Cazando el Heredero Millonario

32—LA VENGANZA DE VITTO

ADVERTENCIA.
Los actos aquí narrados son producto de la imaginación de su muy demente e inmadura escritora, no apoyo la violencia ni la venganza...

 

VICTORIA

 


Volvemos a nuestra rutina, porque por mucho que disfrute el descanso y me guste viajar y perder el tiempo, aún tengo un imperio que crear, así que hay que volver al trabajo. Como siempre todos en familia nos reunimos en el comedor antes de irnos a la oficina, debo reconocer que la hora del desayuno se ha vuelto mi favorita porque nunca falta una buena discusión y amo provocar a mi suegra.

—¡Suegris!, Que alegría verte.

Saludo de forma efusiva sentándome en mi lugar habitual junto a mi esposo, ella hace un mohín y me ignora mientras lee el periódico.

—¿Y tu marido? Parece un fantasma, nunca lo veo.

Pregunto con curiosidad ya que es muy extraño que el perro faldero de la vieja casi nunca esté en casa.

—Mi esposo viaja mucho por negocios, tu no lo entiendes porque solo eres una rémora que vive de mi hijo.

Responde escupiendo veneno como siempre que me habla.

—Madre, no comiences.

—¡Claro que no soy un parásito! Trabajo igual que tu hijo.

Respondo indignada, trabajo igual o mas que ella, la miro mal esperando que se atragante con el café, pero mi tía llama mi atención para que me acerque a ella.

—Es mentira, el hombre tiene una amante en cada ciudad y va a visitarlas cada tanto.

Susurra en mi oído, de forma disimulada para que la bruja no sepa que hablamos de ellos.

—Interesante…

Nota mental, averiguar mas a cerca del tipo, a lo mejor y consigo información valiosa para usar en contra de mi suegra.

Nos vamos a la oficina y al llegar me enfoco en el trabajo, tengo mucho que aprender y organizar para el lanzamiento de “Victoria la grande”, y tengo los días que estuvimos fuera jugándome en contra. Mi teléfono suena y veo que es un numero desconocido, lo mando al buzón, pero suena varias veces así que al ver tal insistencia decido responder.

—Vitto, gracias por contestar, necesito hablar contigo.

Es Sasha, ya sabía que volvería al ataque mas temprano que tarde, pero esta vez no voy a caer en sus juegos.

—No voy a darte mas dinero, te dije que me dejaras en paz, además ya no me importa lo que puedas decir de mi, haz lo que quieras traidora, hipócrita.

Ya no temo el escarnio publico, al final haga lo que haga siempre seré tildada de trepadora.

—Vitto, no es eso, por favor, ¿podemos vernos? Te invito un café ¿si?, porfis.

No sé para que insiste en verme, pero esta vez estoy preparada para voltearle la tortilla, voy a cobrarme lo que hizo, se va a arrepentir de haberme chantajeado y aunque estoy muy molesta no lo demuestro, así que le respondo con mi tono mas dulce para que muerda el anzuelo.

—Está bien, nos veremos a las dos de la tarde en la cafetería que está a 2 cuadras de la oficina.

Acepta feliz y yo de inmediato me pongo manos a la obra, no sabe lo que le espera. Llamo a mi tía porque ella ya sabe que debe hacer, la maldit4 Sasha va a tener un buen escarmiento.

—Hola hija, ¿necesitas algo?

Tía Sonya ya sabe que no es normal que la llame del trabajo y que si lo hago es para algo en especifico.

—Tía, te acuerdas lo que hablamos de Sasha, prepárate, es momento de darle una lección, ten listo lo que acordamos.

Luego de almorzar con mi esposo en nuestro lugar habitual, le pido que vuelva a la oficina sin mi, no quiero que sepa lo que vamos a hacer porque no quiero causarle mas problemas, así que finjo un malestar estomacal y trato de convencerlo de que no debo volver a la oficina de nuevo, pero el si porque tiene mucho trabajo atrasado así que me iré a casa en un taxi, se preocupa e insiste en llevarme al doctor, pero lo convenzo de que vuelva al trabajo y que yo me iré por mi cuenta. Luego de que se va, llamo un Ub3r que me llevará al lugar donde nos reuniremos mi tía y yo; una de las tareas que le puse cuando hablamos del tema fue conseguir una camioneta van negra, porque voy literalmente a secuestrar a mi ex mejor amiga y darle su merecido por traidora. Al llegar me subo en el lugar del pasajero y cuando estoy poniéndome el cinturón de seguridad salto del susto al escuchar en la ventana la voz de mi marido.

—¿A donde creen que van?

No puedo creer que me haya encontrado.

—¡Arthur! ¡Casi me matas del susto!

Reclamo enojada por la sorpresa.

—¿Adonde van? Y ¿de donde sacaron esa camioneta?

Gruño molesta porque no quería que el hiciera parte de esto, ya en bastantes problemas lo he metido, pero no sabe dejar estar las cosas.

—Mejor que no sepas esposo, ve a la oficina y hablamos cuando termine.

—No, lo siento. 
Abre la puerta y hace que me mueva para sentarse a mi lado.

—¿A donde vamos? y no te atrevas a ocultarme nada.

Estoy absolutamente incrédula con su actitud y mientras yo estoy totalmente frustrada el se ve sereno, como si fuéramos a ir de paseo.

—¿Como supiste donde estaba?

Me aseguré de que se fuera, hice todo a mi alcance para que no sospechara y aun así el muy bastardo me encontró.

—Te puse un chip de rastreo en el teléfono, además, tu, en taxi, no soy tan tonto, sospeché de inmediato que algo tramabas.

El hombre ya me conoce bastante bien, no me sorprende para nada, es mas inteligente de lo que yo pensaba, debo dejar de subestimarlo.

—No puedo creer que me estés rastreando.

—No eres la única toxica en esta relación, Entonces, ¿a donde vamos?

Mi tía sonrie como si le pareciera lo mas lindo del mundo que mi marido sea un loco controlador. Sin poder hacer nada mas al respecto, le cuento la situación y lo que planeo hacerle a la perra de mi ex amiga, cómo siempre no me juzga y busca la mejor manera de ayudarme.

—Si quieres que venga de buena gana, necesitas un buen anzuelo, déjame engatusarla con mis encantos.

No me gusta que coquetee con otras mujeres, porque estoy segura que cuando habla de encantos se refiere a su capacidad de hacer caer a las mujeres en sus redes, pero el fin justifica los medios y por ende voy a dejarlo que participe. Le hago una llamada a su móvil y le pido que no cuelgue y mantenga el teléfono en la mano para poder escuchar lo que sucede y estar lista para cuando traiga a la mujer hacia mi. Mi tía se queda en la camioneta ya que mientras yo me escondo, Arthur irá por Sasha y entonces ¡pum! Cuando menos se lo espere la dejaré inconsciente para llevarla a un lugar donde le voy a dar el susto de su vida.




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