Cazadores de Sombras: Ciudad de los Ángeles Caídos (yeongyu)

Capítulo 10: 232 Avenida B

Jake estaba sentado en el sillón de la sala de estar de Chan con la mirada fija en la imagen congelada del televisor situado en una esquina de la estancia. La pantalla estaba en pausa en una pantalla del juego al que Chan había estado jugando con Yeonjun. En la imagen se veía un túnel subterráneo de aspecto frío y húmedo con una montaña de cadáveres apilados y varios charcos de sangre, todo ello con un aspecto tremendamente realista. Resultaba perturbador, pero Jake no tenía ni la energía ni las ganas para molestarse en apagarla. Las imágenes que llevaban dando vueltas en su cabeza toda la noche eran aún peores.

La luz que entraba en la sala por las ventanas había ido cobrando fuerza y había pasado de la acuosa luminosidad del amanecer al claro resplandor de primera hora de la mañana sin que Jake se percatara apenas de ello. Seguía viendo el cuerpo inerte de Wonhee en el suelo, su pelo negro manchado de sangre. Su avanzar tambaleante en plena noche, la sangre de la chica cantando en sus venas. Y después a Hyunjin abalanzándose sobre Chan, arremetiendo contra él con sus garras. Chan se había quedado tumbado en el suelo sin siquiera levantar una mano para defenderse. Probablemente habría dejado que lo matara de no haber interferido Niki, apartándolo de él y aplastándolo contra el suelo, sujetándolo allí hasta que su rabia se transformó en lágrimas. Jake había intentado acercarse a él, pero Niki se lo había impedido con una mirada furiosa, abrazando al otro chico, levantando una mano para indicarle que no se acercara.

- Vete de aquí. - Le había dicho. - Y llévatelo contigo. No sé qué le habrá hecho, pero debe de ser malo de verdad.

Y lo era. Jake conocía aquel nombre, Bangchan. Había salido a relucir en una ocasión, cuando él le había preguntado cómo se había convertido en chico lobo. Había sido su ex novio, le había contado. Había sido un ataque salvaje y despiadado, y después de aquello aquel chico había huido, abandonándolo a merced de las consecuencias.

Y se llamaba Bangchan.

Por eso Chan sólo tenía un nombre en el timbre de la puerta. Su nombre completo tenía que ser Bangchan, había comprendido Jake finalmente. Había sido un estúpido, increíblemente estúpido, por no haberse dado cuenta antes. Una razón más para odiarse en aquel momento.

Chan -o más bien dicho, Bangchan- era un hombre lobo; se curaba con rapidez. Cuando Jake lo incorporó, sin excesiva delicadeza, y lo condujo hacia el coche, los zarpazos profundos que había sufrido en el cuello y bajo los harapos de su camisa ya habían cicatrizado. Jake le había cogido las llaves y habían regresado a casa casi en silencio, Bangchan sentado prácticamente inmóvil en el asiento del acompañante, con la mirada fija en sus manos ensangrentadas.

- Wonhee está bien. - Había dicho por fin. - Tenía peor aspecto de lo que ha sido en realidad. Aún no eres muy bueno alimentándote de humanos, por eso ha perdido poca sangre. La he subido a un taxi. No recuerda nada. Piensa que se ha desmayado delante de ti, y se siente abochornada por ello.

Jake sabía que debía darle las gracias a Bangchan, pero no tenía fuerzas para ello.

- Eres Bangchan. - Dijo. - El antiguo novio de Hyunjin. El que lo convirtió en chico lobo.

- Sí. - Dijo Bangchan por fin. - Empecé a utilizar sólo el "Chan" cuando me uní a los Praetor.

- Te habría matado de habérselo permitido Niki.

- Tiene todo el derecho a matarme si así lo desea. - Dijo Bangchan, y se quedó en silencio. No dijo nada más, pues Jake ya estaba aparcando y subieron en seguida a casa. Se había metido a su habitación sin despojarse de la chaqueta ensangrentada y había cerrado de un portazo.

Jake había guardado sus cosas en la mochila y estaba a punto de abandonar el apartamento, cuando lo inundaron las dudas. No estaba seguro de por qué, ni siquiera ahora, pero en lugar de marcharse, había dejado caer la bolsa al suelo, junto a la puerta, y se había sentado en aquel sillón, donde había permanecido la noche entera.

Le habría gustado poder llamar a Beomgyu, pero era demasiado temprano y, además, Niki le había dicho que él y Yeonjun se habían marchado juntos, y la idea de interrumpirles un momento especial no le resultaba en absoluto atractiva. Se preguntó cómo estaría su madre. Si lo hubiera visto la pasada noche, con Wonhee, habría pensado que, efectivamente, era el monstruo que le había acusado de ser.

Tal vez lo era.

Vio en aquel momento que se abría la puerta de la habitación de Bangchan y que este hacía su aparición. Iba descalzo, con la misma ropa del día anterior. Las cicatrices del cuello se habían convertido en simples líneas rojizas. Miró a Jake. Sus ojos oscuros, normalmente tan brillantes y alegres, estaban rodeados de oscuras ojeras.

- Creía que te marcharías. - Dijo.

- Iba a hacerlo. - Dijo Jake. - Pero después pensé que tenía que darte la oportunidad de explicarte.

- No hay nada que explicar. - Bangchan entró en la cocina y hurgó en el interior de un cajón hasta que encontró un filtro para la cafetera. - Sea lo que sea lo que Hyunjin te haya contado de mí, estoy seguro de que es cierto.

- Dijo que le pegaste. - Le explicó Jake.

Bangchan, en la cocina, se quedó muy quieto. Bajó la vista hacia el filtro como si ya no estuviese seguro de para qué lo quería.

- Dijo que estuvieron saliendo varios meses y que todo era estupendo. - Prosiguió Jake. - Que después te volviste violento y celoso. Y que cuando te llamó la atención al respecto, le pegaste. Él cortó contigo y una noche, cuando regresaba a su casa, algo lo atacó y estuvo a punto de matarlo. Y tú... tú desapareciste de la ciudad. Sin disculparte de nada, sin dar explicaciones.

Bangchan dejó el filtro en la encimera.

- ¿Cómo llegó hasta aquí? ¿Cómo dio con la manada de Choi Minho?

Jake movió la cabeza.

- Cogió un tren hacia Seúl y los localizó. Hyunjin es un superviviente. Nunca permitió que lo que le hiciste lo hundiera. Mucha gente habría sucumbido.




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