-Mamá, no quiero comer verduras!
-Hija te contare una historia, hacia un poco de tiempo ataras los días se hacían cada vez más eternos, sombríos y sobre todo solitarios para el niño.
Desde que nació lo único que oía hablar era sobre su desdicha, su futuro y que solo representaba la muerte, así le decían todos en la ciudad hasta podría decirse que el continente, las palabras susurradas, los deseos pedidos, las canciones cantadas, los mitos relatados e incluso las miradas lanzadas solo les decían una cosa.
"Bastardo nacido para la desgracia"
Su destino fue marcado mucho antes de ser concebido, el hijo pago los pecados de su padre y madre, demasiado bello que podría ser mortal, un don que heredo de su madre pero que era tan letal como sus actitudes y decisiones.
Asmiel montlier era el nombre del niño que con tan solo 10 años asesino a mas de 10 mil hombres, muchos dicen que en realidad fue su padre, los que sobrevivieron se volvieron locos repitiendo sin cesar.
“El esta aquí, el me encontrara y me matara, el esta aquí. Aquí. Aquí.”
Ese niño se convirtió en un pequeño demonio, parecía que su alma le perteneciera a el mismísimo infierno, hay noches en donde sale a cazar niñas para comérselas.
Así que hija mía come todas tus verduras o el pequeño demonio vendrá por ti en la noche.
-Mamá, no me asustes así…
Después de todo la historia distorsionada del muchacho era contada por los padres en busca de asustar a sus hijos para que se portaran bien, el monstruo que aparecía en tus sueños y vendría a comerte si no obedecías a tu mamá o tu papá, ese era uno de sus castigos otorgados por su propia sangre, ese es el castigo por nacer y tener un mal padre.