Cazadores de luz: La amenaza en las sombras

Sombras en el Umbral

La Gran Oscuridad se cernía sobre el valle de cenizas, su negrura opresiva envolviendo a Nara, Cale, Kael, y Veyra mientras se acercaban al túnel de las Sombras Silbantes, la última esperanza para entrar en la mina infestada de Umbríos y recuperar la esfera, el arma capaz de destruir a las criaturas. Milo, Kess, y Taran, por sorteo, se habían quedado atrás con los niños —Liva, Tor, y Seli—, dirigiéndose al asentamiento de renegados al norte para protegerlos. La mina, con todas sus entradas vigiladas por Umbríos, era un fortaleza de muerte, pero Nara, liderando con su arpón pequeño, y Cale, a su lado con su rifle fosforescente, estaban decididos a encontrar una forma de colarse sin ser vistos. Kael y Veyra, armados y alerta, los seguían, mientras la Gran Oscuridad parecía contener el aliento, esperando su próximo movimiento.

El barranco seco que conducía al túnel de ventilación estaba a pocos metros, la cascada de roca seca apenas visible bajo la luz de la luna, que se filtraba a través de nubes bajas. El aire olía a podredumbre, un recordatorio constante de los Umbríos que patrullaban la mina. Nara, agachada tras un grupo de rocas cubiertas de ceniza, estudiaba la entrada del túnel, su tatuaje de cenizas brillando débilmente en su antebrazo. Cale, a su lado, mantenía su rifle listo, su cuerpo cerca del de ella, protector pero concentrado, su cuchillo de pesca en la cintura. Kael, con su arpón en mano, vigilaba un flanco, mientras Veyra, cojeando por su herida en la pierna, cubría el otro, su rifle fosforescente apuntando a las sombras.

El silencio era tenso, roto solo por el viento que silbaba entre las rocas y los siseos lejanos de los Umbríos. La entrada del túnel, oculta tras la cascada seca, estaba a unos cincuenta metros, pero las sombras de las criaturas se movían frente a ella, sus ojos ardientes como brasas barriendo el terreno. Nara, usando su linterna ultravioleta en un destello breve, confirmó lo que temía: al menos tres Umbríos patrullaban la entrada, más pequeños que los de las entradas principales, pero igualmente letales.

—Es peor de lo que pensé —susurró Nara, su voz baja, apenas audible sobre el viento—. Esos Umbríos son rastreadores, más rápidos, más atentos. No podemos pasar sin que nos vean.

Cale, inclinándose hacia ella, estudió la entrada, sus ojos verdes entrecerrados. —¿Algún otro acceso cerca? —preguntó, su tono práctico pero cargado de urgencia—. Taran mencionó que el túnel era angosto, pero ¿hay desvíos, algo que podamos usar?

Nara negó con la cabeza, su cabello oscuro cayendo sobre su rostro antes de apartarlo. —El túnel de las Sombras Silbantes es el único acceso directo al nivel inferior sin pasar por las entradas principales —dijo, su voz tensa—. Hay conductos menores, pero son inestables, propensos a derrumbes. El riesgo es demasiado alto, incluso para nosotros cuatro.

Kael, agachado a pocos pasos, gruñó: —Entonces, ¿qué? ¿Distraerlos? No tenemos suficientes cartuchos para una pelea directa, y esos bastardos son rápidos.

Veyra, ajustando su rifle, añadió: —Podríamos intentar un señuelo, pero necesitaríamos algo grande para sacarlos de la entrada sin atraer a los otros Umbríos de la mina. Y no tenemos explosivos.

Nara, con el arpón en mano, evaluó el terreno, su mente trabajando a toda velocidad. La cascada seca ofrecía algo de cobertura, pero el camino al túnel era abierto, expuesto. Los Umbríos rastreadores, con sus movimientos precisos, parecían anticipar cualquier intrusión. Miró a Cale, sus ojos castaños encontrando los suyos, buscando una chispa de inspiración en su confianza.

—Necesitamos movernos como sombras —dijo finalmente, su voz baja pero decidida—. No podemos pelear, no podemos distraerlos sin arriesgar a los otros Umbríos. Pero si pudiéramos acercarnos lo suficiente, tal vez… tal vez podamos usar el terreno.

Cale, siguiendo su mirada, notó las rocas sueltas que bordeaban el barranco, algunas apiladas inestablemente sobre la cascada. —¿Un derrumbe controlado? —sugirió, su tono cauto pero intrigado—. Si hacemos caer esas rocas, podríamos bloquear la entrada del túnel por un momento, lo suficiente para colarnos antes de que los Umbríos las despejen.

Nara asintió lentamente, evaluando la idea. —Es arriesgado —dijo—. Si las rocas caen mal, podrían sellar el túnel por completo. Pero si lo hacemos con cuidado, podría darnos una ventana. Necesitaríamos precisión y velocidad.

Kael, frunciendo el ceño, intervino: —Y alguien tendría que acercarse lo suficiente para provocar el derrumbe sin que lo vean. Es casi suicida, Nara.

Veyra, práctica como siempre, gruñó: —No si usamos el barranco. Hay una pendiente a la izquierda, cubierta de ceniza. Podríamos arrastrarnos hasta las rocas sin ser vistos, siempre que los Umbríos no estén mirando directamente.

Cale, mirando a Nara, sintió el peso de la decisión. —Yo puedo hacerlo —dijo, su voz firme—. Soy ligero, rápido. Puedo moverme por la pendiente y empujar las rocas. Vosotros cubridme desde aquí.

Nara, con una chispa de preocupación en los ojos, puso una mano en su brazo. —Cale, no —dijo, su tono más suave de lo usual—. Eres bueno, pero no conoces el terreno como yo. Iré yo. Tú y Veyra disparad si los Umbríos se acercan. Kael, prepárate para guiarnos al túnel una vez que las rocas caigan.

Cale frunció el ceño, claramente en desacuerdo, pero la determinación en los ojos de Nara lo detuvo. —Está bien, oculta —dijo, su voz baja, cargada de confianza a pesar de su inquietud—. Pero no hagas nada estúpido. Te cubro.

Kael, aunque protector, asintió. —Hazlo rápido, hermana —dijo, ajustando su arpón—. No tenemos mucho tiempo antes de que los Umbríos refuercen la patrulla.

Veyra, revisando sus cartuchos, añadió: —Apuntaré a los ojos si se acercan. Pero, Nara, no te expongas más de lo necesario.

Nara, con el arpón pequeño en una mano, se preparó, ajustando su chaqueta de cuero para moverse sin restricciones. —Cubridme —susurró, dando una última mirada a Cale, una mezcla de gratitud y resolución en su rostro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.