Cazando el Heredero Millonario

14– SENTIMIENTOS NO DESEADOS

VICTORIA

 



—¿Que hacen ahí parados mirando el auto de mi marido? 
Espanto a los vecinos que se acercaron a ver el majestuoso vehículo de mi esposo; me siento molesta con la actitud de mi familia y me quiero desquitar con el mundo; no esperaba que mis padres me recibieran con brazos abiertos, pero tampoco que trataran de ridiculizarme frente a Arthur, estoy terminando de echar a los mirones cuando de la nada veo venir emocionada y sonriente a Sasha mi compinche desde el jardín de niños  
—Victoria, lo lograste, por fin pescaste a tu millonario, estoy taaaaan  orgullosa y feliz por ti. 
La miro con fastidio, ella y todas las personas de mi pasado se han convertido en seres indeseables para mi. 
—¿Que diablos dices, has visto al hombre? Es amor puro y verdadero lo que tenemos. 
Me abraza con demasiada emoción, espero que no piense pegarse a mi como una garrapata ahora que soy una señora rica. 
—¡Ay! por favor, te conozco y se que lo que mas amas después de a ti misma, es el dinero y siempre buscaste un millonario que te mantuviera, nadie te conoce tanto como yo. 
Tomo una respiración profunda tratando de no salirme de casillas, lo peor que podemos hacer en el mundo, es confiar demasiado en las personas y dejar que conozcan cada parte de nosotros, haber sido tan amiga de Sasha fue un gran error que puede costarme mucho ahora,  puede írsele la lengua y hablar de mas, la gente querrá saber como terminamos juntos mi esposo y yo y podrían llegar a la verdad por culpa de alguna imprudencia suya; nadie puede saber lo que sucedió o Arthur y yo estaremos en graves problemas,  no podemos tener cabos sueltos, así que tomo fuerte del brazo a la metiche y susurro a su oído para que nadie mas que ella me escuche 
—Amo a Arthur profundamente y el a mi, lo del dinero fue solo suerte, si vuelves a decirle a alguien algo como eso, voy a extraerte la lengua con órganos internos incluidos. 
Aprendí a defenderme en la escuela, ella fue testigo en muchas ocasiones de lo que soy capaz cuando estoy enojada, espero que no quiera meterse conmigo. 
—¿A quien mierda voy a decirle cosas de ti? 
Responde ofendida, pero no le creo nada, de seguro ya habrá estado chismeando de mi en el barrio. 
—Te lo advierto Sasha, haces algo que me afecte a mi o a mi matrimonio y te juro que lo vas a pagar muy caro, sabes que soy muy vengativa y ahora tengo los recursos y el poder para hacer lo que quiera, no voy a medirme para quitar del camino los estorbos. 
Ella lloriquea asustada, porque sabe que puedo llegar a ser muy malvada cuando quiero. 
—No se de que hablas, somos amigas desde chicas, nunca haría nada que pudiera afectarte. 

—Eso espero, por tu bien, porque vendrán los medios de comunicación en algún momento a escarbar en mi pasado y si me haces quedar como una caza fortunas interesada, vas a pagarlo muy caro. 
Se suelta de mi agarre y masajea el lugar donde la tenía agarrada haciendo pucheros. 
—Te juro que nunca haría algo así, eres mi mejor amiga. 
No confío en que no se le vaya la lengua, estoy segura de que si alguien le ofrece dinero por contar cosas malas de mi, no va a dudar en hacerlo. 
No quiero hablar mas con ella, así que la despido y se va a su casa haciendo un mohín; odio este barrio de mierda, odio a la gente que vive aquí, no quiero volver nunca mas ni estar cerca de nadie de aquí, para mi todo esto ha quedado en el pasado, voy a borrar todos los malos recuerdos a partir de ahora y hacer de cuenta que no soy de aquí. 
Arthur sale de la casa y me ve recostada en el auto de brazos cruzados enfurruñada esperándolo y suelta una risotada negando con la cabeza. 
—Vamos a casa, demasiado drama por un día. 
Estoy de acuerdo, creo que fue suficiente para mi por una década. 
—Ni que lo digas. 
No me despido de nadie, me subo al auto y me voy con mi esposo sin mirar atrás ni una sola vez. 

