Cazadores de luz: La amenaza en las sombras

Sinopsis

En un mundo donde la Tierra, hace 20 años, ralentizó su rotación hasta extremos imposibles, el sol solo brilla tres meses al año. Durante esos noventa días, la luz es constante, un resplandor cegador que baña el planeta sin permitir la noche. Pero cuando el sol se oculta, los nueve meses de oscuridad traen consigo a los Umbríos, criaturas surgidas de las profundidades, hambrientas de carne humana. En su primer año, diezmaron a la mitad de la población. Ahora, los supervivientes se dividen: algunos resisten en barcos y plataformas flotantes en los océanos, mientras otros, los ocultos, se esconden en bunkers subterráneos o ruinas fortificadas, temiendo el aullido de las criaturas.
Cale, de 18 años, nació en este mundo roto. Nunca conoció la Tierra de los días equilibrados, solo las historias susurradas por los mayores en la plataforma Aurora, una ciudad flotante hecha de restos de barcos y acero reciclado, anclada en el Pacífico. Para él, el ciclo del mundo es simple: tres meses de luz para trabajar, pescar y reparar; nueve meses de noche para sobrevivir, rezando para que los Umbríos no descubran las plataformas. Cale es delgado, de piel curtida por el sol y el salitre, con ojos que siempre buscan el horizonte. Es hábil con las redes y los arpones, pero también curioso, un rasgo peligroso en un mundo donde la supervivencia depende de no hacer preguntas.
La Aurora alberga a 300 personas, una comunidad que vive en tensión constante. Durante los meses de luz, los habitantes recolectan recursos, refuerzan las defensas y comercian con otras plataformas. Pero cuando llega la Gran Oscuridad, todos se encierran en compartimentos sellados, con luces ultravioletas que, según descubrieron, repelen a los Umbríos. Nadie sabe qué son estas criaturas exactamente: sombras con garras, ojos que brillan como brasas y una inteligencia que los hace más temibles cada año. Algunos creen que son mutaciones causadas por el cambio en la rotación terrestre; otros, que siempre estuvieron ahí, esperando la oscuridad.
Cale creció escuchando historias de los ocultos, los valientes o insensatos que resisten en tierra firme, escondidos en cuevas o fortalezas. Su madre, Lira, es la ingeniera jefe de la Aurora y le ha inculcado una cosa: nunca bajes la guardia. Pero Cale no puede evitar preguntarse por los que están en tierra. ¿Cómo sobreviven? ¿Hay esperanza de recuperar el mundo?
La historia comienza en el último día de los meses de luz. Cale está en la cubierta de la Aurora, ayudando a sellar las compuertas, cuando ve algo extraño en el horizonte: una balsa improvisada, con una figura humana a bordo. Contra las reglas de la plataforma, que prohíben acercarse a desconocidos por temor a atraer a los Umbríos, Cale convence a su mejor amigo, Milo, para remar hasta la balsa. Encuentran a una chica demacrada, de unos 16 años, llamada Nara, una oculta que escapó de un refugio en tierra firme. Nara trae una noticia aterradora: los Umbríos han aprendido a nadar. Han comenzado a atacar plataformas cercanas, y la Aurora podría ser la siguiente.
Nara también lleva un mensaje de su comunidad: han descubierto un artefacto enterrado en una mina, algo que emite una luz tan potente que incineró a un Umbrío al tocarlo. Creen que podría ser la clave para derrotar a las criaturas, pero está en tierra, a cientos de kilómetros, en un lugar que será engullido por la oscuridad en pocas horas. La Aurora no puede arriesgarse a enviar un equipo, pero Cale, impulsado por la curiosidad y un deseo de cambiar su destino, decide actuar. Junto a Nara, Milo y una veterana arponera llamada Kess, roban un bote y parten hacia la costa, sabiendo que el sol está a punto de desaparecer.




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