Cazando el Heredero Millonario

22–CELEBRACIÓN DE CUENTO DE HADAS

VICTORIA

La preparación de la fiesta le lleva a Olga exactamente 2 semanas; dos semanas en las que hay mucho alboroto y expectativa por la magnitud del evento que se llevará a cabo en el club campestre ubicado en puerto plata. Todo preparado tan minuciosamente que hasta contrató un par de estilistas quienes dice, son los mejores del país, supuestamente para que me ayuden a elegir el vestido perfecto para el gran evento y que me vea como de la realeza; es todo muy abrumador, sobre todo cuando también contrata a una maestra de etiqueta según ella para que me enseñe las normas básicas de comportamiento en sociedad para que no la haga pasar verguenza delante de sus amigos; es una señora mayor, quien debo decir tiene poca paciencia y cero sentido del humor, por lo que debo hacer lo que dice sin chistar porque es bastante intimidante y parece que quiere golpearme en todo momento.

Mi suegra se niega a invitar a mis padres porque dice que no es un ambiente para ellos pero que luego organizará algo privado como una cena familiar para que no se sientan rechazados y tras discutir mucho, acepta que invite a mi hermana, ya que le digo que se vería raro que sólo me acompañe mi tía.


***


El día por fin ha llegado y me siento demasiado nerviosa y ansiosa, anoche casi que no pude dormir, porque hoy es mi debut en sociedad, mi gran momento soñado por lo que espero no hacer un gran desastre. Un equipo de personas de la estetica  llegan desde muy temprano para arreglarnos a mi tía y a mi, así que nos dejamos hacer con todo gusto, Alice vino a regañadientes y la obligamos a que participara en el ritual de transformación con nosotras, porque tenemos que ser las mas hermosas de la fiesta, incluso elegí para ella un hermoso vestido de diseñador con el que se ve muy bella; pero obvio que no tanto como yo, para mi elegí un vestido de color rosa pálido de la ultima colección de Elie Saab, con pequeños brillantes que decoran un delicado encaje que cubre el vestido de pies a cabeza y que me hace ver como una verdadera princesa.

 

Cuando estamos listos incluyendo a mi esposo quien está increíblemente hermoso en su esmoquin, una limusina nos lleva a los 4 hasta el club campestre, mi suegra se fue mas temprano, por lo que nos espera allá con los invitados. 
A medida que nos acercamos mis nervios se acrecientan y mi esposo quien lo nota toma mi mano y la aprieta fuerte tratando de que me sienta segura; frente a la entrada veo que hay una alfombra roja donde los invitados caminan como si fueran celebridades y la prensa toma fotos de ellos quienes posan sonrientes; la limusina se detiene y Arthur me ayuda a bajar y también a tía Sonya y a Alice, posamos para las fotos y antes de ingresar, el maestro de ceremonia nos anuncia para que todos vean que hemos llegado. Me quedo sin aliento al ver el lugar tan lujoso y espectacular, está decorado como si fuera el salón de un palacio y mis ojos se aguan de emoción, incluso hay una tarima a un costado donde una orquesta está a la espera  para tocar la música aburridora que le gusta a esta gente;  había visto este tipo de celebraciones solo en series de ricos en la tele y jamás pensé que en verdad asistiría a una, me siento como si estuviera mi propio cuento, la rana que besó al principe y se convirtió en princesa. Luego de entrar Arthur me lleva del brazo a recorrer el lugar con mi tía y mi hermana siempre acompañándonos; nos presenta a todo el mundo y hablamos y reímos con cada grupo donde permanecemos solo cierta cantidad de tiempo no muy larga; los meseros caminan por el lugar cargando charolas con copas de Champán y elaborados canapés que no tengo ni idea de que son porque no me atrevo a comer nada, quiero lucir perfecta, no quiero que se me arruine el maquillaje o salir en alguna foto embutiendo comida como una muerta de hambre. Nos encontramos con mi suegra quien luego de presentarme con algunas de sus amigas elitistas y estiradas; nos dirige a la mesa principal para que tomemos nuestro lugar, miro a mi alrededor y veo un hermoso pastel de bodas de tres pisos adornado con perlas y rosas que me deja maravillada, todo es absolutamente perfecto.

La fiesta transcurre de forma fluida, Arthur y yo bailamos al son de la orquesta como aprendí con la maestra de etiqueta quien me mostró los pasos basicos,  me duele la cara de tanto sonreír y creo que aprendí bastante bien lo que la anciana regañona me enseñó.

Luego de la cena de 3 platos, llega por fin el tan esperado brindis, estoy nerviosa porque es el momento que tanto esperaba, voy a ser presentada en sociedad como una mas de la familia.

Mi suegra quien está en una silla junto a Arthur, pide que le traigan un micrófono y se levanta con la elegancia que la caracteriza, toma una copa de Champán y pide la atención  de los presentes quienes lentamente van guardando silencio para que ella comience su discurso mientras yo sonrío de oreja a oreja, sentada junto a mi esposo.

—Buenas noches a todos. —saluda amablemente. — Agradezco su presencia el día de hoy; el motivo para reunirlos aquí, es debido al matrimonio relámpago de mi único hijo Arthur, el cual fue una gran sorpresa que se convirtió en el tema  favorito de chismes en nuestro circulo.

Pienso que esa es una manera extraña de comenzar un brindis de felicitación, pero es Olga Mitchell, no es para nada una persona común.

—Es por eso por eso que me tomé el trabajo de organizar este evento, porque quiero presentar  formalmente a mi nuera, Victoria Ward, la mujer que los tenía tan curiosos a todos. — hace un gesto con la mano para que nos levantemos y que todos puedan vernos, cosa que hacemos sin dudar, mientras ella continúa hablando —Victoria con apenas 22 años, viene de uno de los barrios mas bajos de la ciudad, no tiene educación , estudios o ningún talento conocido que no sea fregar pisos, lavar baños, o hacerle felaciones a mi hijo; era mi sirvienta y al parecer le prestaba otros servicios adicionales a mi querido Arthur a puerta cerrada. —jadeo indignada, eso no lo esperaba para nada, la maldita vieja planeó todo para hacerme quedar en ridículo y caí como una idiota. — Mi pobre e inocente hijo, no pudo resistirse a sus encantos y sabrá Dios que tanto mas hizo para que mi  pequeño cayera redondo en sus redes, así que aquí está frente a ustedes la caza fortunas y trepadora mas famosa del momento.




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