VICTORIA
Me levanto temprano aunque es fin de semana y no tengo que ir a trabajar, los nuevos hábitos se arraigan rápidamente en mi y no puedo dormir mas aunque quiera, miro a mi esposo roncando bocabajo en la cama y dudo si levantarlo y hacerle una escena, pero pienso en que después del día que tuve ayer, me siento sin energía suficiente así que lo dejo estar; Voy al baño me aseo y al salir decido ir a nadar un rato para aliviar el estrés; cuando bajo las escaleras rumbo a la piscina me encuentro frente a frente con la responsable de mi molestia, me preparo para la batalla, pero la mujer parece relajada y feliz, seguro se metió su buena dosis de Xan4x o no hubo hoy alacrán para el desayuno.
—Trepadora, ven conmigo, te conviene.
Me da la espalda y camina hacia su despacho erguida y orgullosa, dudo si seguirla porque la conozco y sé que no se debe traer nada bueno, pero la curiosidad me gana, así que voy tras ella, al abrir la puerta me hace un ademan para que pase y me siente en la silla frente de donde está, cosa que hago con recelo, tiene esa sonrisa diabólica que la caracteriza, por lo que estoy segura que hay algo grande preparado para mi.
—Se que mi hijo se casó contigo porque esconde algo, tu lo descubriste y te aprovechaste de ello.
Me toma por sorpresa cuando comienza a hablar, pero disimulo, estoy casi segura que al idiota de mi marido se le fue la lengua anoche.
—No se de que hablas suegris.
Respondo con tono burlón, mientras, la mujer ignora la burla y sigue hablando como para si misma.
—Es curioso que no me haya dado cuenta antes de la verdad; pero entonces el detective que contraté, investigó todos tus pasos, de todo el tiempo que estuviste trabajando como sirvienta en esta casa y antes de eso, casualmente nunca, en ningún momento hubo contacto cercano de ningún tipo entre mi hijo y tu. — la mención del detective me pone alerta, estas son malas noticias, debo saber que fue exactamente lo que Arthur le dijo, pero no me da oportunidad de preguntar nada o buscar información, sigue hablando ignorándome, mientras yo trato de no mostrar mi preocupación.
— En efecto no hubo, no hasta una semana antes de su absurdo matrimonio, las cámaras los ubican hablando en la calle y luego a mi hijo llevándote a un reservado de mala reputación; y nuevamente bajándote de su auto a la mañana siguiente frente a la casa de tus padres.
Trato de disimular, pero estoy cagada del susto, si encuentra la grabación de mi en el supermercado, no tardaran en sacar conjeturas.
— Pude haber pensado que pasaron una noche salvaje y el quedó enganchado para siempre contigo; y ahí habría quedado la cosa si el muy idiota, estando borracho no hubiera mencionado que se casó contigo porque te debe la vida y el pellejo; lo que me hace pensar que lo estás chantajeando con algo… ¿que sucedió aquella noche? ¿Que es lo que sabes de mi hijo? Si me dices toda la verdad ahora voy a ser muy generosa, cariño. — saca la chequera y me mira a la expectativa, pero yo estoy en Shock, al idiota de Arthur se le fue la lengua anoche y nos puso en peligro, no quiero ir a la cárcel, no sobreviviría una semana. —Dime, ¿cuanto quieres por decirme la verdad y dejar a Arthur en paz para siempre? te pagaré lo que sea que me pidas.
Cuando por fin logro organizar mis ideas, confío en que no hay manera de que nos descubran y si lo hacen nunca podrán probar nada, así que respiro profundo y contraataco.
—Debo felicitarla por la táctica de emborrachar a su hijo y llevarle mujeres para molestarme y sacarle información, un poco pasada de moda, pero contundente.— estoy segura que trató de sonsacarlo y manipularlo con sus antiguos vicios para separarnos; ella sonríe en aceptación silenciosa aceptando lo que hizo sin palabras.
— Pero no hay dinero en el mundo entero que me compre y haga que me separe de mi esposo.
Vuelve a darme esa sonrisita entre dientes que la caracteriza y que la hace parecer muy mala e intimidante.
—¿Segura? Voy a ser muy generosa, te daré en este instante un cheque con la cantidad que quieras, solo debes contarme la verdad y luego desaparecer.
—¿Cualquier cantidad?
—Lo que quieras, no hay límite.
Podría contarle la verdad a cambio del dinero, hacerlo con la condición de que nunca se me involucre en el hecho; podría librarme de la responsabilidad como cómplice de asesinato en este mismo instante, pero seamos realistas, ella no es de fiar y debo admitir también que no quiero separarme de mi príncipe, puede ser un idiota, bueno para nada, prostituto barato y medio estúpido, pero es mío, siento como que perdería algo valioso si me alejo, así que tomo mi decisión.
—Está bien, quiero… — hago una pequeña pausa para ponerle suspenso a la cosa, pero lo que quiero realmente es la fortuna Mitchell, quiero llevar su apellido hasta el día que me muera, quiero a su hijo y su corazón vagabundo para mi sola y no voy a renunciar tan fácilmente a lo que he conseguido.
—Quiero, que nos deje en paz, para siempre, porque no voy a separarme de él. Nunca.
Ella niega incrédula y se levanta de donde está sentada tratando de intimidarme de nuevo.
