Cazadores de Deregron: El lobo y el vampiro

14- Tanque de Belleza

Catherine

No me podía dejar de tocar esos extraños colmillos.

-Deja de tocártelos, te lastimarás- me reprendió Sakharov por milésima vez mientras caminábamos por un pasillo rumbo a ver a Vincent. Nazneen le había dado algunas instrucciones de cómo llegar (las cuales no entendí, ni tampoco hice un esfuerzo por recordar), antes de despedirnos diciéndonos que nos veríamos luego.

-Ahora que lo pienso no lo he visto cuando estaba en ese Gran Salón- mencioné con una mano en la boca.

-Sí, no ha ido allí durante un buen tiempo.

- ¿Por qué?

-Ya lo verás- dijo y se adelantó para caminar enfrente de mí.

Caminamos por un pasillo hasta llegar a unas escaleras, las cuales tardamos un buen rato en subir, pues parecía que estábamos yendo a la habitación más alta de alguna torre del castillo.

Mis piernas empezaron a doler cuando finalmente los escalones pararon y justo al final del último escalón había una puerta de madera que parecía estar ahí desde tiempos inmemorables.

Miré a Sakharov.

- ¿Qué estás esperando? - dijo en cuanto notó mi mirada- ¡Ábrela! ¿Acaso ves que tengo manos?

-Oh, sí, claro- dije sobresaltada con el comentario.

Lo primero que vi al abrir la puerta fue algo semejante a una pecera gigante, pero con un líquido más espeso que el agua y de un color turquesa que casi parecía brillar. Al mismo tiempo, había una escalera metálica que subía hacía la parte de arriba del tanque donde se podía ingresar a éste, era gigantesco iba desde el suelo hasta casi tocar el techo ¿Quién necesitaría una pecera tan grande? Pues ni peces había, no había nada, solo ese extraño líquido.

- ¿Qué es eso? - Sakharov no respondió, por lo que me di vuelta para asegurarme que él siguiera a mi lado, estaba inmóvil viendo hacia los costados de la habitación.

Hacia la izquierda había un pequeño catre desvencijado con algunas mantas para sobrevivir las frías noches y del lado derecho estaba muy oscuro para poder distinguir lo que había.

- ¿Estás seguro de que vinimos a ver a Vincent? - pregunté, ya que alguien que se hacía llamar "rey de los vampiros", era imposible que viviera en una pocilga como esa.

En vez de que la tranquila y consoladora voz de Sakharov me contestara, fue una voz gutural y débil que parecía no haber hablado en años.

-Puedes estar segura de ello- la voz provenía del sector oscurecido, pero luego eso cambió cuando se encendió una luz en un velador, allí, alguien se estaba meciendo en una mecedora, no pude ver quién era ya que estaba dado vuelta en dirección a una ventana que no había visto antes, ésta estaba cerrada y con tablas clavadas con grandes clavos.

- ¿Qué esperan? Acérquense- nos ordenó esa criatura.

Lentamente, caminamos hacia la mecedora, noté que la mano que estaba en el apoyabrazos era la de un anciano. Una vez que llegamos a la silla, Sakharov hizo una especie de reverencia y soltó un gruñido al notar que yo no lo hacía, por lo que lo copié mientras que no podía evitar ver al hombre de cabellera blanca y grisácea que estaba en frente de mí, tenía toda la piel arrugada y sus ojos azules casi ni se notaban entre todos los pliegues de su piel.

- ¿Vincent? ¿El verdadero Vincent Scraft? - pregunté, ese anciano que estaba ahí no tenía ningún parecido con el hombre que había observado en esa pequeña pintura que estaba en la caja de madera o que incluso sea el rey de los vampiros.

-Hija...

-No me digas así... por favor- lo interrumpí, ya casi no recordaba la última vez que había utilizado esas dos palabras finales.

Nunca en mi vida un hombre me había llamado así, "hija", o tal vez algunos novios de mi madre humana habían intentado hacerlo, pero no les había ido muy bien...

-Lo siento- se disculpó- pero sí, yo soy Vincent, sí prefieres llamarme así.

- ¿Qué te pasó? Pareces una uva vieja...

- ¡Catherine! - me regañó Sakharov, cierto estábamos ante el todo poderoso "rey de los vampiros", pero para que Sakharov me estuviera dando algunas lecciones de modales, este anciano debía de tener algún poder peligroso.

-Está bien, Sakharov. No es la primera vez que alguien se sorprende con mi aspecto, pues parece que en estos tiempos el físico lo es todo- dice el anciano tranquilizando al lobo; ese animal en verdad respeta la mayoría de las reglas.

-Entonces si está todo bien ante la imprudencia de Sakharov al callarme- él gruñó ante eso, pero luego miró rápidamente a Vincent y retrocedió dos pasos, sonreí, al menos tenía un poco de control sobre mí misma, así que proseguí hablando-. Respóndeme ¿Por qué pareces una uva vieja?

-Vaya, sí que eres curiosa, me recuerdas un poco a mí...

Puse los ojos en blanco ¿Acaso todos aquí tenían la costumbre de evadir las preguntas? Tal vez aprenda a hacerlo yo sí me quedo el suficiente tiempo aquí... ¿Acaso ya estaba pensando en quedarme definitivamente? Pero en el fondo sabía que no tenía otro lugar a donde ir, si llegaba a volver al Territorio Humano me matarían a la primera.

- ¿Me vas a contestar o vas a comenzar a contarme la historia de tu vida? Porque estoy bastante segura de que puedo leerla en un libro de historia.

-Entonces si puedes leer mi vida en un libro, tal vez encuentres la respuesta a mi aspecto en uno- me dijo con una pequeña sonrisa malévola.

Gruñí, odiaba cuando comenzaban a tomarme el pelo, al parecer Vincent notó mi molestia porque eliminó su sonrisa.

-Lo siento querida...

-Solo Catherine para ti- dije cortante, no conocía al hombre en lo más mínimo, no quería ningún acto de cariño de su parte.

-Está bien, está bien, ninguna palabra cariñosa entonces- se detuvo un minuto para ver mi asentimiento-. Pasó hace mucho tiempo, o bueno, poco después de que nacieras.

≥Káiser, el hermano mayor de Ravette y Moyra quería a toda costa tenerte para poder succionar toda tu magia y poder ser mucho más fuerte y poderoso para poder apoderarse de todo Deregron, pero al darse cuenta de que te había ocultado con los humanos y no tenía idea alguna de cómo era tu aspecto, le entró una furia incontrolable y para dar venganza, en una noche oscura, él me secuestró y me devolvió tres días después, aún sigo sin poder recordar que pasó en ese tiempo, pero estoy seguro de que me lanzó una maldición porque después de una semana, comencé a envejecer apresuradamente, cosa que obviamente a los vampiros no les pasa. La cuestión, es que descubrí una poción que revierte el envejecimiento y aunque funcionó, la maldición es muy poderosa y al poco tiempo volví a envejecer, así que contraté a los mejores hechiceros y curanderos de todo Deregron para que me ayudaran a encontrar la cura que hasta el día de hoy sigo buscando. Con el tiempo tuve que darle el trono a Ravette para que se encargara de reinar y yo pueda concentrarme totalmente en esto.




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