Cazando el Heredero Millonario

31—SOY TUYA

VICTORIA

 

 

—Arthur, estoy agotada, voy a desmayarme, no mas sexo por esta noche. 


Exijo apartándome de su cuerpo, tiene mucho aguante. 


—Tienes que pagar por cada día que tuve que hacerme la paja por tu culpa. 

—Si continuamos así de seguro si que voy a embarazarme de trillizos. 


Espero hacerlo pronto, necesito mantenerlo a mi lado el mayor tiempo posible, aun después de que reciba su herencia; porque ahora que he descubierto que estoy loca por el, no voy a darle chance de que se deshaga tan fácilmente de mi. 


—Tenemos suficiente dinero para criar un pelotón. 


Responde divertido. 


—Vas a cansarte de mi, la novedad se irá pronto. 


Le digo con un dejo triste, ese es mi mayor temor, que se harte de lo nuestro porque que ya no le parezco tan atractiva  ya que al fin obtuvo lo que quería de mi. 


—Pff eso no va a suceder en un futuro cercano, ¿no ves el efecto que tienes en mi?, voy a hacerte el amor a diario y muchas veces, así que acostúmbrate. 


Espero que nunca sacie el hambre que siente por mi, sería perfecto, así podría tener absolutamente todo, dinero, estatus y el amor del hombre mas increíble del planeta tierra. 


—Has tenido muchas mujeres, no entiendo por qué si quiera estás conmigo, no entiendo por qué sigues aquí, ya obtuviste lo que querías. 


Respondo aun sintiéndome insegura de lo que tenemos. 


—¿Es que estás ciega? ¿No lo ves? Estoy enamorado de ti, no sé cómo sucedió porque eres el ser mas insoportable y controlador de la tierra, pero ya no puedo ver la vida sin ti, nunca me había sentido de esta manera, creo que… Te amo Victoria. 


Me quedo en shock, Arthur acaba de admitir que está enamorado de mi y aunque deseaba escucharlo decir las palabras, no estaba preparada para el impacto. 


—¿De verdad? ¿Estás enamorado de mi? 


—Como un loco, nunca había sentido esto. 


Quiero llorar de felicidad porque siento lo mismo, pero las palabras no logran salir de mi boca y no se lo digo, no puedo decirle que también  lo amo con locura porque nunca esperé enamorarme de esta manera y no sé cómo manejarlo así que trato de desviar el tema. 


—¿No lo sentiste ni por tu ex? 


Hasta donde sé estaba muy enamorado de esa mujer. 


—Eso fue distinto, era un crio cuando lo nuestro comenzó, ella era mayor que yo. 


—No te creo. 


—Como por 6 años, estaba en mi etapa calenturienta  a los 17 y ella fue la primera mujer con quien estuve, fue muy intenso, tuvimos sexo a escondidas por mucho tiempo. 


La historia es turbia, la mujer era una adulta y el tan sólo un adolescente, arrugo la cara al pensar que tal vez ella sólo lo estaba utilizando porque quería aprovecharse de el.  


—Arthur, eras menor de edad eso estuvo muy mal. 


Hasta yo, que tengo moral flexible, reconozco lo que está mal.


—Supongo que si, cuando tuve 19 un día me dijo que estaba esperando un hijo mío, me cagué del susto porque era un mocoso inmaduro, pero le dije que iba a ser responsable y que me casaría con ella. Estaba feliz hasta que sucedió la tragedia y perdió a nuestro hijo. 


Me cuenta la historia tan tranquilo sin darse cuenta que ella se aprovechaba de su ingenuidad, estoy casi segura de ese hecho. 


—Sabía que mamá había provocado todo y le dije que igual me casaría con ella, pero un día simplemente se fue y me sentí solo y abandonado porque ella me escuchaba y me entendía cómo  nadie y mi madre me lo había quitado. 


Su madre no es el ser mas amoroso del planeta, imagino que creció sintiéndose muy solo a pesar de tenerlo todo. 


—Lamento eso, pero ¿te das cuenta de que la mujer sólo te estaba utilizando? 


El se queda pensando, pero al parecer no le afecta caer en cuenta de ello. 


—Supongo, pero en ese entonces no lo sabía y luego ya no importó mas. 
 


****  *****

 


Me encuentro en un profundo y reparador sueño donde me veo a mi misma rodeada de arboles frutales por doquiera caminando descalza vestida de blanco, me siento en paz y relajada hasta que escucho a mi esposo llamar mi nombre con insistencia.

—Vitto, despierta dormilona…

Abro los ojos de mala gana, he dormido cómo nunca lo había hecho en toda mi vida y aún no quería comenzar el día y aunque me molesta que me haya despertado, igual me siento feliz y renovada, como si una fuerza que no sabía que poseía se hubiera apoderado de mi ser y gracias a ello, ahora puedo lograr cualquier cosa que me proponga.

—Noooo, déjame dormir.

Respondo estirándome y tapándome hasta la cabeza con las sabanas.

—Levántate ya, se va a enfriar el desayuno.

Responde tratando de quitarme las sabanas, gruño porque estoy muy cómoda y no quiero moverme de esta cama al menos hasta medio dia; me destapo y miro el reloj notando que aun es muy temprano, ¿Qué hace levantado ya?

—Ven a acostarte de nuevo, no son ni las 8, estamos de vacaciones.

Lo engatuso para que venga a meterse a la cama conmigo, pero Arthur se ha vuelto un animal de hábitos, se levanta temprano incluso si no tiene que ir a trabajar y al parecer ni las vacaciones serán una excepción.

—¿Como te sientes?

Pregunta sentándose a mi lado, yo me muevo un poco para darle espacio y al hacer ese movimiento, las sabanas caen de mi cuerpo dejando a la vista todo mi torso desnudo.

—Siento como que me pasó una aplanadora por encima.

No estoy bromeando, me duelen todos los músculos del cuerpo, como si hubiera tenido una larga sesión de entrenamiento personal. 

—Entonces si que hice un buen trabajo contigo.

Veo esa sonrisa orgullosa y no puedo evitar sonreír también, es un sin vergüenza, pero es mi sin vergüenza.

—¿Que me miras?




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