VICTORIA
Voy a contarte mi historia, pero te advierto que tal vez para ti no seré exactamente la heroína a la que a lo mejor estás acostumbrada, tal vez creas que tengo mas, un perfil de villana, pero no me importa lo que puedas pensar de mi, soy como soy y no necesito que nadie me apruebe. Si tienes perjuicios a cerca de como deben ser las personas y las protagonistas de una historia, entonces no voy a caerte muy bien que digamos, pero sigue leyendo, a lo mejor y hay algo de mi que te guste.
Todo comenzó una tarde como cualquier otra, sin proponérmelo, bueno, tal vez si fui un poco responsable de los sucesos de ese día; pero no nos desviemos de la historia, una tarde de abril de camino a casa, tuve la oportunidad de obtener eso que tanto había anhelado desde hacía mucho tiempo; aunque fue un tanto complicado y fatídico el comienzo de mi reinado, al final las cosas salieron mejor de lo que yo lo había planeado, al menos así fue por un tiempo; y pensar que yo iba sólo detrás del dinero, pero en el camino he decidido que quiero quedarme también con el chico.
El amor nunca estuvo en mis planes; siempre he estado convencida de que el amor te vuelve débil y estúpida, te vuelves un ser dependiente y necesitado fácil de destruir; cuando te enamoras dejas de pensar con claridad, pierdes el enfoque y no puedes tomar decisiones con cabeza fría, porque todo se reduce a hacer feliz a la otra persona y anteponer las necesidades del otro por encima de las tuyas y por esa razón no estaba dispuesta a amar a nadie, nunca iba a poner a nadie por encima de mi.
Yo nunca me consideré precisamente alguien sensible o empática, de hecho siempre fui catalogada por mis conocidos como egoísta y egocéntrica, me negaba a dejar que otro mortal que no fuera yo misma dominara mi mente y mi vida, me negaba a darle importancia a alguien mas que no fuera yo misma.
Mi cuerpo, mi mente, mis pensamientos y emociones eran controladas minuciosamente por mi calculador cerebro, pensando siempre en estar en control de mis actos, mis palabras y mi casi inexistente corazón.
¿Parezco un poco malvada y fría? Tal vez lo soy y debido a esto nadie esperaría que mi objetivo despertara sentimientos reales en mi; pero al final soy un ser humano y no por mi personalidad iba a negarme la oportunidad de disfrutar de el hombre hermoso que el destino había puesto a mi lado para bien o para mal.
ALGÚN TIEMPO ATRÁS…
—¡Victoria! — escucho gritar a mi fastidiosa madre justo antes de que entre en mi habitación sin tocar la puerta —¡Estoy harta de esta actitud de mierda que tienes con la vida! — Ruedo los ojos por el dramatismo de la mujer, a veces es demasiado insoportable.
—Madre, ¿Qué se supone que haga? —Pregunto con notable aburrimiento en mis palabras sin levantarme de la cama donde estoy sentada mirando mis redes sociales; últimamente es el mismo discurso una y otra vez, la mujer parece un disco rayado y está comenzando a hartarme.
—¡Sigue el ejemplo de tu hermana!, ella sí que ha sabido cómo salir adelante labrándose un futuro, mientras tu solo desperdicias tu vida, ¡te doy una semana Victoria! ¡una semana, para que consigas un empleo o algo productivo que hacer! Si para entonces no has hecho nada al respecto, tendrás que irte a la calle.
Me levanto de golpe y la miro horrorizada, nunca que me había amenazado con echarme de casa y dejarme sin hogar, sabe que no tengo a donde ir, moriré de hambre en menos de una semana, no se hacer nada.
—Madre, no serías capaz de hacerme eso…
Al menos eso espero, porque ¿Dónde diablos voy a conseguir un empleo que pague buen dinero sin mucho esfuerzo? Hasta las desnudistas tienen que trabajar duro y esforzarse para ganarlo.
—Obsérvame — Amenaza con decisión y sale de mi habitación dando un portazo, yo vuelvo a la cama y me acuesto mirando al techo preguntándome ¿qué mosca le picó? ¿Desde cuándo se volvió tan severa? Se supone que me ama y soy toda su vida; ahora ¿Qué carajos voy a hacer?, la vieja se volvió loca, de seguro por consejo de mi padre, siempre actuando como si yo no fuera su hija, parece que me odia desde que nací, siempre tratando de separarme de mi madre procurando qué ella no me quiera más y llenando su cabeza de ideas absurdas en mi contra.
Me levanto de la cama de mala gana, últimamente no he podido descansar tanto como quisiera por culpa de mis padres molestándome desde muy temprano, ¿Cómo puede una chica tener un sueño reparador teniendo tanta angustia?.
Luna de plata es el lugar donde vivo, una ciudad costera grande, con muchos sitios hermosos, encantadores y llenos de cultura, creo que no tenemos nada que envidiarle a New York o Los Ángeles; supongo que sí quiero conseguir un trabajo medianamente decente, debo comenzar por el puerto deportivo, ahí abunda el dinero y gente hermosa y con clase. Dinero… lo único capaz de comprar mi felicidad, lo único que puede hacerme realmente dichosa sería tener dinero a diestra y siniestra para dar y repartir; me imagino viajando por el mundo junto a un rico y guapo magnate; porque lo que mas deseo es conseguir un marido rico; pero no uno viejo, gordo y feo, quiero un chico guapo, fornido y de dientes perfectos; suspiro con ese pensamiento, soñar no cuesta nada.
Mi teléfono suena y veo en la pantalla que es mi tía Sonya, ella sí que me quiere; es la hermana menor de mi madre, está al final de sus 30, nunca se casó o tuvo hijos, pero todo su amor y cariño siempre han sido incondicionales hacia mí, es mi mejor amiga y compinche. Trabaja como ama de llaves en una de las mansiones más lujosas ubicadas en Puerto Plata. A unos kilómetros a las afueras de la ciudad, grande e imponente en una colina se levanta frente al mar, la mansión de los Mitchell, la familia más rica y poderosa de todo el país, que digo el país, de todo el continente; son asquerosamente ricos todo gracias a la viuda Olga Mitchell, la emperatriz del dinero como la llaman los incautos, dicen las malas lenguas que es el ser más frio, malvado y oscuro que una persona podría conocer. Creo que la amo en secreto.
Editado: 21.06.2024