Cazando tu corazón

Capítulo Cinco:

Emily

En el momento en que entré al apartamento y vi a James parado frente a mi supe que algo andaba mal, ¿qué hacía aquí? ¿Cómo entró? Él sabe que no puede interferir, me excusé con Billie para poder atender a James, él se notaba celoso, suspiré, no podía hablarle en esta casa debido a las cámaras, tampoco podía decírselo, de alguna forma tenía que ingeniármela para sacarlo de allí, pero en el preciso momento en que sus ojos se aguaron tratando de hablar, lo abracé.

- ¿Qué ocurre cariño? - susurré acariciando su espalda en modo de consuelo.

- Mi mamá... mamá... - no conseguía decirlo, ay no, estoy imaginando lo peor, por favor que no se haya muerto la señora.

- ¿qué ocurre con tu madre? Tranquilo James, respira, estoy aquí para todo lo que necesites. - susurré colocando mis manos en sus hombros creando una distancia diminuta entre nosotros para así mirarle a la cara.

- Estaba enferma y Amy la llevó a hacerse un chequeo, estos arrojaron cáncer. - sollozo, parecía un niño, sabía que James era sensible pero jamás lo vi llorar, lo llevé a mi habitación para hablar más tranquilos, se recostó sobre mis piernas y lloró hasta quedarse dormido, suspiré mientras acariciaba su cabello.

Mi teléfono comenzó a vibrar, lo cogí como pude para no despertarle <<Llamada entrante, desconocido>> bufé.

- ¿Sí? - pregunté, en la otra línea se escuchaba la respiración.

 

- Soy yo, ¿cómo estás? ¿Todo bien? ¿Quién es ese chico? - preguntó, rodé los ojos.

- ¿cómo conseguiste mi número?

- Cassie - claro, era que no, no estaba molesta, pero me sentía de esa forma y no sé por qué. Billie susurraba cosas y no le prestaba atención.

- Te cuento mañana si quieres, pero ahora debo estar con mi amigo. - dije sinceramente, el susurró un << está bien>> y colgó, hombres, tan hormonales que son, reí, dejé a James con cuidado sobre un cojín para poder preparar algo de comer, de seguro no comía desde anoche. Esperé paciente, tarareando una canción como en los viejos tiempos cuando me iba a casa de él. La tarde avanzó lenta, temía que todo el proceso que había logrado con Billie se perdiera. - ¿Estás mejor? – pregunté al ver que aparecía, él asintió.

- ¿Me acompañas a verla? Siento que no puedo hacerlo solo... es mi madre, mi todo

- Está bien J, no tienes que explicarlo, iré contigo, pero debo pedir permiso, lo sabes. – Él asintió de mala gana, estaba celoso, lo que me causa mucha gracia. Comimos conversando de su familia, de la vida, le advertí con la mirada que no dijese nada sobre nosotros y cuando terminamos de limpiar la cocina fuimos a mi habitación, nos recostamos mirando el tejado, james me abrazó, no quería que lo hiciera, porque sabía en qué terminaríamos.

- Lo tienes loco – comentó, yo reí.

- Igual que a ti – él negó sonriendo, besó mi cuello y supe que no nos detendríamos, alcé mi cabeza para que continuara. – no creo que debamos. – susurré, pero me ignoró, y nos desnudamos, y nos disfrutamos mutuamente. – Joder, no debí hacer esto

- ¿Por qué te sientes culpable? – preguntó molesto acomodándose a mi lado, suspiré - ¿Te gusta?... Emi, responde, ¿A caso te gusta ese tipo? – su tono de voz se elevó provocando que me sobresaltara.

- ¡Como se te ocurre! Martinson es otro más, ¿Estás celoso? Sabes que no me engancho de mis víctimas... - su genio no mejoraba, estaba enojado y con justa razón, por primera vez en mucho tiempo había dudado de si me gustaba o no, pero analizándolo fríamente no me gustaba, me agradaba su forma de ser, sus animales, yo quería eso, un terreno gigante donde tener muchos animales... solo era una confusión boba por estar pasándola bien. - ¿sabes qué le dije para enamorarlo? – sus ojos se clavaron en los míos, lo besé antes de continuar. – Le dije "Sientes esto, sientes como late..."- James rio, claro que se sabía ese discurso, se lo había dicho una vez, pero me conocía demasiado bien. – Te quiero J – dije besándolo nuevamente, él se posó sobre mí, había extrañado estar en sus brazos. A la mañana siguiente desperté sola en la cama, busqué por toda la casa el rastro de James, mas no lo encontré, tomé una ducha larga, me vestí de forma cómoda para ir a almorzar con Cassie, me había mensajeado anoche diciendo que nos veríamos hoy al medio día, esa mujer me desesperaba, ojalá llevase a Nicholas, sé que es estúpido encariñarse con un niño, pero era demasiado dulce. Cogí mi cartera y tomé un taxi, ella ya estaba en el restaurante, estaba sola y con un semblante más que serio, joder, se enteró de James, era lo único que mi mente podía imaginar. Bajé con calma y de la misma forma caminé hacia ella, me dio una sonrisa fingida, ordenamos tranquilamente, hablamos de cosas de mujeres hasta que llegaron los platos, entonces me encaró.




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