Cazadores de Demonios

CAPÍTULO 5

JENNA

 

- Y… ¿cómo va vuestra investigación?

 

Ya llevábamos cuatro días en Greenwoods. Cuatro días tranquilos, sin incidentes; ni demonios, ni posesiones, ni más marcas siniestras de estrellas en las paredes del pueblo. Casi parecía que llevábamos una vida normal.

 

Vi la cara que Frey ponía ante mi pregunta y resoplé, rodando los ojos.

 

- ¡Vamos! No he matado ni un demonio desde que llegamos aquí, ¡sólo estoy interesada! Pero vale- alcé las manos en señal de derrota, fulminándolo con la mirada- no me digas nada. Me limitaré a cocinar, y a limpiar, y a estudiar. ¡No contéis con vuestra hermana para nada!

 

La reina del drama ha llegado.

 

- Eres terrorífica- me reprendió él, suspirando hondamente.- Estamos investigando los dos suicidios que ocurrieron. Según los registros de fallecimientos en Greenwoods, hace 4 años varios suicidios ocurrieron en este mismo pueblo… exactamente, cinco.

 

- ¿Cinco?- murmuré, pensativa, notando algo de preocupación en mi pecho.- ¿Uno por cada punta de la estrella?

 

Su rostro se contrajo en una mueca de disgusto, encogiéndose de hombros.

 

- Estamos trabajando para comprobar si en aquella ocasión también aparecieron las marcas en las paredes. Si es así, y sucede un suicidio por cada punta…

 

- Aún quedan tres suicidios más- terminé por él, mordiéndome el labio. Aquello no tenía buena pinta, además, ¿qué clase de demonio provocaba suicidios en función de un dibujo? Los demonios normales mataban, y punto; no se andaban con tonterías de aquella especie.

 

- ¿Ibas a alguna parte?- comentó entonces, queriendo cambiar de tema.

 

- Me voy a estudiar con Kyle. Tenemos un examen mañana.

 

- Umm, vale- Frey alzó ambas cejas oscuras, como si no se creyese lo que oía.- ¿Cómo está tu amigo? ¿Se ha recuperado del susto?

 

Asentí evasivamente, agarrando el abrigo del perchero y colgándomelo en el brazo. Aún no les había contado a mis hermanos sobre la investigación que Kyle y yo llevábamos a cabo sobre su extraño caso. Sabía que el caso de los suicidios era distinto a los demás que habían investigado hasta el momento; no se trataba sólo de llegar a una ciudad, matar a los demonios que había allí, y marcharse. Veía a Frey más preocupado y cansado de lo normal, e incluso Kaleb estaba distinto; no iba a cargarlos con un problema más.

 

- Volveré para hacer la cena- le dije, antes de marcharme.

 

 

***

La casa de la tía de Kyle era hermosa por fuera, de color crema, y con los marcos de las ventanas de un verde oscuro y una puerta de roble del mismo color. Toqué el timbre y esperé; tras escuchar unos cuantos gritos la puerta se abrió inmediatamente, apareciendo frente a mí una niña de unos diez años, de cabellos rubios, y una mirada escrutadora que me hizo vacilar.

 

- Umm, ¿está Kyle?- pregunté a la que supuse que era la prima de mi amigo, y entonces otra niña más apareció detrás de la primera, tan idéntica que lo único que cambiaba era la ropa con la que iba vestida.

 

Ambas intercambiaron una mirada traviesa, y con una sonrisa, me invitaron al fin a pasar.

 

- ¡Kyle!- gritó una de ellas. El muchacho no tardó en aparecer por una puerta, y las dos niñas volvieron a cruzar miradas traviesas.- ¡Tu novia ha llegado!

 

-Kyle tiene novia, tiene novia…- se burló entonces la otra, y no pude evitar una risa cuando vi la expresión hastiada que el chico ponía.

 

- No digas tonterías- le interrumpió la otra, golpeándole en el hombro.

 

- Gracias, Emily...- empezó Kyle, pero no tuvo tiempo de terminar, porque su prima se había empezado a reír.

 

- Kyle nunca conseguiría una novia tan guapa. Además, ¡es gay!- terminó, y los ojos del chico se rodaron hacia un lado, con sus mejillas ardiendo cuando escuchó aquella última parte.- ¡Míralo, se ha puesto rojo!

 

- Venga, chicas, ya- les reprendió Kyle, fulminándolas con la mirada.- ¿Es que no tenéis a nadie más a quien torturar? A veces pienso que son ellas las poseídas por un demonio en lugar de mí...- murmuró empujando la puerta de su habitación, al final del pasillo que atravesaba el salón, cuando las niñas salieron corriendo.

 

- ¿Eso ha sido una broma, Kyle?- alcé ambas cejas con una sonrisa divertida, cerrando la puerta detrás de mí para protegernos de los dos terremotos que ahora discutían a voz de grito sobre qué programa de televisión escoger.

 

- Algo así...- respondió, en un murmuro, sentándose en su silla y sacando los libros de la mochila. Miré a mi alrededor, a la sencilla habitación, sonriendo cuando vi una foto de Kyle de pequeño colgando de la pared.

 

- Tienes un cuarto bonito- comenté, acercándome a la fotografía.- ¡Tenías pecas por todas las mejillas de pequeño!

 

Cuando fue consciente de lo que hablaba, él balbuceó algo con timidez, pero no lo escuché, pues mi mirada había descendido a la mesilla que había junto a su cama. Cogí el libro, frunciendo el ceño, y cuando me volteé hacia él con confusión, sus mejillas estaban completamente rojas.

 

-Eh, yo… es… - Kyle sacudió la cabeza, incómodo.- Intentaba buscar alguna… solución.

 

- Kyle, es un libro de exorcismos- pronuncié, en voz alta, alzando una ceja. El asunto me habría dado gracia, de no ser porque su expresión me indicaba que él iba totalmente en serio.

 

- Y-ya, pero… bueno…

 

- Escucha, los exorcismos como tal, todo eso de las velas y el sacerdote sosteniendo una cruz, no existen- le expliqué, negando con la cabeza.- Este libro no cuenta nada real, Kyle - caminé hasta su escritorio, colocando el libro abierto por la primera página, donde aparecía el título y algunos datos sobre el escritor.- Los que contienen información real, llevan una pequeña marca en la primera página impresa. Sea el idioma que sea, o el autor que sea, debes buscar una pequeña espiral en la primera página. Es así como los cazadores sabemos qué libros podemos consultar y qué libros no.




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