mientras me miraba como si fuese una pieza de algún museo.

No me gustó ni un ápice.

Necesitaba desviar su atención a otro asunto.

-¿Qué quieres decir con ritual? -casi sonreí en cuanto noté como los cuatro se tensaban. Intercambiaron miradas. Sonreí internamente y me volví a relajar en cuanto dejaron de indagar en el porqué había sobrevivido a un ritual cuando ni yo lo sabía y centraban su atención en cómo explicarme que eran hechiceros.

-Es magia. -soltó Megara antes de que ninguno pudiese detenerla. -Vamos chicos, es mi compañera de cuarto. No soportaría tener que mentirle a la cara los próximos tres años.

-Megara… -serró dientes Evan.

-Tú calla, Evander. Le diremos la verdad, intercederé por ella si alguien más se entera. -aquello silenció todas las miradas. Ella se giró hacia mí. Tuve que hacer un esfuerzo para no tensarme. -La magia, esa que protagoniza los cuentos de hadas, existe de verdad y es una de las fuerzas que sustenta el suelo que estás pisando. Esto es el Bajomundo, el mundo que está bajo la superficie terrestre. -la miré con los ojos abiertos, sin siquiera parpadear. Ella continuó. -Luego están los cazadores, son mortales, pero muchísimo más rápidos y poderosos. Son nuestro enemigo natural, nacidos para -hizo una mueca, momento en que Alexander intervino. Simulé miedo y dudas cuando lo miré. Necesitaba seguir en mi papel de tonta humana.

-Matarnos. La palabra que Megara busca es asesinarnos. Ellos fueron creados por el enemigo de la Triple Diosa, Caligne, aquel inmensurable y vacío. -mi cara sorprendida no fue simulada. -Al ver que nuestra Diosa nos había creado, dotó a una serie de mortales llenos de odio hacia nuestra magia el poder suficiente para cazarnos. Y tras milenios, aquí estamos.

-Osea, estáis vosotros, los magos que dominais la magia, y luego los cazadores que os quieren matar. Y todo porque dos estúpidos dioses no supieron resolver sus problemas como dos adultos. -Evan fue el único que casi se rió y fue golpeado por Liam en consecuencia. Los hermanos estaban demasiado ocupados haciendo muecas. -Necesito un trago. O tal vez me hayan metido drogas… -las muecas se profundizaron y mientras ellos creían que estaba delirando, me centré en la nueva información que cambiaba por completo el tablero. Casi fulminé con la mirada a mi hermano, tenía información de este tipo y ni siquiera había pensado en compartirla. ¿Mi madre también se la habría ocultado a mi padre? ¿O era la única que no sabía nada en toda mi maldita familia?

-Freya, no estás drogada. tampoco estás soñando. Este es el mundo real. -la voz suave de Megara me sacó de mis pensamientos a la vez que mi compañera de piso se agachaba a mi lado. -Y tenemos que sacarte del Bajomundo. Muchos hechiceros y cazadores desprecian a los humanos. Los ven como seres inferiores y desean la Superficie.

-¿Qué?

-Si se enteran de que hay una humana en el Bajomundo porque sobrevivió a un ritual de teletransportación no tardarán en buscarte. Y volver a usarte como sacrificio. -bueno, eso no sonaba bonito. Me levanté lentamente.

-¿Cómo salgo de aquí? -iba a meterme de lleno en el papel de humana y exprimir toda la información que pudiese sobre ese ritual de teletransportación. Pues si algo así se podía crear, la Superficie estaría en graves problemas. No eran pocos los cazadores que tenían la idea de conquista de la Superficie y si descubrían que existía un ritual para llevarlos directamente allí sin tener que pasar por los estrictos controles para utilizar los portales, eso solo significaría una cosa.

Guerra.

No cabe recalcar que eso no sería bueno. Hacía menos de una década que se había dado un alto al fuego en los ambos bandos y ni siquiera eso había detenido las constantes escaramuzas. Y eso que tanto el Rey Cazador y la Madre Emperatriz estaban trabajando juntos.

Si se descubría que se podía conquistar la Superficie, la guerra por ella sería inminente. No quería volver a esos tiempos. Mis tres años en el frente donde conseguí mi pase a la Élite había sido más que suficiente. No necesitaba volver a revivirlos.

-Primero debemos saber en dónde nos ha dejado ese ritual. Luego veremos cómo te sacamos de aquí. -habló Liam. Mas antes de que pudiese seguir, los sonidos de pisadas hicieron que se tensase. Las voces desconocidas de fuera nos llegaron. Los chicos intercambiaron una mirada.

-Liam y yo nos encargaremos. Alex, quédate y si alguno entra ya sabes qué hacer.



#1074 en Fantasía
#262 en Joven Adulto

En el texto hay: magia, realeza, brujas cazadores

Editado: 25.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.