Cazando el Heredero Millonario

23- TODO VA ENCAJANDO EN SU LUGAR

VICTORIA

 


Al entrar en la habitación lo primero que hago es meterme al baño para quitarme el vestido que tan feliz me había hecho y que ahora quiero arrancar de mi cuerpo cuanto antes, lo hago tan rápido que creo que lo rompo en varios lugares; estoy muy enojada por lo que hizo Olga, voy a asesinarl4 con mis propias manos apenas tenga oportunidad, la maldit. vieja va a pagar muy caro por ponerme en ridículo.

Arthur se encerró en el despacho de su madre, supongo que esperandola para discutir con ella y reclamarle por su comportamiento, pero no me importa porque ya lo hecho, hecho está, la vieja se pasó 3 pueblos y en lo único que puedo pensar es en como acabar con su vida de una buena vez y por todas.

Me pongo un camison y me meto a la cama, pero obvio que no puedo dormir, el coraje no me deja relajarme; mi esposo entra un par de horas después y sólo me observa donde estoy acurrucada debajo de las sabanas, va a cambiarse y luego viene a sentarse a mi lado acariciando mi cabello con ternura.

—¿Estás llorando?

Pregunta preocupado, no sé por qué piensa eso, sabe que yo no lloro nunca.

—No.

Respondo sin mirarlo, lo único que deseo es que todo el mundo desaparezca y que nadie me moleste.

—Lamento lo que te hizo mi madre, tuvimos una fuerte discusión y le advertí que va a tener consecuencias graves, una de ellas es que cuanto antes voy a reclamar mis derechos y sacarla de la presidencia de la empresa.

No le respondo nada, me siento como si estuviera completamente vacía por dentro e incapaz de sentir ninguna emoción; Arthur se queda en silencio esperando a que diga algo y como no respondo hace que me mueva para que le de espacio para meterse junto a mi en la cama y se acomoda a mi espalda arropándome con el calor de su cuerpo, sigo callada por un tiempo hasta que las palabras al fin salen de mi boca.

—Esperaba que quisiera humillarme, incluso pensé que estaba preparada para ello, pero la realidad es que me hizo mas daño del que creí posible, me dejó por el piso como basura y si que me dolió su humillación publica.

No pensé que sería capaz de hacer algo tan bajo, o que si lo hacía no me afectaría o me importaría ni un poco, pero lo cierto es que estoy devastada.

—Ven aquí.

Me agarra llevándome mas cerca de su cuerpo mientras yo me resisto e intento apartarlo.

—No quiero.

Pero ignora lo que digo, garrandome por los hombros hasta acomodarme sobre su pecho, mientras me abriga con sus brazos bien formados tratando de darme consuelo, al principio pongo un poco de resistencia, pero… soy una chica que está vulnerable, no puedo hacerlo por mucho tiempo y el estar así de cerca, me hace sentir que todo va a estar bien, que no necesito nada ni a nadie mas, ahuyentando el dolor y la rabia dentro de mi.

—Eres cómodo para ser tan macizo.

Digo tratando de esconder mis sentimientos por el.

—No voy a dejar las cosas así, fue muy difícil que la prensa nos dejara en paz, para que mamá lo haya destruido todo en un instante.

Suspiro resignada, creo que al final debo admitir mi verdadero papel en esta historia y si alguien me ha de querer, pues debe hacerlo aceptándome tal como soy.

—Arthur, no importa el daño ya está hecho, la fama de trepadora me perseguirá hasta la muerte.

Al fin y al cabo, eso es lo que soy, una trepadora que se aprovechó de un rico heredero para que la sacara de la miseria en que vivía.

—No puedo dejar que se salga con la suya, lo que hizo fue cruel e innecesario.

—Déjalo así, cómo dijo tía Sonya, en algún momento se olvidarán de mi.

Por lo pronto no pienso mirar las redes y ver como deben estar destruyéndome, primero voy a reorganizarme porque necesito estar fuerte para enfrentarme los chismes, los ataques en internet, mi suegra y de seguro también a mi familia.

—Debe haber algo que pueda hacer por ti para que te sientas mejor, dime que quieres que haga.

Me muerdo el labio porque en este momento lo que mas deseo es a él, es curioso cómo Arthur se ha convertido en la única cosa en el mundo que puede hacerme feliz en mis momentos de oscuridad.

—Hay algo que puedes hacer por mi…

Susurro en un impulso.

—Dime que es, haré lo que sea.

—Bésame, Arthur.

Creo que no me escuchó o está procesando lo que le he pedido porque se queda en completo silencio y su cuerpo se tensiona, ni que fuera la primera vez que lo hacemos.

—¿En serio?

Levanto la cabeza y lo miro con recelo, pensé que se lanzaría sobre mi de inmediato, ¿no que supuestamente se muere por estar conmigo?

—¿No quieres?

—Si quiero, pero temo que luego te arrepientas y me hagas una escena diciendo que me aproveché de ti, estando vulnerable.

—No voy a arrepentirme de nada, sólo quiero olvidarme de todo por un momento.

El hombre no pierde el tiempo y rápidamente se acomoda sobre mi metiéndose ente mis piernas, yo sonrío tratando de hacerle la tarea lo mas fácil posible, me mira a los ojos mientras acaricia mis labios con ternura con el dedo índice justo antes de poner su boca sobre la mía, no puedo alcanzar a describir todo lo que me hace sentir el contacto caliente de sus labios suaves y dulces, como el toque de su lengua hace vibrar cada parte de mi ser; siento sus manos acariciar mi cuerpo y me retuerzo de placer por sus toques, nos besamos con mucha pasión, como si el otro fuera el mayor manjar que no nos cansamos de saborear; enredo nis manos en su cabello mientras el se mueve sobre mi, acariciando mi centro humedo con su entrepierna. En el momento en el que siento su erección rozar mi centro, lo que mas deseo es que me desnude y se introduzca tan profundo en mi, que no se sepa donde comienza uno y termina el otro, estoy tan a gusto que no se si tenga la fuerza de voluntad para detenerlo si quiere ir por más, así que agradezco cuando se separa de mi con dificultad y pone fin al besuqueo.

—Necesito que paremos o voy a querer mas…




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