—¿Qué te pareció la visita a los barrios bajos. 
Pregunto acomodada ya mas tranquila a su lado. 
—Tu padre me agrada, me invitó a pescar, tu madre por otro lado, creo que me odia. 
Lo extraño sería que aprobara nuestra relación.  
—Es una mustia, solo está celosa porque yo si logré salir de ese barrio mugroso. Por cierto, gracias por defenderme. 
El se encoge de hombros restándole importancia a los hechos. 
—No es nada, supongo que como equipo debemos protegernos el uno al otro, espero tu apoyo cuando lo necesite. 
Ni que lo diga, ahora que me ha demostrado su lealtad y apoyo sé que puedo confiar en el; fácilmente pudo haberme desenmascarado delante de mi familia en venganza por el chantaje, pero no lo hizo, se puso de mi lado y me defendió, por ende voy a estar de su lado siempre pase lo que pase. 
—No tienes ni que decirlo, estoy comprometida con  esto, Arthur ¿como es eso que vas a comenzar a trabajar en la empresa? hasta donde se eres un vividor sin oficio ni beneficio. 
Sonríe entre dientes como si lo que le dije fuera algo graciosísimo y responde tranquilamente. 
—Se me ocurrió que si me hago cargo de la empresa podré darte tu dinero mucho mas pronto de lo que esperamos y así podremos deshacernos el uno del otro y continuar con nuestras vidas. 
Debería alegrarme que quiera pagarme cuanto antes y deshacer nuestro matrimonio, pero de repente me llena una extraña sensación de vacío en la boca del estómago, no quiero divorciarme todavía, pero disimulo y celebro su decisión. 
—Me gusta tu actitud, cuenta conmigo para lo que necesites. 
—Por ahora lo que necesitamos es estar casados por un tiempo, parecer una pareja feliz y enamorada para mostrarle responsabilidad a la junta directiva de la empresa, no sabia que en el testamento, al casarme y formar una familia por derecho, mi madre debía darme el control del negocio. 
Sus palabras resuenan en mi cabeza, el hecho de tener su propia familia hace que Olga tenga que  cederle el control de todo, que curioso… de repente mi cerebro hace clic. 
—Arthur, ¿no lo ves? por eso tu madre desapareció a tu ex, iba a tener a tu hijo, si te casabas con ella le quitarías el poder sin esperar a que te dieran tu herencia. 
La vieja no estaba indignada por la actitud barriobajera de su hijo, temía tener que entregarle todo y tomó medidas al respecto, malvada pero eficaz. 

—No puedo creer que mamá sea tan mala. 
Me parece hasta tierno que todavía lo dude. 
—Eres tan inocente cariño, ella es el diablo, lo que sucedió fue obra del destino, debíamos terminar juntos, pero hay que cuidarse. —sospecho que el silencio de la víbora, de cascabel, es porque está reorganizándose para atacarnos mas temprano que tarde. — De seguro contratará un investigador para sacar trapos sucios, si alguien sigue las huellas de lo que hicimos aquella noche minuciosamente, podría llegar al meollo de la cuestión y estaremos en graves problemas.  
—Espero que no puedan encontrar nada, nunca. 
Pienso lo mismo, un buen investigador, podría llegar a la verdad de alguna forma, pero tengo fe de que no suceda. 
—Hicimos bien todo, dimos vueltas y cubrimos nuestros pasos, espero que haya sido suficiente para evitar sospechas, además, no hay cuerpo, no hay delito. 

—Ella va a tratar de separarnos, no renunciará tan fácil a ser la cabeza, creo que pensó que nunca reclamaría mis derechos. 
He visto casos de personas capaces de cualquier cosa por el poder, Olga Mitchell no es la excepción. 
—Pues no sabe que soy de armas tomar, la derrocaremos y cuando nos divorciemos, ambos tendremos vidas felices, te lo juro. 
Aunque la idea del divorcio ya no es tan atractiva para mi, no pienso obligarlo a quedarse conmigo, al fin y al cabo lo único que debe importarme es conseguir mi dinero. 
—¿Te imaginas lo que pasaría si tuviéramos un hijo? 
Lo dice como una broma, pero no lo había analizado bien, me gusta el estatus que me da ser la esposa de este hombre, me gusta llevar su apellido, ser la madre de sus hijos me convertiría en su familia para siempre y tendría el futuro asegurado. 
—Podríamos usarlo en ultima instancia para derrocar a la abeja reina. 
Respondo como si no fuera gran cosa. 
—¿Tendrías un hijo conmigo? 
Pregunta mirándome de reojo. 
—¿Por que diablos no? Tienes buen material genético, eres atractivo, rico y educado, no podría conseguir a alguien mejor para padre de mis hijos, pero la pregunta es, ¿quieres tu tener un hijo conmigo? 
Espero su respuesta con un poco de duda, es algo importante de lo que estamos hablando y temo que piense que eso sería demasiado. 
—¿Por qué diablos no? — me devuelve mis palabras y eso me hace sonreír. —Ya estamos casados, representa una gran ganancia para mi  y si somos honestos, la ultima vez que lo hice por amor las cosas no salieron tan bien. La pregunta real aquí sería ¿tendrías sexo conmigo? 
Lo pienso por un instante, el hombre está buenísimo, tiene mucha experiencia y por lo que sé, las mujeres se pelean por estar en su cama, tal vez, solo tal vez creo que no sería tan malo que nos acostemos. 
—Puede, como último recurso. 
Sonríe satisfecho y nos quedamos en silencio hasta que decide arruinarlo todo. 
—Por cierto, el policía estaba celoso de mi. 

