Cazando el Heredero Millonario

15- UN GRAN EQUIPO

—Victoria, despierta, hay que ir a la oficina.

Estoy en un apacible sueño en el sofá de la habitación donde fui desterrada por el indolente de mi marido y que curiosamente es mas cómodo de lo que imaginaba, cuando escucho que me llaman, quiero dormir, pero la insistencia de Arthur no me deja continuar descansando y no puedo seguir ignorándolo. 

—Ve tu, no se para que me quieres ahí, es tu obligación, no la mía.

Respondo escondiendo la cabeza debajo de la almohada.

—Yo trabajo, tu también, así que te vas a levantar y vas a acompañarme a nuestro primer día en la empresa.

Abro los ojos de mala gana y la imagen delante de mi, me deja un poco sin aliento, el hombre es un espectáculo digno de ver en su traje oscuro de tres piezas hecho a medida, no logro formar una frase coherente porque me encandiló de sorpresa, así que me golpeo mentalmente para disimular la impresión y vuelvo a utilizar correctamente el cerebro.

—Es muy temprano y no tengo ni idea de nada de lo que hacen ahí, déjame en paz.

Me casé con un millonario para no tener que hacer nada nunca mas en mi vida y el idiota pretende ponerme a trabajar, está loco de remate si cree que voy a perder mi tiempo en cosas que no me interesan.

—Levántate, arréglate y ponte bonita, prometiste que derrocaríamos a mi madre, así que te espero abajo con una buena actitud y apoyo incondicional, porque somos un equipo.

Gruño debajo de las cobijas molesta porque ir a trabajar no era precisamente lo que yo esperaba hacer hoy, ni nunca, pero tiene razón, le di mi palabra y tenemos mucho por delante para hacer juntos.

—Te espero en el comedor.

Se va y me deja refunfuñado frustrada, pero aun así me levanto, me doy una ducha y cepillo mi cabello, queda suave y con hermosas ondas, lo que me encanta, busco entre mis cosas algo adecuado para ir a la empresa y encuentro un hermoso conjunto de Carolin Herrera que creo que es adecuado para mi primera aparición en la empresa, debo dar la mejor impresión posible y no parecer una levantada bajada del cerro; me miro al espejo y me siento poderosa con el pantalón negro de crepé y la camisa de seda roja con negr0, tiene un hermoso lazo en el cuello a tono y adoro las mangas ligeramente abullonadas, todo el conjunto realza mi delgada figura, de verdad que me veo cara; me calzo unos tacones negros de 10 centímetros, un par de pequeños aretes de diamante y el oufit está completo, siento que puedo mirar al mundo desde arriba como me gusta; a ultimo minuto decido recogerme el cabello en un moño elegante y me maquillo de forma sutil, soy muy bonita, no necesito mucho para verme bien.


Cuando al fin estoy satisfecha con mi apariencia, bajo las escaleras y encuentro a mi esposo en el comedor tomando café.

—Estoy lista.

Levanta la mirada y me mira fijamente con genuina impresión, luego de un momento se aclara la garganta y habla con voz entrecortada. 

—Te ves muy bien. 

Amo el efecto que causé en el, siempre estuvo con la mujeres mas guapas, ricas y finas del país, y el hecho de que yo, una simple doña nadie, tenga la capacidad de dejarlo sin aliento, me sube el ego. 

—Lo sé. 

Respondo orgullosa sentándome a la mesa, disfrutando la reacción de mi príncipe, quiere decir que lo hice correctamente al elegir este atuendo. 
Luego de desayunar nos vamos a la sede principal de la empresa que queda en el centro de la ciudad, es un largo recorrido por lo que me siento ansiosa y nerviosa por lo que pueda llegar a suceder, llevo días sin toparme con la bruja arpía de mi suegra y me preocupa lo que pueda hacer al vernos en su territorio sagrado.

Al llegar, nos bajamos del auto luego que mi esposo estaciona en el sótano del edificio y tomamos el ascensor hasta la ultima planta que es donde está la oficina principal.

—¿Estas lista para esto?

Pregunta mientras subimos.

—Nací lista. 
Respondo disimulando mi nerviosismo, al abrirse las puertas del ascensor no nos detenemos en ningún momento, ni siquiera cuando la recepcionista lo saluda confundida; Arthur me tomó fuertemente de la mano ni bien salimos del ascensor y yo caminé a su lado orgullosa, no delante, no atrás, a su lado como el equipo que somos, eso me gusta, que el me trata como una igual. Llegamos a lo que parece una sala de juntas y mi esposo abre la puerta sin tocar ni pedir permiso, en medio del amplio espacio en una mesa redonda, se encuentra sentada mi suegra liderando el grupo que la rodea que son al menos 10 hombres en traje sentados a su alrededor discutiendo sabrá Dios que cosas.

