Cazando el Heredero Millonario

36— SUEGRA MALVADA

VICTORIA


De vuelta a casa en la tarde aun no supero la vista de la tipeja esa, tenía planeado que fuéramos a ver a ver a mis padres y mi hermana para darles la noticia de mi embarazo porque mamá no hace si no acosarme por teléfono porque los he excluido de mi vida y en el fondo tiene razón, siguen siendo mi familia y debo dejar de ser una perra con ellos, pero con los eventos del día, la verdad es que no tengo ganas de ver a nadie ya tuve drama mas que suficiente por un dia.
Estoy segura de que Olga la trajo de vuelta solo para hacerme rabiar, ahora entiendo su advertencia cuando volvimos de París, ya tenia listo el ataque en mi contra y esa cualquiera era su As bajo la manga. Miro a mi esposo y parece que está en otro mundo, el es normalmente callado y serio, pero ahora se ve retraído, no me gusta, me preocupa que la mujerzuela esa se haya metido de nuevo en su sistema.

—Arthur, estás muy distraído, ¿es por la aparición de esa mujer?

Pregunto temerosa de su respuesta.

—Si, es por eso.

No esperaba que fuera tan honesto, un nudo se forma en mi garganta y siento ganas de llorar, pero antes de soltar las lagrimas que me están ahogando debo saber lo que realmente siente.

—¿Todavía la amas?


—No te hagas películas en la cabeza Vitto, solo… me tomó por sorpresa, alguna vez pensé que cuando la volviera a ver, mi corazón reaccionaría y los antiguos sentimientos florecerían, pero simplemente me desconcertó verla de nuevo y ya.

La odio con toda mi alma en este momento, si el admitiera que aun siente algo por ella mi corazón no podría soportarlo.

—¿Por qué fue eso?

—Cuando se paró frente a mi, fue desconcertante tener en frente una visión del pasado, pero en lo único que podía pensar era en ti, en que no quería que la vieras y te molestaras y creyeras que siento algo por ella todavía, porque no es así, mi corazón es solo tuyo, eres a quien amo y con quien quiero estar.

Me tranquiliza un poco saber que el me ha elegido a mi por encima de su ex amor, pero estoy muy emocional y mi cerebro insiste en llenarse de pensamientos negativos.

—¿De verdad no sientes nada por ella?

—Nada en absoluto.

Siento como el nudo que torturaba mi garganta se suelta y sin ningún motivo comienzo a llorar, ¿Qué diablos me pasa? Soy una mujer joven y fuerte que ha soportado demasiadas cosas sin derramar una sola lagrima y ahora lloro por todo, incluso viendo tonterías en internet. El detiene el auto, se quita el cinturón de seguridad y trata de calmarme.

—Deja de llorar amor, te juro que no miento, esa mujer no es nada para mi.

Cuanto mas habla, mas ganas de llorar me dan, no puedo controlarme, parezco una magdalena.

—No es por eso, ¡no sé que diablos me pasa! siento que estoy poseída por un espíritu que hace que me vuelva loca.

Me quita el cinturón y me abraza dándome besos en la cima de la cabeza y luego riéndose de mi.

—Es por la progesterona y los estrógenos, es normal.

Lo abrazo con fuerza y me quedo recostada en su pecho hasta que me siento mas tranquila.

—Eres mío Arthur, solo mío.

Hago mi reclamo sobre el, a la mierd4 la sucia cualquiera y todas las que creen que pueden arrebatarme su amor, nunca voy a separarme de el, ni la muerte nos podrá separar, si el muere primero moriré 5 minutos después y dejaré estipulado que deberán enterrarnos juntos uno encima del otro.

—Lo soy amor, soy solo tuyo. 

Por mas que el trata de hacerme sentir mejor, la verdad es que los siguientes días los paso preocupada por culpa de la grandísima zorra de su ex, se que si está compinchada con la vieja bruja, tratara de molestarnos lo mas que pueda y eso me está volviendo loca. Por otro lado no he cenado con la familia las ultimas noches porque no quiero ver a Olga, estoy un poco harta de las peleas y he estado demasiado vulnerable, estoy segura de que al tenerla en frente hubiera corrido sangre por lo sucedido con la ex de Arthur; pero hoy me siento mejor, vasta de esconderme, no pienso dejar que la vieja siga amedrentándome así que pongo mi mejor cara y los acompaño a la mesa.

—Trepa, pensé que me había librado al fin de tu presencia.

Se burla cuando me ve sentarme junto a mi esposo y mi tía.

—Olga, hoy no estoy de humor así que solo ignórame.

No me pierdo la sonrisa malvada que tiene en la cara, algo se trae y antes de poder preguntarle nada, veo lo que la maldit4 planeo para mi.

—¿Que hace esta mujer aquí? 
Vestida con el uniforme de sirvienta frente a mi con sonrisa de suficiencia, se encuentra la ex de Arthur sirviéndole a mi suegra una copa de vino.

—Dado que la servidumbre ahora ocupa un lugar en la mesa, tuve que traer personal nuevo y Zara conoce esta casa mejor que nadie así que me dije; ¿por qué no?

Esta vez Olga se pasó 3 pueblos, esto va mas allá de molestarme, está jugando con mis nervios y poniendo en riesgo mi salud y a su propio nieto.

—Quiero que se vaya ahora mismo.

Exijo tan molesta que me zumban los oídos de la ira mientras hablo.

—Vitto, no te alteres.

—¿Tu sabías de esto?

—¡Claro que no!

Responde indignado mi esposo tomándome de la mano y apretándola un poco como hace siempre que sabe que necesito calmarme.

