VICTORIA
—Hay que llamar a emergencias. — estoy aterrada, pero de lejos puedo ver que esa es una malísima idea y no voy a permitir que me metan presa por culpa de este idiota.
—No puedes hacer eso. — le digo con firmeza, hay algo en lo que soy muy buena y es en pensar rápido en situaciones difíciles.
—Victoria, acabo de atropellar a un hombre, necesitamos pedir ayuda. — ni de coña lo voy a dejar llamar a nadie, lo mas seguro es que seré yo quien termine pagando por culpa de este irresponsable.
—Si llamas, vendrá la policía y verán que estabas bajo la influencia del alcohol, terminaras en la cárcel ¿es lo que quieres? — trato de manipularlo para hacerlo entrar en razón.
—No, pero fue un accidente, mi madre puede contratar un buen abogado ella me ayudará a salir de esto. — lo dicho, se lavaran las manos y seré yo quien termine pagando por toda esta mierda y no pienso permitirlo así que lo engatuso lo mejor que puedo para que se asuste y haga lo que yo quiero.
—Si no estoy mal, tu madre te dio un ultimátum, con esto te convertirás en un asesino, todos te darán la espalda y terminarás pudriéndote en una cárcel, eres bastante bonito de seguro consigues novio rápido. — Necesito que entre en razón y deje que yo tome el control de la situación.
—¡Fue un accidente!. — Suelto una carcajada seca.
—Nadie va a creerte, tienes un prontuario de mal comportamiento y uso de sustancias, los medios van a destruirte, tu vida se convertirá en un infierno. — Sonrío para mis adentros al ver que está dudando y no sabe que debe hacer.
—¿Qué se supone que hagamos entonces? — Ahora es mi oportunidad de tomar las riendas de la situación y sé que cualquier cosa es mejor que la cárcel.
—Vamos a deshacernos del cuerpo, vas a darme mucho dinero por mi ayuda y luego haremos de cuenta que nada de esto sucedió y continuaremos con nuestras vidas. — espero que colabore porque se me acaba de ocurrir una gran idea y solo necesito que el principito colabore.
—No es tan fácil. — miro el cuerpo inerte a mis pies y sonrío con malicia.
—Es más fácil de lo que tú piensas.
Resulta que tengo un tío que tiene una finca a pocas horas de aquí, el hombre cría vacas, cerdos, caballos, gallinas, todo tipo de animales, hace poco tiempo tuvo una crisis porque hubo un virus que azotó la región que mató a gran cantidad de su ganado, al no poder consumir esa carne y para evitar que la calamidad se extendiera, debía deshacerse rápidamente de los cadáveres para no contaminar a los otros animales o a la gente, así que construyó un horno muy parecido al de un crematorio para poder incinerar los cuerpos y poder terminar con la peste que casi lo arruina a el y a los otros granjeros, desde entonces el horno es utilizado para cremar animales muertos que no son aptos para el consumo y tiene permiso ya que también es usado por vecinos que necesitan el servicio, le cuento esto a Arthur y le digo que me dé su teléfono para llamar a mi tío, él está en Shock y asustado pero me entrega el aparato, cuando mi tío contesta me identifico sin saludar.
—Tío, soy Victoria, necesito tu ayuda. —se sorprende con mi llamada porque hace mucho no sabe de mi, así que lloriqueo un poco y me invento una historia que haga que me ayude sin levantar sospechas, le cuento que iba con un amigo paseando en su auto y se nos atravesó un ciervo, como es un animal protegido en esta zona, si llamo a la policía nos levantaran cargos y terminaré en la cárcel y sabe que mi madre va a enojarse mucho si se entera así que le pido entre falso llanto que me ayude a desaparecer el cuerpo; él lo piensa y luego de rogarle accede a ayudarme pero que debo darle una buena suma de dinero.
—¿Cuanto traes en efectivo? — le pregunto al hombre que me mira y al cuerpo inerte aun sin poder creer lo que estoy haciendo. Saca la billetera y se la arranco de las manos rápidamente.
