Cazadora

soldado

Siento que estoy en ese capítulo de mi vida en el cual la escritora se quedo sin ideas y ahora hace puras tonterías con tal de no terminar el libro con un pésimo final, bueno quizá exagero un poco, pero es que parece una mala broma, te explico.

Después de lo que paso con la bruja, tu padre y tu abuelo están más locos de lo normal, no puedo salir de la habitación sin tenerlos respirando en mi nuca, no podemos ir a ningún lado solos y se que si les digo de ti esto será aún peor y es por eso que no les dije nada, si, llámame cobarde si eso quieres pero ¿qué más puedo hacer?, decirles que existes y arriesgarme a que literalmente me encierren en una habitación 24/7, bueno, los antojos aumentaron de manera desproporcionada y hasta cierto punto asqueroso, ayer nos comimos una chasca con elote, mayonesa, queso, limón y chocolate liquido, a tu abuelo le dio un poco de asco pero no me dijo nada ya que bueno el come gusanos de maguey, no tiene cara de decir nada por las combinaciones extrañas que hacemos a la hora de comer.

como no puedo salir sin una escolta tengo más tiempo para escribir esto y me puse incluso a tejer unos zapatitos para ti, son muy pequeños caben en la palma de mi mano y me da un poco de miedo que no te queden, pero según el tío Gabriel son del tamaño justo para ti, los ángeles vienen a visitarnos cada noche y Gabo me enseñó a tejer, quien diría que alguien como él que básicamente es un peter pan con alas y gracia divina supiera hacer algo tan simple como tejer, el Tío Gabo es muy guapo debo admitir, su piel es morena pero es más almendrada, su rostro es algo regordete y su cabello es castaño pero es una castaño tan oscuro que parece negro, sus ojos son color dorado y es algo alto y fornido, cualquiera diría que se la vive en el GYM pero todo el mundo sabe que él prefiere pasar sus días en un sofá jugando  videojuegos. Tus zapatitos son azules y la punta de estos es blanca, tienen una carita feliz amarilla a un costado de cada zapato.

Hace un par de días atrás mientras tu abuelo y yo paseábamos por el cementerio de la cruz o panteón de la cruz como lo conocen aquí, en realidad fuimos a visitar la tumba de tu abuela que a pesar de no estar muerta es el lugar en el cual mi padre sepulto suerpo cuando ella salió de él para ya no regresar, se que la mujer que está en ese lugar no es mi madre es solo un recipiente un cuerpo que ella utilizó para poder estar en la tierra, de alguna manera es parte de ella. 
Estuvimos en silencio frente a la tumba y se que te sonará estúpido por que lo es, pero le conté sobre ti por lo menos en mi mente, se que no es mi madre pero creo que es una manera de que ella se entere sobre mi embarazo.
 

Comencé a deambular en el cementerio dejando a mi padre detrás de mí, viendo y leyendo los nombres en las tumbas es una maña que tengo desde que era niña, papá dice que es por mi lado Angelical pero yo creo que solo es por curiosidad que por otra cosa, a lo lejos puedo escuchar la voz de un hombre adulto, como bien dicen la curiosidad mató al gato y comencé a seguir el sonido de la voz, esa voz me llevó a un lugar apartado del cementerio, en ese lugar había un árbol estaba un poco seco y era muy grande, parece algo viejo yo diría que tiene más de una década, la voz provenía de atrás del árbol seguí la voz y me tope con hombre, mejor dicho un soldado que solo murmuraba algo extraño pero no podía entender muy bien lo que decía.

El hombre tenía un aspecto un poco demacrado, su cabello está despeinado, sus ropas eran militares pero parecían de una época distinta yo diría que en la época de la revolución o un poco despues, no estoy segura, pero lo que me llamó la atención fueron las marcas de balas en su cuerpo, pecho, piernas, estómago y cabeza, cuando era niña escuche la historia de un soldado que fue fusilado en este lugar pero nunca antes lo había visto hasta hoy, me acerque a él  y tome su hombro tratando de llamar su atención.
 

-disculpa- le llame pero él simplemente seguía perdido en su ¿agonía?, él me ignoró y seguia murmurando poco a poco comencé a entender lo que él murmuraba era el padre nuestro, muchos espectros suelen rezar o orar con la esperanza de encontrar algo de paz en su infierno personal, por lo cual me puse a rezar con él y solo así gane su atención, me veía mientras continuaba con su oración y a una sola voz terminamos el padre nuestro, su vista seguía fija en mí y nos quedamos en silencio unos segundos hasta que el rompió el silencio.

-nadie nunca rezo a mi lado- susurró bajando la vista 
-bueno yo no soy como los demás, además cuando un alma necesita ayuda ¿porque negarse la?- crucé mis brazos, él solo me sonrio 

- ¿cual es tu nombre? - me pregunto sentándose en una tumba, la voz de tu abuelo respondió en mi lugar pues él gritaba mi nombre 

-tengo que irme- le susurro - te ayudare lo prometo 

Se que fue algo tonto pues regresar a un cementerio para ayudar a un hombre que falleció hace algunas décadas de una manera horrenda, despues de lo que paso con una bruja que solo mi abuelo sabe lo que quería hacernos y con demonios buscándonos no suena como la mejor idea, lo que me tranquiliza es que bueno es un cementerio, tierra santa y eso, no pueden entrar demonios a excepción de tu padre quien trata de recuperar su alma, hasta donde sé le falta poco para tener una de nuevo.



#49740 en Novela romántica
#24010 en Fantasía
#5210 en Magia

En el texto hay: suspenso

Editado: 01.12.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.