Catherine
Estaba desayunando con Nazneen en su habitación. Nos encontrábamos en una mesa redonda y pequeña al lado de la ventana, el sol matutino tocaba mi piel que la hacía brillar más. Nazneen me explicó que los vampiros que eran transformados podían soportar el sol, mientras los otros, los que nacieron puramente vampiros, no. Ella estaba sentada del lado en el que la cortina negra cubría toda la ventana y evitaba que Nazneen se quemara. También me contó que solían pedirles a los hechiceros que hagan pócimas para volverlos inmune al sol, algo, que sin duda era algo imposible que consiguieran los vampiros de bajo rango.
- ¿Por qué no comes? - me preguntó Nazneen al ver que casi no había tocado el tocino y los huevos hervidos que yacían en mi plato.
-¿Qué sentido tiene comerlos? No me llenarán. Anoche me levanté para comer algo, solamente por gula y luego de comer seis emparedados de carne seguidos, seguí con hambre, como si no hubiera comido nada.
-Sé que no te llenarán, pero al menos te darán un poco de energía.
-Pero puedo cazar algún animal y obtendré el triple de energía.
Nazneen estaba por protestar cuando Sakharov entró en la habitación.
El cuarto de Nazneen era ligeramente más grande que el mío, pues había descubierto que todas las habitaciones de este palacio eran pequeñas y que ni siquiera la de los nobles eran muy ostentosas, Nazneen dijo que se debía a que se intentaba enviar un mensaje de igualdad en la que todos éramos iguales sin importar nuestro poder económico; un concepto que me parecía bastante interesante, pero que la diferencia de clases sociales se notaría tarde o temprano, ya sea por el puesto laboral que se ocupaba o por algo tan insignificante como la ropa, pues dudo mucho que un noble rico use la ropa de una sirvienta.
- ¿Ya estás lista? Debemos ir a ver a Ravette antes de irnos-. La voz de Sakharov tenía un tono de tristeza, luego se fue sin quedarse a compartir nada más.
-Parece... triste- le hice notar a Nazneen que puso una expresión de preocupación.
-Si, este viaje será un poco difícil para él.
- ¿Por qué? - pregunté intrigada.
-No creo que deba ser yo la que deba contarte...
-Nazneen, por favor, desde que llegué aquí eso fue lo único que me han dicho.
-Te diré la razón, pero con una condición: de que no le digas que yo te lo dije.
-Lo prometo- Nazneen suspiró.
-Sakharov está en una situación complicada con su novia, Fenec, posiblemente la vea cuando se acerquen al Territorio Escamoso y eso lo tiene un poco abrumado, así que te pido que le tengas paciencia en esos momentos.
- ¿Qué sucede con ellos?
-Supongo que los celos y la distancia los separó. Verás, para romper la maldición, Fenec debía decirle sentimientos de verdad a Sakharov, pero cuando lo hizo, la maldición no se rompió y Sakharov tomó eso como un acto mentiroso y decidieron tomarse un tiempo. Sin embargo, no se han vuelto a ver y este viaje podría cambiar algo entre ellos, para bien o para mal.
Se me hacía difícil pensar en una situación tan incómoda como esa. No saber de qué hablar o si siquiera le sigues cayendo bien a esa persona.
-No conozco mucho a Sakharov, pero se nota que es un lobo sabio y fuerte y que seguramente podrá con cualquier situación difícil.
-Que digas eso me hace sentir mejor- me agradeció Nazneen-. Pero ahora debemos irnos, seguramente Sakharov ya querrá irse.
-Una cosa más antes de eso- la frené justo antes de que pudiera levantarse de su silla.
- ¿Sí? ¿Qué sucede?
-Antes de que mi madre muriera... Me refiero a mi... madre adoptiva; ella me dio una pequeña caja con información de todo tipo sobre mí y dentro de ésta, también había un pequeño cuaderno-. Saqué el cuaderno rojo de uno de los bolsillos interiores de mi chaqueta de cuero marrón, desde que lo vi aquella vez fuera de la caja, siempre me generó gran curiosidad lo que era aquel mapa tan extraño, pero o no encontraba el momento adecuado o me daba vergüenza parecer una ignorante. Abrí el cuaderno y se lo extendí-. Es un mapa muy extraño, al menos para mí, en el Territorio Humano, el mapa solo muestra tierras desiertas y algunos territorios pequeños donde encontramos criaturas mágicas.
-Entiendo- dijo Nazneen mientras tomaba entre sus antiguas manos el cuaderno rojo y lo hojeaba más allá del mapa-. Si... es un mapa de Deregron común y corriente y por lo que veo... tu madre estuvo haciendo una gran investigación sobre tu origen, es muy posible que supiera que no eras su hija biológica.
- ¿A qué te refieres con que "es un mapa común y corriente de Deregron"?
-Eso, es un mapa que muestra todos los Territorios de Deregron, sin falta; como los humanos son obviamente peligrosos, todos estos mapas fueron exterminados por espías hace tiempo, pero supongo que algunos sobrevivieron.
Me extendió el cuaderno avejentado y observé el mapa rasgado por los años. En el suroeste de Deregron se podía apreciar claramente el Territorio de los Vampiros, mientras que, al noroeste, casi en una esquina y a miles de kilómetros estaba el Territorio de los Humanos. También había Territorios llamados "Elementales" en el suroeste, algo que jamás hubiera imaginado y por último había un reino, el único reino en todo Deregron. Investigaría sobre eso más tarde, quizás le preguntara a Sakharov.
- ¿Entonces me estás diciendo que vivimos en la ignorancia todo este tiempo? - le pregunté mientras me puse a ver el resto del libro, tenía escritos que describían varios territorios y criaturas, desde vampiros hasta místicos unicornios, dragones y criaturas que no lograba reconocer.
-Me temo que sí, pero descuida, ya podrás ponerte al día, tienes una eternidad para eso de hecho-. La risa escabrosa que vino después fue la que me asustó.
...
Esperaba alguna ceremonia de despedida para comenzar el peligroso viaje, pero simplemente nos encontrábamos a la salida de un establo. Nazneen y Moyra estaban al lado del caballo blanco en el que estaba montada, y Sakharov estaba sentado en otro costado, al parecer, iba a ir caminando.