—Tengo 800 dólares. — el hombre acepta el trato y me pide que lleve al animal, que mientras llego el va a encender el horno y que le debo una muy grande. Luego de colgar registro al tipo en el suelo y cuando encuentro su billetera la tomo y la meto en mi bolsillo trasero como un seguro por si el principito luego le da un ataque de moral o no me paga, Arthur está como un zombi así que debo empujarlo para que reaccione y me ayude a meter al tipo en la cajuela del auto, le digo que necesitamos bolsas de basura para meter el cuerpo y productos de aseo para limpiar el auto despues, el asiente en modo automático, yo doy las órdenes y él solo sigue las instrucciones, luego de levantar el cuerpo con dificultad y esconderlo en la cajuela, buscamos un supermercado de 24 horas, estaciona lejos del lugar para evitar las cámaras de seguridad y yo me bajo y camino sola hasta el sitio mientras él se queda en el vehículo para no levantar sospechas, trato de parecer tranquila cuando llego a la caja registradora y pago las bolsas, un par de escobas, un trapeador y productos de limpieza, ya que soy una mucama, no es de extrañar que compre este tipo de cosas, solo debe parecer que haré una limpieza extrema en casa; pago y salgo del lugar. Cuando llego al auto Arthur está sentado detrás del volante un poco ido, toco la ventana para que me deje entrar y noto que hay una abolladura en el capó, debemos solucionar eso también, pero no ahora, gracias a Dios el cuerpo sólo tenía unos raspones, parece que se desnuncó cuando cayó al suelo, pero no había gran cantidad de heridas o sangre, solo unas cuantas superficiales. Nos ponemos en marcha y un par de kilómetros antes de llegar a lo de mi tío, detenemos el vehículo en la solitaria carretera rural y metemos el cuerpo en las bolsas para que el metiche con el que comparto cadenas de ADN no sepa que es lo que realmente llevamos ahí. Al llegar a la finca, mi tío me recibe con un fuerte abrazo, luego de darle el dinero, me lleva al horno para que pueda incinerar al supuesto ciervo, quiere ayudar a sacar el cuerpo, pero no quiero que se de cuenta de la verdad así que lo engatuso con más mentiras. — puedes enseñarme como se hace y me encargaré, no quiero causar más molestias y que si se entera la policía te acusen de complicidad, además sabes que amo los animales y me gustaría despedirme con una pequeña ceremonia a solas con Arthur, es por su religión. — pido mentalmente perdón a Dios por mi mentira, pero debo salvar mi pellejo como sea y por mucho que el hombre me quiera, sé que no dudará en acusarme con la ley.
—Eres muy rara, está bien.
El hombre me explica lo que debo hacer y cuando me quedo a solas con Arthur procedemos a sacar la bolsa de la cajuela y luego de maldecir por cargar el pesado cuerpo procedemos a lanzarlo dentro del horno, Arthur duda antes de hacerlo, pero le recuerdo que su futuro depende de lo que hagamos esta noche; entonces lanzamos al hombre, cerramos el horno y esperamos hasta que esté totalmente calcinado para cerciorarnos que no queda ninguna evidencia, pasamos el resto de la noche en el auto no sin antes lavar la cajuela de este y luego por fuera con los productos de limpieza que traje, debemos evitar que haya pruebas que nos señalen de cometer un asesinato.
—Tienes muchos familiares. — dice de repente cuando hemos terminado la limpieza y estamos esperando dentro del auto que el horno haga su trabajo.
—A los pobres nos gusta reproducirnos. —respondo acomodándome en mi asiento.
El solo rueda los ojos y vuelve a hablar.
—Este hombre debía tener familia, van a preguntarse dónde está. — respiro profundo muy molesta porque al parecer el idiota tiene un ataque de moral.
—¿Lo conoces?, ¿acaso sabes quién es? — no quiero pensar más en esto, necesito descansar y borrar de mi memoria esta terrible noche.
—No. — responde con un dejo de tristeza.
—Entonces, ¿qué te importa quién diablos es este hombre? Tal vez es un asesino en serie y libramos al mundo de su maldad. — voy a pensar en eso y asunto terminado.
—Eres muy malvada y fría. — bufo por sus palabras, el menos que nadie tiene derecho a juzgarme, ahora resulta que el tiene conciencia.
—Ohww gracias cariño, es lo más lindo que me han dicho en mucho tiempo. —me burlo mientras el solo arruga la cara.
—Recuerda que mi ayuda no es de gratis, quiero dos millones de dólares por mis servicios. — cualquier cosa que le pida es poco por haberle salvado el pellejo.
—No tengo esa suma y no hay manera que pueda sacar ese dinero de las cuentas de la empresa sin que se vea raro, eso pondrá alerta a mi familia, me encerrarían por desfalco. — no puedo creer que el heredero de una familia como esa no tenga 2 mugrosos millones de dólares a su disposición.