—Lo siento cariño, mi casa, mis reglas.

Se burla la vieja desgraciada, siento la bilis subir por mi garganta, no puedo mostrar debilidad, pero no puedo aguantar mas todo el veneno que tengo dentro de mi.

—¿Quieres jugar? Está bien, pero luego no digas que no te lo advertí, vamos esposo, no quiero estar cerca de nada que haya tocado esa asquerosa.

Me levanto y el hace lo mismo sin soltarme la mano.

—Vitto , no te alteres, yo misma puedo prepárate la cena hija, déjame ir a la cocina y te la subo a tu habitación para que nadie te incomode.

Mi tía como siempre trata de hacerme las cosas mas fáciles, pero esto no se trata de comida, cómo siempre es un juego de poder. 

—No te preocupes tía, mi esposo multimillonario nos llevará a cenar fuera al mejor restaurante de la ciudad, si es necesario hacerlo todos los días, lo haremos, cortesía de la American Express de Olga.

Arthur no duda en seguirme, pero no salimos del comedor sin que mi esposo enfrente a su madre.

—Esto, es lo peor que has hecho madre, esta también es mi casa, voy a hablar con el abogado y como castigo voy a hacer que salgas de aquí junto con tu compinche.

Ella suelta una carcajada restándole importancia a las palabras de su hijo, cómo si solo fuera un chiquillo haciendo un berrinche.

—No sean tan dramáticos, no se por qué tanto problema, Zara solo está aquí para servirnos a todos incluyendo a la trepadora y su prole.

Estoy segura de que la susodicha viene a servirle solo a ella y tiene instrucciones de amargarme la vida y meterse con mi esposo, pero juro por mi vida, que no va a pasar 48 horas enteras en mi casa. Antes de salir del comedor me volteo y le hablo mirándola fijamente.

—Hoy, tu ganas, pero te juro que vas a pagarlo muy caro, voy a hacer que llores lagrimas de sangre. Vamos amor, el bebé está muerto de hambre.

—Donde tu quiera amor.

Responde siguiéndome la corriente, nos vamos hacia la salida pero tía Sonya no puede evitar enfrentar a la intrusa y a su ex patrona.

—Voy a vigilarte de cerca y si te atreves a hacerle algo a mi niña, te arrancaré la piel con mis propias manos y eso también va para ti, vieja bruja. 

—Tía, no les des mas importancia, déjalas, ambas van a salir de aquí mas pronto de lo que creen y por la puerta trasera, así que, disfruten su momento. 

Salimos de la casa y nos subimos rápidamente al auto de mi esposo con rumbo desconocido, estoy tan enojada que no creo que pueda ingerir ningún alimento.

—Arthur, hay que sacar esa arpía de nuestra casa cuanto antes.

Tengo que calmarme, porque cuando estoy así de ofuscada no puedo pensar ni planear nada y debo idear la manera perfecta para responder el ataque de mi suegra.

—Voy a solucionarlo, voy a echar a Zara a la calle, te lo prometo.

Se que el tiene buenas intenciones, pero necesito cortar de raíz el problema, debo hacer algo drástico para que la vieja me deje tranquila y lo piense dos veces antes de meterse conmigo de nuevo en el futuro.

—¿Y si tu madre no lo permite? Peor aun, ¿si esa mujer trata de seducirte y caes en sus redes?

Estoy segura que esa es su misión, seducir a Arthur y alejarlo de mi y mi esposo a veces es medio tonto.

—Voy a rechazarla como lo hice en mi oficina porque no me interesa nadie mas que tu, tienes que confiar en mi.

Confío en el, pero se que las mujeres cómo Zara juegan sucio para lograr sus objetivos.

—Sabes que ahora debo darle una lección a tu madre y no puedes intervenir.

Por mas que el me ame, Olga sigue siendo su madre y esta vez voy a dejarme de juegos y hacerla sufrir de verdad.

—Vitto, solo ignórala.

—No, voy a darle donde mas le duele, en el ego.

El suspira exasperado por mi negativa y trata de abogar por la vieja.

—Ella es insufrible, pero es mi madre, por favor déjame manejar esto, la solución no es seguir atacándonos.

Su optimismo me parece hasta un poco dulce, pero no podemos arreglar nada porque la vieja nunca va a ceder a menos que le de su buen escarmiento.

—Lo siento cariño, no; tía, mañana vas a organizar una reunión muy especial en la piscina con algunas amigas muy especiales.

Aunque no estoy calmada del todo, al menos mi mente esta de nuevo en el juego y debo sacar del cajón el plan que tenía reservado para emergencias.

—¿Con quien haremos eso? No tienes muchas amigas. 

—¿Con quien crees?, hay que traer la artillería pesada, llama a Sasha y dile que traiga una par de chicas del barrio, las mas fáciles y regaladas.

Comienzo a planear con mi tía lo que haremos mientras Arthur solo niega un poco decepcionado de que no quiera dejarlo manejar la situación.

—Revisa la agenda del viejo Spencer y asegúrate de que esté en casa cuando las chicas lleguen.

—Yo puedo hacer funcionar esa parte.

No puedo disimular la sorpresa cuando lo escucho decir que va a ayudarnos.

—¿Vas a participar?

—Tengo que, mama está tratando de dañar a mi mujer y a mi hijo, ustedes ahora son mi prioridad y si no accede por las buenas a sacar a esa mujer, va a tener que hacerlo por las malas.

Si no fuera porque va al volante y llevo una carga muy valiosa en mi vientre saltaría encima de el para besarlo.

—Eres el mejor esposo que una chica podría pedir. 

 




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