—¿Isaac? Por supuesto que no.  
Es absurdo, el hombre besa el suelo que mi hermana pisa y viéndolo bien, agradezco que me rechazara, conseguí un mejor espécimen que el. 
—Creo que está enamorado de ti, no podía disimularlo. 
—Creo que estás muy equivocado, cariño, me lo dejó muy claro, solo es como los demás hombres, quiere el juguete que perdió. 
Supongo que pensó que me pasaría la vida babeando por sus huesos y que lo haya “olvidado” tan pronto debió golpearle el ego. 
—¿Qué fue exactamente lo que te dijo? 
No quiero hablar del tema, pero a lo mejor me sienta bien desahogarme con alguien. 

—Que, necesitaba una mujer la cual su objetivo en la vida no fuera ser una mantenida, que necesitaba a alguien responsable y trabajadora como Alice, que hiciera algo con mi vida en lugar de esperar a que las cosas me llovieran del cielo y que a lo mejor así encontraría a alguien que quisiera estar conmigo. 
Soy una mujer hermosa, inteligente y perceptiva, no iba a desperdiciar mis mejores años trabajando como esclava. 
—Creo que solo estaba tratando de que reaccionaras e hicieras algo de provecho. 
Lo miro mal, ahora resulta que va a justificar al idiota que me rompió el corazón. 
—Pues no le funcionó y deja ya de decir tantas estupideces. 
No quiero hablar mas de ese perdedor así que cambio de tema. 
—¿Criatura perfecta y hermosa vestida de cenicienta? ¿En serio? 
Nunca había escuchado tantas ridiculeces juntas en mi vida. 
—Me pareció apropiado ya que eras una sirvienta. 
Voy a regañarlo por decirme sirvienta, pero recuerdo algo importante… 
—No vuelvas a poner tu hocico sobre mi de nuevo, hay que tener límites. 
Le advierto, estamos teniendo demasiado contacto intimo y no me gusta como eso me hace sentir. 
—Te gustó. 
Se burla.   
—Por supuesto que no. 
Obvio que si, me gustó mucho pero no pienso admitirlo. 
—Admite que lo disfrutaste. 
Parece que me leyó la mente pero no pienso seguirle el juego. 
—Claro que no, te odio, nada de ti me gusta, no vuelvas a besarme o tocarme nunca mas. 
Últimamente he tenido ciertos sentimientos hacia el que confunden mi mente y me preocupa terminar arruinar todo por incluir sentimientos no deseados en nuestra relación. 
—Está bien, pero luego no te quejes cuando comiencen las murmuraciones porque no tenemos contacto y digan que hay algo raro. 
Tiene razón, se vería muy raro que no nos mostráramos afecto si supuestamente nos amamos locamente. 
—Te odio con toda mi alma, está bien, pero sólo lo haremos cuando sea necesario. 

—Dices que me odias, poro del odio al amor… 
Le encanta molestarme y el muy imbécil ya me encontró el punto débil. 
—Eso Nunca va a suceder, nunca. 
—Nunca digas nunca, además ¿como pretendes tener sexo conmigo si me detestas tanto? 
Si supiera que siento un gran deseo por su sexy cuerpo sin vergüenza. 
—Es sólo una posibilidad, una muy remota. 

Dejo el tema y lo ignoro porque ahora en lo único que puedo pensar es en el desnudo sobre mi, enterrado en mi interior haciéndome gemir de placer, me estremezco de solo pensarlo, necesito ocuparme en algo antes que salte sobre él como una fiera desesperada. 

 




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