—Si no te divorcias y te alejas de Arthur, te dejaré en la calle y te haré pagar muy caro por atravesarte en mi camino.
Curiosamente ya no estoy preocupada por lo que pueda pasar, la aceptación de que quiero estar con Arthur, me ha dado mas motivos para querer ganarle a la bruja.
—Voy a correr el riesgo, ya le dije, no hay dinero suficiente que pueda comprarme y separarme de mi esposo.
De repente la puerta se abre y el susodicho entra como una estampida, está desaliñado, descalzo y usando nada mas que ese pantalón de pijama que me calienta por dentro, nos mira a ambas con recelo y pregunta.
—Victoria, ¿que sucede aquí?
Creo que sospecha que su madre está intentando una jugada sucia, pero voy a demostrarle donde está mi lealtad.
—Amor, ¿puedes creer que tu madre intentaba comprarme? me acaba de ofrecer mucho, muchísimo dinero por contarle la supuesta verdad de nuestra unión y separarme de ti. —lo veo tragar en seco y su cara se ve llena de genuina preocupación.
—Me ofreció lo que sea que le pida porque al parecer, alguien, en estado de embriaguez le “confesó” que lo nuestro es una farsa y que estamos juntos por “algo” que sucedió con lo que te estoy chantajeando.
Respondo mientras miro a la bruja directo a los ojos, el llega hasta donde estoy parándose justo detrás de mi y me agarra fuerte de los hombros con ambas manos, creo que tratando de agarrar valor antes de enfrentar a la bruja.
—Madre, te estás pasando de la raya, no ha sucedido nada de eso, ¡déjanos tranquilos!
—Los dejaré en paz, cuando dejen de mentir.
La ignoro y volteo la cara hacia donde está el, quiero que sepa que no voy a traicionarlo.
—Ya le dije que no pienso separarme de ti, pase lo que pase.
Le hablo con toda la honestidad que puedo mostrar, entonces noto un extraño brillo en su mirada que me hace sonreír porque estoy segura que ahora el tiene plena seguridad de que puede confiar en mi ciegamente, porque nunca voy a traicionarlo; volteo a verla de nuevo a ella cuando le hablo para que no le quede duda que no puede intimidarme.
—Además suegris, como podría irme, ahora que estoy planeando darte hermosos nietos, muchos nietos de color humilde como mi papá.
Amo como su cara se enrojece y se sale de su pedestal y se convierte en una mortal cualquiera llena de ira.
—¡Te odio basura de clase baja y arribista! no vas a salirte con la tuya.
Me levanto de la silla y tomo a mi esposo de la mano dirigiéndolo a la puerta para irnos, no sin antes molestarla.
—Vamos amor, de repente me entraron unas ganas locas de procrear la nueva generación Mitchell.
—¡Vas arrepentirte maldit muerta de hambre!
La escucho gritar, pero antes de cerrar la puerta vuelvo a provocarla.
—Mira como estoy de asustada.
Me llevo a Arthur rápidamente de ahí hasta el jardín y cuando estoy segura que no hay moros en la costa lo reprendo por haber sido tan descuidado.
—¿En que diablos estabas pensando?
—Lo siento, ella me enredó y luego me emborracho; se aprovechó de eso para sacarme información y no recuerdo mucho la verdad.
Mi instinto no falla, ya sabía yo que la tal reunión sólo era una treta.
—Gracias a Dios no le diste muchos detalles y por el bien de los dos espero que no le hayas dicho nada a alguien mas, no puedes cometer nuevamente un error como ese, a partir de ahora tienes prohibido salir sin mi.
Lo dicho, me he convertido en una niñera de clase alta.
—Lo siento, me acorraló y fui presa fácil.
—Eres un debilucho.
—No volveré a salir sin ti.
Estoy de acuerdo, tenemos que estar pegados cómo siameses, ahora mas que nunca debo vigilarlo de cerca para que no vuelva a caer en las tretas de la vieja o se le vaya la lengua con alguien que nos pueda perjudicar.
—Por cierto, estoy muy dispuesto a que comencemos cuanto antes a procrear a nuestros pequeños Mitchell.
Ruedo los ojos porque se había tardado en hacer una de sus insinuaciones sexuales.
—No me mereces y sabes que no va a ser tan simple que me meta a la cama contigo.
—Es muy simple, vamos a nuestra habitación y nos quitamos la ropa…
—¡Cállate! Pervertido, vas a tener que esmerarte, y bastante por eso.
Se ríe de mi como siempre que hablamos del tema, ahora que lo conozco un poco mas, me doy cuenta que sólo lo hace para distraerme cuando estoy presionada o enojada y se lo agradezco, el principito muy en el fondo es buena persona.
—Vitto, no podremos separarnos pronto, si queremos ganarle a mi madre, debemos pensar seriamente en estar casados por mas tiempo del acordado.
Sus palabras me devuelven a nuestra situación, estamos corriendo un gran riesgo al no separarnos, sería mas fácil para mi ceder ante Olga, tomar el dinero y largarme, pero creo que eso le daría la victoria así que voy a arriesgarme, le apuesto al todo por el todo.
—Pasaré la vida a tu lado de ser necesario sólo para fastidiar a tu madre.
Respondo segura de lo que quiero.
—Ya que estamos en eso…
—¡Dije que no! Y cómprame un auto.
Editado: 21.06.2024