Cazando mentiras

Capitulo 2

El sol acaricio mi piel pálida, oía como los pájaros cantaban mientras se posaban en el árbol que estaba al frente de mi ventana, me senté sobre mi cama a observarlos y empecé a alistarme para poder irme, mientras acomodaba mi ropa sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo, hoy era el día en que les demostraría que todo había valido la pena, lograría pasar ese maldito sendero de la muerte, me uniría a los nebe y montaría un dragón, mi optimismo me mantenía viva al menos así fue hasta que vi a mi madre.

— Aliste tus cosas, te quiero fuera ahora, no arruines a nuestra familia con tu capricho, demuestra que a pesar de estar loca los Alarie jamás somos débiles ni mucho menos perdedores — sus ojos melancólicos no podían ocultar lo que su gélida voz expresaba, estaba preocupada y lo sabía, sentí culpa y un poco de arrepentimiento por ella, por mí, por mi decisión.

— Madre, estaré bien. Por algo soy tu hija, tengo sangre vencedora. Cuida a Irene mientras no estoy en casa.

Al retirarme pude sentir el aire pesado, palabras no dichas volando por la habitación, no me atreví a mirarla una vez más, no pude decirle lo que de verdad sentida, eso lo haría otro día, otro día podríamos hablar de todo esto y nos reiríamos de nuestro comportamiento, talvez si solo caminaba el pesar de mi corazón desaparecía, tal vez al no despedirme de mi padre o de Irene fue mi manera de enfrentar las cosas, estaba decidida y convencida con mi objetivó, ellos lo entenderían, no estaba loca o encaprichada, estaba decidida a hacer un cambió en nuestro país para vivir por fin en paz verdadera o para demostrar que no era un muñeca de porcelana que podían coleccionar .

Estaba absorta en mis pensamientos que sin darme cuenta choque con Mark, reconocería esos ojos ámbar a donde fuera que vaya, era notoriamente más alto que yo, su piel morena brillaba bajo el sol, tal vez en otro mundo él hubiera sido mi tipo ideal pero ahora solo lo veía como un gran amigo, como mi cómplice y mi amigo obligado de aventuras.

— Lilith, si sigues así harás que nos maten a ambos antes de cruzar ese sendero.

— Lo sé, lo sé, pero que sería de esto sin un poco de mi torpeza

Al cruzar todo el bosque con un carruaje demasiado llamativo para lo que estaba a punto de hacer, veía a un montón de jóvenes y adultos caminando directos a solo encontrar esos tres arcos de marcarían sus vidas, al bajar nos encontramos con los tres senderos con arcos, cada uno tenía un propósito igual pero un trayecto diferente, el primero te convertiría en un guerrero nebe, el segundo en un nuna y el tercero en un imeq, las diferencias eran sus pruebas mientras que un nebe atravesaba la muerte misma, los dragones o tus peores temores, un nuna tenía que camuflarse y no ser comido por bestias o matar a sus enemigos, por ultimo los imeq tenían que recuperar objetos debajo del mar y capturar una parte de las bestias marinas como prueba de su gran inteligencia y capacidad marítima.

Tragué mi miedo y reuní toda mi valentía para poder cruzar el sendero que elegí, lo llamaban el camino de la muerte porque era tétrico y carecía de vida propia, nunca imaginé que estar en un lugar como este fuera tan escalofriante, me había sobreestimado. Puse mi mirada al costado mío estaba Mark, si tenía miedo no lo demostró solo se veía su rostro calculador pero sus dedos en constante movimiento lo delataban.

El aire era denso y frío, y el silencio era abrumador. A medida que nos adentrábamos en el sendero, los árboles retorcidos parecían susurrar advertencias. Cada paso resonaba en el silencio, como si el camino mismo estuviera observándonos.

—¿Estás lista? —preguntó Mark, su voz un susurro entre la bruma.

Asentí, aunque mi corazón latía con fuerza. Sabía que este camino no era para los débiles; muchos habían fracasado antes que nosotros. Pero había algo en mí que me decía una y otra vez.

“tú eres capaz ”

No tardamos mucho en encontrar los primeros obstáculos. De repente, una densa niebla nos envolvió, oscureciendo nuestra visión. Las sombras danzantes se movían entre los árboles, y pronto nos encontramos ante un río profundo de oscuridad que parecía devorar todo a su paso.

—¿Cómo cruzamos esto? —pregunté, reprimiendo tanto cómo podía el pánico que comenzaba a apoderarse de mí.

El puente estaba hecho un desastre, nadie con mucho peso y sensatez podría cruzar eso, la distancia no era la peor si no el vació que amenazaba con tragarte, había un árbol grane que podría usarse como puente solo si tenías la valentía de saltar en su ultimo tramo.

Mark miró a su alrededor y se agachó para recoger una rama caída. Con ella, comenzó a probar la profundidad del río al lanzarla al vacío.

—Parece que si te caes morirás hecha pedazos por lo que haya dentro del rio —dijo—. Tal vez podamos saltar a través de ese árbol gigante.

Con una mezcla de miedo y determinación, tomé su mano y juntos escalamos para al estar al borde dar un salto al otro lado. La adrenalina me recorrió al sentir el suelo firme bajo mis pies pero fue pánico lo que me invadió segundos después, era una mano que me sostenía los tobillos, una cosa estaba saliendo de entre los muros de roca y tierra, sentí como sus garras se metían entre mi piel, quería gritar pero no podía sabía que si lo hacía seria mujer muerta, solo miré a la criatura y vi esos ojos grisáceos, dispuestos a devorarme si le demostraba una gota de pánico, Mark agarro su cuchillo dispuesto a clavárselo, vi el miedo en ojos de la criatura como si supiera que no debería estar aquí no en ese momento.

Lo único que se ocurrió decir fue por mi miedo o por mi insensatez tal vez.

— No soy una presa rica para digerir, te dará indigestión si me comes — estaba asegura que moriría sin siquiera llegar a la mitad de ese maldito sendero, pero escuche su voz en mi cabeza. Ahora sí que tenía pánico.

“Recuerda que solo un demonio puede montar a un dragón”




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