Cazadores de Demonios

CAPÍTULO 17

JENNA

 

El autobús estaba lleno de voces alborotadas. Los alumnos hablaban entre ellos, emocionados, no por la temática de la excursión, desde luego, si no por el hecho de ir a perder un día entero de clase, pasando además la noche fuera, lo que podía dar lugar a alguna que otra fiesta (secreta, por supuesto), o ligue.

 

Yo, por mi parte, estaba siendo ajena a todo aquel barullo. Me encontraba en una de las últimas filas, junto al cristal, me sudaban las manos, tenía la boca seca, y no estaba segura de que fuese a sobrevivir al viaje sin sufrir un infarto o algo peor.

 

- No teníamos que haber venido- solté, de la nada, con tanta brusquedad, que Kyle se sobresaltó. Si mi estado era malo, el suyo ya rozaba lo insano. Su rostro estaba pálido, y lanzaba miradas constantes hacia la parte delantera, donde los tres profesores- sí, tres- iban sentados, charlando con el conductor.

 

Y es que, espontáneamente, el querido y apreciado profesor de literatura había despertado aquel viernes por la mañana con ganas de realizar una travesía de campo.

 

- No pasará nada- dijo Kyle en voz baja, tirando de un hilo que sobresalía del respaldo del asiento de en frente.- Si intentase algo, yo... controlaré a Kahla. Como hice en el instituto.

 

Una risa burlona sonó en el asiento posterior. Mara sacó la cabeza entre ambos sillones, y se giró hacia nosotros, sacudiendo la corta cabellera negra.

 

- Sin ofender, rubito, pero has controlado a tu demonio interno una vez- ignoró la mirada fulminante que Kyle le dedicaba.- Además, entre Sharman y tú, ¿de verdad crees que Kahla te obedecerá a ti?

 

- No ayudas, Mara- siseé, apoyando la cabeza contra el cristal.- Esto es una maldita locura. ¡Estamos metidos en esta chatarra con un demonio que nos quiere muertos! Teníamos que habernos largado en cuanto lo hemos visto con su maldita mochila al hombro.

 

- ¿Y decir qué? No todos podemos simplemente volver a casa y decir la verdad sobre lo que está pasando- Kyle apartó la mirada en cuanto dijo eso, ruborizándose por su salida de tono repentina.

 

- Lo sé- repliqué, cruzándome de brazos, un tanto molesta.- No quería decir eso.

 

- Vale, a ver- Mara dio un golpe en el asiento, alternando la mirada entre los dos.- Vamos a calmarnos un poco. ¿No has avisado a tus hermanos, Jenna? Ellos tal vez pueden venir, y, no sé, hacer su trabajo como cazadores y... detenerlo.

 

- Les he avisado, sí, pero están de camino a Hammond- resoplé, frustrada. Parecía de que todos los sucesos se habían puesto de acuerdo para fastidiarnos ese mismo día.- No volverán hasta la noche.

 

- Bueno, entonces sólo tenemos que sobrevivir hasta la noche, ¿eh?- el hecho de que fuera Mara la que trataba de animarnos dejaba claro lo hondo que habíamos caído. Kyle asintió con la cabeza, y yo no tuve otro remedio que obligarme a respirar hondo y calmarme.


Sólo tenemos que sobrevivir hasta la noche. Sólo eso.

 

- Ahora que tenemos tiempo y vamos a tener que pasarnos unas cuantas horas aquí metidos, tengo varias preguntas- avisó entonces la muchacha, sonriendo de una manera que no auguraba nada bueno.- Ayer me estuve leyendo el libro sobre demonología que me prestaste.

 

- ¿Sí? ¿Hasta qué capítulo llegaste?

 

Había sido una pregunta inocente, y, desde luego, no me esperé la contestación que recibí.

 

- Lo acabé- se encogió de hombros cuando solté un jadeo, y Kyle nos miró sin comprender.

 

- ¿Era un libro largo?

 

- Tenía unas doscientas páginas- le dije yo, aturdida, imitando la gordura del libro con mis dedos pulgar e índice.

 

- Bueno, ¿eso significa que me he conseguido el premio de hacer algunas preguntas?- Mara se acomodó mejor en su asiento, con los brazos apoyados en el respaldo y la barbilla contra las manos. Pensé que si seguía girada hacia atrás mucho más tiempo acabaría mareándose, pero parecía demasiado emocionada con la conversación como para reparar en eso.

 

- Supongo...- murmuré, con duda, y ella no perdió la oportunidad.

 

- El libro no hablaba sobre los cazadores. Tú dijiste que en tu familia sois cazadores de sangre, ¿qué es?

 

Tanto Kyle como Mara me miraban ahora con curiosidad, y pensé que era algo injusto no responderles a algunas preguntas, teniendo en cuenta todas las dudas que debían tener acumuladas encontrándose de pronto en un mundo completamente nuevo para ellos.

 

- En teoría, cualquier persona puede convertirse en cazador- empecé acomodándome con la espalda contra el cristal.- Sólo se necesita preparación, tanto teórica, como práctica, y un arma de plata.

 

- ¿Pero es un trabajo pagado?

 

- Sí, claro- sacudí la cabeza al ver sus expresiones sorprendidas.- Nosotros, por ejemplo… bueno, mis hermanos- me corregí- trabajan para un hombre, pero no son los únicos. El Jefe tiene a muchos cazadores bajo sus órdenes, y les entrega casos. Entonces, esos cazadores van a la ciudad o pueblo correspondiente, y solucionan el problema.

 

- ¿El Jefe… Whittemore?- murmuró Kyle, y yo asentí.

 

- Es un desgraciado- suspiré, rodando los ojos.- Pero… hay que admitir que es extremadamente bueno en su trabajo.

 

- Bueno, ¿pero qué hay de los cazadores de sangre?- repitió Mara, e hice un gesto afirmativo con la cabeza.

 

- Como he dicho, cualquiera puede convertirse en cazador. Pero, hay algunas personas… que lo llevan en la sangre. Cuando una persona normal mata a un demonio, digamos que… absorbe, su oscuridad, pero no es capaz de ‘limpiarla’. No la hace parte de sí mismo, ni le fortalece. Salen esas marcas negras en la piel… pero después, la oscuridad desaparece. En cambio, en el caso de los cazadores de sangre, ellos pueden canalizar esa oscuridad, y la hacen desaparecer. Es difícil...- resoplé porque, ante los rostros confusos de ambos, comprendí que me estaba explicando tan mal que no estaban comprendiendo nada.- Vale, imaginad que el mundo está conformado por una niebla blanca, y una niebla negra. La niebla negra es la oscuridad, y parte de ella está formando a los demonios, ¿vale?




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