Cazadores de Deregron: El lobo y el vampiro

10- Revelación

Catherine

¿Qué más podía hacer que no fuera juzgar mi propia existencia?

¿Acaso Ravette decía la verdad? ¿Era su hija? Y si era así, ¿yo era un vampiro? ¿o solo fui producto de una relación entre especies? No quería saber la respuesta a ninguna de mis preguntas, jamás aceptaría saber la verdad, sobre todo de la boca de esta mujer.

-Gracias por traerla Sakharov- dijo Ravette, me di vuelta con un gran esfuerzo por las fuerzas invisibles que aún me sostenían y vi que el animal caminó desde lo que parecía ser la puerta hasta llegar al lado mío, mirando a Ravette y siendo indiferente a mi presencia.

-Está bien, no hay de qué, Su Majestad- ni siquiera volteó para verme

-Me traicionaste- dije con un tono de decepción, finalmente él se giró hacia mí.

-Lo siento- fue lo único que dijo y se giró para meterse entre las espesas sombras.

-Parece que se hicieron buenos amigos- dijo Ravette con diversión en su voz.

Me quedé callada, ellos podían pensar lo que quisieran de mi silencio, pero en ese momento solo pensaba en que, si podía agarrar toda la fuerza que tenía, podría liberarme de esa maldita silla y molerla a golpes, pero el cansancio de la larga caminata hizo efecto y empecé a sentir dolor por todo el cuerpo, debía guardar mis fuerzas para más tarde... Sin embargo, no sabía cuánto podía contenerme antes de que la furia en mi interior estallara.

-Quiero explicaciones- fue lo único que dije.

Al parecer, Ravette se sorprendió al oír mi voz nuevamente, ya que algo en su rostro había cambiado, aunque no pude detectar qué exactamente.

-Y te las daré- dijo mientras volvía a sentarse en su trono. -Aunque me parece que ya te vas a comportar mejor- me dijo y con otro movimiento de mano, las fuerzas invisibles que me sostenían desaparecieron, aun así, no me moví de mi lugar.

- ¿Por qué dices ser mi madre? - fue la primera pregunta que hice.

-Porque lo soy, querida.

- ¡Mi madre está muerta! Vi su maldito cadáver antes de llegar aquí- sabía que no podría controlarme para siempre, sobre todo por la lágrima de furia que corrió por mi cara indicando una explosión inminente.

-Tu madre adoptiva querrás decir- dijo nuevamente con ese tono tranquilo, parecía que cuando yo me exaltaba, todos se tranquilizaban.

- ¿A qué te refieres? - le pregunté.

Ravette extendió su mano y en la palma de esta apareció una caja de madera, sin ningún diseño, como si estuviera esperando que la pintasen. Era la condenada caja que me había dado mi madre.

-Podemos descubrirlo juntas- me ofreció. Esas habían sido las mismas palabras que me había dicho mi madre antes de su muerte. Yo le había respondido que no abriría la caja hasta estar lista, pero parece que el destino tenía otros planes, porque en el fondo sabía que nunca iba a estar lista y dejaría la caja en algún lugar acumulando polvo y jamás la abriría.

No dije nada, no tenía ni las fuerzas ni las ganas de seguir preguntando o contradiciendo.

-Tomaré ese incomodo silencio como un "si, quiero descubrirlo"- dijo, y oí el sonido del seguro de la caja abrirse; bajé la cabeza, sabía que nunca era bueno mostrar debilidad en frente de tu enemigo, pero no sabía que otra cosa hacer, en verdad no quería saber los oscuros secretos en torno a mi nacimiento.

- ¿Qué tenemos por aquí? - balbuceó.

Levanté un poco la vista, y vi que estaba sacando algunos papeles y lo que parecían algunas fotos.

-Parece que tu "madre" estuvo bastante ocupada estos días- dijo

- ¿Cómo sabias de la caja? - le pregunté

-Querida, tengo ojos en todas partes- me respondió con una pequeña sonrisa que dejó al descubierto sus colmillos.

-Sakharov- dije en voz baja

-No solo él.

Ravette hurgó un poco más en la caja mientras yo pensaba en la extraña muerte de mi madre.

-Cuando mi madre murió tenía un extraño rasguño en el pecho, tu enviaste un vampiro para que la matara ¿no es cierto? - ella solo me miro con una mirada despectiva.

-Solo voy a decir que algunos procesos a veces se ven a ser acelerados- me dijo y luego tomó un papel del montón- Mira, parece que tu tan amada madre te dejó una pequeña carta- dijo mientras ponía el resto de los papeles de nuevo en la caja y la cerraba.

Con una de sus largas uñas, abrió el sobre y sacó de ahí un papel doblado y bastante arrugado, lo desdobló y me lo mostró para que pudiera ver que estaba escrito del otro lado, ella lo leyó rápidamente para sí misma y luego me preguntó:

- ¿Quieres que te la lea?

-No- susurré

-Lo haré de todas formas

-Te odio- dije entre dientes

-Esa no es la forma de hablarle a tu superior, querida

- ¡Tú no eres mi superior de nada! - grité y me levanté súbitamente de la silla.

Ravette suspiró y nuevamente alzó una mano hacia mí para que la fuerza invisible me empujara de nuevo hacia la silla.

-No tengo tiempo para esto niña. ¿Por qué no terminamos con esto rápido? Tengo cosas más importantes que hacer.

- ¿Más importantes que yo? ¿Que soy tu supuesta hija? - la reté, ella solo respiró hondo y cerró los ojos por unos instantes, al parecer ya estaba empezando a perder la paciencia conmigo y eso me gustaba, ya empezaba a odiar esa forma tan tranquila de tratarme.

- ¿Por qué no solo leemos la carta de una vez? -propuso volteando los ojos

Yo di un gran suspiro, ya no me importaba lo que decía la estúpida carta, no cambiaría nada de mí.

-Querida Catherine- comenzó a leer- han pasado ya muchos años desde que te tuve en mis brazos por primera vez, y me hiciste saber en todos estos años que contigo tuve más que suficiente- se detuvo por unos segundos a analizar lo que había leído- Guau, eso es muy cruel.

-Solo sigue leyendo- le dije entre dientes enfurecida.

-Tanto yo como tú, fuimos un gran accidente en este mundo- paró de leer y se quedó mirando nuevamente la carta por unos segundos más hasta que continuó- pero sé, que por lo menos, espero, que cambies eso en algún punto de tu vida, hay muchas cosas que no te dije, pero eso ya no importará en cuanto leas esto, a decir verdad, fuiste la peor hija, nunca te quise como tal y espero que en mi muerte no me extrañes- apoyó la carta sobre su regazo, parece que eso era todo lo que decía.




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