—Eres un hombre muy rico, no creo que no puedas conseguirlo. — me molesta su actitud, es un desagradecido, acabo de jugármela por él y no quiere pagarme lo que para el debe ser una miseria.
—Yo no, el dinero es de mi madre, no puedo acceder a mi fideicomiso hasta cumplir 29 y eso no será hasta dentro de 2 años. — Me paso las dos manos por la cara muy frustrada, quiero golpearlo y luego lanzarlo también al horno.
—Los ricos son tan raros, ¡ese no es mi problema!, ¡quiero mi dinero!, te ayudé y ahora debes pagarme — Exijo enojada.
—Ya te dije que no tengo todo ese dinero, mi madre controla todo el dinero de la familia — Debo ser la mujer con la peor suerte en el planeta, todo me sale mal, el supuesto heredero millonario no tiene en que caerse muerto.
—Entonces ¿Qué se supone que hagamos? — No voy a dejar que se vaya sin darme mi dinero, no pienso volver a fregar pisos, he decidido que no quiero ser mas una sirvienta.
—Tengo 250 mil en el banco guardados para alguna emergencia, puedo dártelos ahora y puedes esperar a que me den mi herencia para pagarte el resto. — suena interesante pero no quiero sus limosnas.
—¿Pagar a plazos? ¿Cómo podrías garantizar que luego me darás el resto de mi dinero?, no confío en ti, te ayudé desinteresadamente Arthur, deberías ser más agradecido — no puedo creer que el hombre no sea mas que un pobre mantenido.
—¿¡Qué quieres que haga entonces!? — está molesto y no me gusta su tono, debo ponerlo en su lugar.
—Solo quiero dinero, nada más, necesito algo que me asegure que no vas a salirte de esto sin pagar, tengo la billetera del tipo al que mataste, puedo destruirte en un segundo. — debo esconderla en un lugar seguro ya que será mi garantía.
—Ya te he dicho, aún no tengo dinero propio, todo está en inversiones de las empresas y no tengo el poder para mover cantidades mayores a lo que te he dicho. — No puedo confiar en él, puede aprovechar y huir para no pagarme, pienso en cómo puedo asegurarme que me lo dé luego, sin que aproveche para dejarme tirada y sin nada en cualquier momento…
—Tengo una idea. — solo hay una salida y será el negocio perfecto, pienso con avaricia.
—¿Cuál es?, no me gustan tus ideas. — se le ve bastante preocupado y debería, a partir de ahora toda su vida va a dar un vuelco.
—Debes casarte conmigo, así aseguraré que no te sales por las ramas luego para no darme mi dinero. — comienza a objetar pero no me importa nada de lo que dice.
—Mi madre nunca lo permitirá, tiene mucho poder. — la Doña me puede hacer los mandados, el principito va a casarse conmigo por las buenas o por las malas.
—¿Haces siempre lo que mamita dice? Sé que ha hecho tu vida miserable, cariño, es una bruja malvada. — ataco con todo para convencerlo. — Mira, casándote conmigo podrías matar dos pájaros de un solo tiro, yo tendría mi seguro para recibir el dinero y tú podrás vengarte de tu madre por todo lo malo que te ha hecho, prometo hacerle la vida imposible como un bono. — sigue negando, pero yo sé que voy a convencerlo.
—¿Cómo puedes pensar que le haría algo así a mi propia madre? — me rio de su actitud hipócrita.
—Ella es una bruja, supe que hizo que tu chica abortara y se fuera de la ciudad esfumándose sin dejar rastro, tal vez la asesinó, no le debes nada. — agradezco en silencio a mi tía por contarme la historia, sin saber me sirvió para presionar al futuro heredero.
—¿Cómo sabes eso? — me mira con odio y dolor.
—Se muchas cosas principito, ahora es momento que tu madre pague por lo que hizo y tú obtengas lo que mereces, incluso te ayudaré a quedarte con la empresa y encontrar a la chica que amas, luego podrás divorciarte de mí, yo tendré mi dinero y tú tendrás lo que tanto quieres, independencia y libertad, ¿trato? — Le extiendo la mano, él me mira con duda por un momento, pero luego la toma y me da un fuerte apretón.
—Trato. — dice con cara de pesar mientras yo aplaudo mentalmente, muy emocionada por los nuevos planes para mi vida. —Vamos a ir al infierno. — dice con un poco de culpa, lo miro risueña, el pobre es tan inocente que no te lo crees.
—¿Acaso lo dudaste en algún momento?
Editado: 21.06.2024