- ¿Sabes lo que es tremendo? - Dijo Eric, depositando sus baquetas. - Tener un vampiro en la banda. Es lo que nos llevará a la cima.
Kirk dejó a su vez el micrófono y puso los ojos en blanco. Eric hablaba siempre de llegar a la cima con el grupo y hasta el momento todo se había quedado en nada. Lo mejor que habían hecho era un bolo en la Knitting Factory... al que sólo habían asistido cuatro personas. Y una de ellas era la madre de Jake.
- Pues ya me dirás cómo si no tenemos permiso para contarle a nadie que es un vampiro.
- Una lástima. - Dijo Jake. Estaba sentado sobre uno de los altavoces, al lado de Beomgyu, que estaba enfrascado enviándole un mensaje de texto a alguien, seguramente a Yeonjun. - Aunque nadie te creería, de todos modos. Mira, aquí me tienes, a plena luz del día. - Levantó los brazos para señalar los rayos de sol que entraban a través de los agujeros del garaje de Eric, su lugar de ensayo habitual.
- En cierto sentido, todo esto hace mella en nuestra credibilidad. - Dijo Matt, retirándose de los ojos un mechón pelirrojo y mirando a Jake con los ojos entrecerrados. - Tal vez si te pusieras unos colmillos falsos...
- No necesita colmillos falsos. - Dijo Beomgyu malhumorado, dejando el teléfono. - Tiene colmillos de verdad. Ya los habéis visto.
Y era cierto. Jake había tenido que enseñar los colmillos cuando le dio la noticia a la banda. Al principio pensaron que había sufrido de un golpe en la cabeza o una crisis nerviosa. Pero en cuanto les mostró los colmillos, quedaron convencidos. Eric había reconocido incluso que aquello no le sorprendía especialmente.
- Siempre he sabido que los vampiros existen, colega. - Había dicho. - Si no, ¿cómo sería posible que haya gente conocida que siempre tenga la misma pinta, incluso cuando tienen, por ejemplo, cien años de edad, como David Bowie? Es porque son vampiros.
Jake había dicho basta y no les había contado que Beomgyu y Niki eran cazadores de sombras. No era él quien debía revelar su secreto. Y tampoco sabían que Hyunjin era un chico lobo. Simplemente pensaban que Hyunjin y Niki eran dos chicos buenos que inexplicablemente habían accedido a salir con Jake. Sus colegas lo achacaban a lo que Kirk denominaba su "embrujo de vampiro sexy". A Jake le daba igual lo que sus amigos pudieran decir, siempre y cuando no metieran la pata y le comentaran a Hyunjin o a Niki la existencia del otro. Hasta el momento había salido airoso invitándolos a bolos distintos, y nunca habían coincidido.
- ¿Y si enseñaras los colmillos en escena? - Sugirió Eric. - Sólo una vez, amigo. Muéstraselos al público.
- Si lo hiciera, la líder del clan de vampiros de Seúl os mataría a todos. - Dijo Beomgyu. - Lo sabéis, ¿no? - Movió la cabeza en dirección a Jake. - No puedo creer que les hayas contado que eres un vampiro. - Añadió, bajando la voz para que sólo pudiera oírlo Jake. - Son idiotas, por si no te habías dado cuenta.
- Son mis amigos. - Murmuró Jake.
- Son tus amigos, y son idiotas.
- Mi intención es que la gente que me quiere conozca la verdad sobre mí.
- ¿Ah, sí? - Dijo Beomgyu, algo seco. - ¿Y cuándo piensas contárselo a tu madre?
Pero antes de que a Jake le diera tiempo a responder, alguien llamó con fuerza a la puerta del garaje, que se abrió un instante después, con la luz del sol otoñal inundando el interior del espacio. Jake levantó la vista, pestañeando. En realidad era un reflejo que le había quedado de cuando era humano. Ahora, sus ojos necesitaban tan sólo una décima de segundo para adaptarse a la oscuridad o a la luz.
En la entrada del garaje había un chico; su silueta se perfilaba a contraluz. Tenía un papel en la mano, que miró con incertidumbre. A continuación, levantó la vista en dirección a los miembros de la banda.
- Hola. - Dijo. - ¿Es aquí donde ensaya el grupo Mancha Peligrosa?
- Ahora nos llamamos Lémur Dicótomo. - Dijo Eric, dando un paso al frente. - ¿Y tú quién eres?
- Me llamo Bangchan. - Respondió el chico, agachándose para pasar por debajo de la puerta del garaje. Cuando se enderezó, se echó hacia atrás el mechón de cabello negro que le caía sobre los ojos y le entregó el papel a Eric. - He visto que andabais buscando un cantante.
- ¡Jo! - Exclamó Matt. - Ese anuncio lo publicamos hará cosa de un año. Lo había olvidado por completo.
- Sí. - Dijo Eric. - Por aquel entonces tocábamos otro tipo de cosas. Ahora prácticamente no hacemos nada vocal. ¿Tienes experiencia?
Bangchan -Jake se fijó que era muy alto y con muy buen cuerpo- se encogió de hombros.
- La verdad es que no. Pero dicen que canto muy bien.
Los miembros de la banda se miraron dudando. Eric se rascó la oreja.
- ¿Nos concedes un segundo, chico?
- Por supuesto. - Bangchan salió del garaje e hizo descender la puerta a sus espaldas. Jake oyó que se ponía a silbar. Le pareció que era She'll Be Comin' Round the Mountain, aunque no sonaba del todo afinado.
- No sé. - Dijo Eric. - No estoy muy seguro de si alguien nuevo nos vendría bien ahora. Me refiero a que no podemos contarle lo del vampiro, ¿no creéis?
- No. - Contestó Jake. - No podéis.
- Pues vaya. - Dijo Matt. - Es una lástima. Necesitamos un cantante. Kirk canta de pena. Lo digo sin ánimo de ofender, Kirk.
- Que te jodan. - Espetó Kirk. - Yo no canto de pena.
- Sí, chico. - Dijo Eric. - Das una pena que no veas...
- Pienso... - Opinó Beomgyu interrumpiéndolos y subiendo la voz. - Que deberíais hacerle una prueba.
Jake se quedó mirándolo.
- ¿Por qué?
- Porque está buenísimo. - Dijo Beomgyu, sorprendiendo a Jake con el comentario. La verdad era que a él no le había llamado la atención en absoluto, aunque quizá no fuera el más indicado para juzgar la belleza masculina. - Y vuestra banda necesita un poco de sex appeal.
- Gracias. - Dijo Jake. - Muchas gracias en nombre de todos.