Cazando el Heredero Millonario

13 ¿FAMILIA O ENEMIGOS?

VICTORIA

 

 

Cuando entramos en la pequeña sala de estar, veo que hay compañía no deseada que no esperaba ni quería encontrarme. 


—¿Que hace toda esta gente aquí? 
Pregunto haciendo un mohín de disgusto, esperaba ver a mi hermana, pero no al intruso indeseable que la acompaña. 


—¿No te alegras de verme hermana?  
Pregunta esta acercándose y dándome un abrazo, Arthur no se aparta de mi lado así que ella debe hacerlo por un costado de mi cuerpo. 


—Entiendo que te hayan invitado, pero, ¿que hace aquí el oficial Mahoney? 
Solo quienes son fanáticas de películas viejas entenderán la referencia. 


—Ja, ja, muy graciosa— responde el hombre acercándose y dándome un beso en la mejilla que limpio sin disimulo. —Hola Vic, también me alegro de verte, ¿no nos presentas a tu esposo? 


Ruedo los ojos e ignoro el sarcasmo en sus palabras, nunca olvidaré cuando me rechazó porque según sus palabras yo no era suficiente. 


—Arthur, ella es mi hermana Alice y este es su perro faldero, Isaac. 
Dios, como lo detesto al hijo de su ramera madre.  


—Arthur, me alegra conocerte. 
Mi hermana le da la mano de forma educada y le regala una sonrisa que parece muy sincera, lo que  me molesta mucho porque la conozco bien, seguro que solo se quiere ganar su confianza para luego ponerlo en mi contra al igual que con todos. 


—Hola Alice, me alegra por fin conocer a la hermana de Vito, ella me ha hablado mucho de ti. 
Responde al saludo con educación mi falso esposo, nunca me han gustado los apodos, tengo un nombre poderoso y me gusta como suena completo, pero que Arthur me haya llamado así, de forma cariñosa delante de ellos para reforzar nuestra historia y mostrar apoyo, no me desagrada del todo. Está muy comprometido también con el plan. 


—No imagino que tipo de cosas te habrá dicho, no le agrado mucho. 
Dice esta con tono de broma, pero se que como siempre está tratando de hacerme quedar mal de forma disimulada. 


—Solo halagos. 
Responde este con una sonrisa picara, aunque me gusta que esté dando su mejor acto al ser tan amable, no quiero que termine cayendo también en el efecto Alice, el siempre debe estar de mi lado pase lo que pase y sé que es muy fácil de manipular, así que lo alejo halándolo un poco y lo llevo a que nos sentemos en el horrible sofá hecho con tela de gamuza barata, para continuar la conversación mas cómodos, espero que el culo de Arthur no se brote por ponerlo en algo tan ordinario y de mal gusto. 

—Disculpen que sea tan metiche, pero no comprendo como es que se casaron tan precipitadamente, digo, a menos que ella estuviera embarazada no entiendo por qué tanta prisa, sin avisarle a nadie y lo hicieron a escondidas. 


Si sigo rodando los ojos tan seguido creo que me voy a quedar bizca. 


—No me digas que querías se mi dama de honor, hermana. 


—Al menos me hubiera gustado que tuvieras la educación de invitarme y a nuestros padres, somos tu familia. 


Ya sabía yo que ella tenía que hacer alguno de sus apuntes, ¿por qué simplemente no puede dejarlo estar y alegrarse por mi? de verdad que quiero callarla de un golpe, pero mi esposo interviene notando que se viene el enfrentamiento; sin titubear y en tono firme habla fuerte y claro, lo que me frena a comenzar una masacre familiar. 


—Ella no está embarazada, ese no es el caso, simplemente el amor llega cuando llega y hay que aprovechar la oportunidad para ser feliz, eso fue lo que sucedió. 


Tía Sonya entra con una bandeja con pocillos y una jarra con café e interviene porque de seguro sabe que debo estar a punto estrangular a mi hermana metiche. 


—Ni yo lo sabía cariño y eso que vivía en la misma casa con ellos, el par de pillos supieron ocultarlo muy bien, pero el amor es una fuerza incontrolable. 
La amo por ser tan hermosa, daría cualquier cosa porque ella fuera mi madre. 


Arthur me toma de la mano y la besa diciendo luego: 


—Supongo que cuando lo sabes, lo sabes. 
Me rio entre dientes por su falsa dulzura, no quiero que me guste, pero el hombre está comenzado a agradarme bastante. 

—Y ¿como fue que supiste eso? 

Tomo una respiración profunda tratando de calmar mi rabia, Alice es una fastidiosa insoportable y se que está buscándole las 5 patas al gato. 


—Tal vez fue un flechazo, nunca olvidaré la primera vez que la vi, estaba en mi habitación oliendo mi ropa sucia de forma soñadora. 


Le doy un pisotón por querer avergonzarme contando esa historia en específico. 


—No es cierto y la primera vez que me viste estabas totalmente desnudo, enojado porque entré a tu habitación. 


El ríe a carcajadas y yo le doy un golpe en el hombro, lo que lo hace reírse mas de mi, ruedo los ojos y me cruzo de brazos enfurruñada por su actitud idiota. 


—Soy muy celoso con mi espacio personal, lamento eso, pero no miento, si te pesqué oliendo mi ropa sucia en una ocasión.

 
Como olvidar la vergüenza que me dio cuando me pilló haciendo eso, Isaac me mira y pregunta arrugando el seño. 


—¿Olías su ropa sucia? 
El tipo se ve bastante confuso, no comprendo su comportamiento, luce sorprendido y un poco asqueado. ¿Qué diablos le importa lo que haya o no hecho? 


—¿Has visto a mi esposo? Olería cada parte de su cuerpo limpia o sucia todo el tiempo sin cansarme. 


Me molesta que la gente siempre quiera juzgarme cuando lo que sea que haga con mi vida no es problema de nadie mas que mío. 


—Disculpa Vic. 
Parece realmente avergonzado por juzgarme, lo miro de reojo y ahora no puedo creer que hubiera estado enamorada de ese idiota. 


Arthur es un hombre orgulloso y además le encanta sacarme de mis casillas, así que continúa contando su historia de amor inventada ignorando mi molestia. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.