—Arthur, ¿que haces aquí?

Pregunta visiblemente sorprendida por la presencia de su antes haragán hijo.

—Madre, supe que había reunión con la junta directiva y decidí que sería el momento ideal, para reclamar el puesto que me corresponde como el único heredero de esta familia.

A primera vista Arthur parece solo un niño rico, estúpido y descerebrado, pero cuando lo conoces bien te das cuenta que el hombre es muy inteligente y los tiene bien puestos.

—No es tan simple, no puedes nada mas aparecerte y hacer lo que te da la gana.

Responde su madre con falsa serenidad, hablándole como si él fuera un niño. 
Arthur le hace una seña a uno de los hombres que está en la mesa y este procede a hablar.

—De hecho, señora, el joven debe, según la ultima voluntad de su abuelo, comenzar su formación en el manejo de las empresas en el menor tiempo posible, está casado, terminó sus estudios y es una persona apta y responsable según parece para comenzar su entrenamiento.

Sonrío a su lado con genuino orgullo, agradeciendo silenciosamente a mi marido que no dejó que me perdiera de este momento. 

—No voy a permitir que simplemente vengas aquí y pretendas quitarme todo por lo que trabajado todos estos años ¡mocoso impertinente!. — dice tratando de contener la ira, mira a los hombres que la rodean y ataca. —Arthur no es mas que un chiquillo inmaduro que no tiene ni idea de nada, le falta mucho para sentarse a la cabeza de esta mesa. 
El hombre le refuta en tono sereno, pero firme.

—Fue la ultima voluntad del señor Mitchell y Arthur cuenta con los requisitos necesarios para comenzar con el proceso de toma de posesión del negocio, mas temprano que tarde eso debía llevarse acabo.

Supongo que el tipo es el abogado de la empresa desde hace mucho tiempo y asumo que por ese motivo Arthur se puso de acuerdo con el antes de venir, porque lo veo muy seguro de lo que hace. 

—No se van a salir con la suya, voy a tumbarles el numerito que montaron, todo es una farsa y voy a descubrirlos . — nos amenaza la mujer levantándose de su silla y señalando a mi esposo con el índice. — Y tu, vas a empezar como un simple aprendiz, no creas que tendrás algún privilegio o poder mientras yo esté en esta empresa, debes ganarte el respeto de todos antes de poder dirigir nada aquí.

Estoy un poco harta de sus amenazas, la mujer es un grano en el cul0, necesita entender que no nos importa lo que a ella le parezca y tampoco le tenemos miedo.

—Espero por tu bien que nos dejes en paz de una buena vez y por todas. — la bruja me mira con ojos muy abiertos, pero yo tengo ganas de una buena pelea. — Ya sabemos el verdadero motivo de la desaparición de la ex novia de Arthur, si que eres una verdadera víbora Olga, ¿quien lo diría?

Que sepa de una vez que ya conocemos su juego y sus artimañas y haga lo que haga, no va a lograr que nos echemos para atrás.

—¡No me tutees caza fortunas igualada!

Jadeo con falsa indignación, poniéndome la mano en el pecho para verme mas dramática.

—¿Quieres provocarme? No te lo recomiendo suegrita, tienes muchos trapitos sucios por ahí escondidos, ¿que tal si los aireamos? — ella no me responde, solo achica los ojos con odio, sin decir una sola palabra, hirviendo de ira, así que no paro. — Abogado ¿cual es puesto que le corresponde a mi marido?

¡Pff! aprendiz, mi trasero.

—Para comenzar, estará bajo la supervisión y tutoría de uno de los directores de marca mas antiguos, mientras aprende el negocio y puede vincularse a la gerencia general; luego que se cumpla el tiempo estipulado deberá asumir la presidencia del grupo Mitchell y tomar las riendas de las empresas y administrar el dinero de la familia.

Sonrío satisfecha porque poner en su lugar a Olga Mitchell, se siente como subir al cielo.

—¿Como te quedó el ojo suegrita? 
Me burlo abiertamente de ella, pero esta no para de molestar a mi querido esposo.

—Amanecerá y veremos, dudo que aguantes un mes trabajando, no eres mas que un vago inútil.

¡Ah no! Nadie mas que yo puede decirle inútil a mi marido así que salgo en su defensa.

—Y usted es una víbora de cascabel…

Arthur como siempre me detiene y no me deja decirle sus verdades a la bruja.

—¡Se calman ya las dos! Madre, te prometo que voy a hacer bien mi trabajo, voy a honrar la memoria de mi abuelo y de mi padre; por lo tanto pienso quedarme por mucho, mucho tiempo, te guste o no. 

—No van a salirse con la suya, pronto van a salir de aquí con una mano delante y la otra atrás, se los aseguro. 
 




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