Billie
No recuerdo cómo es que llegué a la habitación, estaba bastante bebido, lo suficiente como para dormir profundo, mas eso no ocurrió, las pesadillas aparecieron y estas parecieron demasiado real, podía sentir el cuerpo en mis manos, le removía para que reaccionara, los ojos de ese niño se multiplicaron por todo mi al rededor, las manos de aquel hombre me agarraron y comenzó a golpearme, me lo merecía, trataba de despertar, estaba consciente que era un sueño mas no lo conseguía. Uno de sus puños me noqueo, me fui a negro por segundos infinitos, abrí mis ojos para ver a Emily preocupada, estaba en el suelo, respirando agitadamente, joder, ella me dio agua para calmarme, quise contarle la historia, quería decirle pero no estaba listo, y ella pareció entenderlo, me acunó entre sus brazos y por primera vez en mucho tiempo, me sentí relajado, cómodo, en paz. Como si un "todo estará bien" realmente fuese cierto. El resto del día me dediqué a hablar con Chuck, la prensa había hecho su trabajo, éramos portada. Nos fuimos por la noche a casa, era un ambiente acogedor el que nos envolvía, le pedí que se quedase para que cuidara a Maggie por el día, mas no quiso, prometió visitarla así que la dejé en su casa tranquilamente, al llegar mi nana me abrazó, decía que estaba bien, que no pasaba nada, sin embargo, había mucho que me ocultaba y la única que parecía sacar eso era Em. Le conté de lo ocurrido por la mañana, necesitaba de su consejo, al parecer ella confiaba en Emily.
-Esta vez fue muy real, pude haberle hecho daño Mags...
-Esa chica te quiere Billie, lo ha demostrado, no saldrá corriendo... deberías darle una oportunidad, decirle tu historia. Ella no te lo va a preguntar, no es una chismosa.
-Sé que confías en ella Maggie, pero no puedo... simplemente no puedo.- ella asintió, besó mi frente y se fue a dormir. Al rato hice lo mismo.
A veces odiaba los lunes, me daban ganas de tomar vacaciones, sin embargo, cuando llegué a la oficina me esperaba un hombre, se veía bien vestido, estaba mordiéndose las uñas, mi secretaria indico que precisaba hablar conmigo urgente, le hice pasar, acomodé mis cosas y me senté.
-¿Quiere algo de beber?- pregunté amable, él negó.- Y bien, ¿Para qué me busca?
-Mi nombre es Emir Yılmaz, trabajo como administrador de una fábrica... iré al punto señor Martinson.- abrí un poco más mis ojos cuando dijo mi apellido, luego recordé que estaba en televisión.- estoy aquí para advertirle sobre Lisbeth... creo que es Emily ahora, la chica con la que está es una cazafortunas, ella solo lo engatusará para robar su dinero, no lo ha hecho solo conmigo, tengo contacto con algunas de sus víctimas, si usted... copera, podríamos desenmascararla.- dijo, sonreí, había funcionado, le habían reconocido y lo mejor de todo, habían venido conmigo y no a por ella. Hubo un silencio de por medio.- Usted no parece sorprendido...
-No lo estoy señor Yilmaz, la verdad, cual sea el nombre de esa mujer, ya había estafado a mi familia y todo esto es un plan de venganza, lo cual me facilita las cosas sabiendo que hay más involucrados, debemos encararla y humillarla... ¿suena bien no?- dije sonriéndole, él asintió, estaba satisfecho con mis palabras, quedamos en reunirnos nuevamente para planificar el día de los acontecimientos, mi secretaria anotó sus datos mientras yo organizaba mi trabajo. Eran las dos de la tarde cuando recibí una llamada desconocida, alguien quería reunirse conmigo a la tarde, tenía que ver con Emily, vaya que trabajó esta chica, ¿A cuántos había estafado? Qué descaro. Le di una dirección para juntarnos en un restaurant, ya vería ese tema luego del trabajo, que desgraciadamente, tenía acumulado.
Llamé a casa para avisar, Maggie me informó que Emily estaba con los caballos, no comenté al respecto, estaba molesto, y lo irónico era que estaba molesto porque se había acostado con quizás cuántas personas y yo... yo no... era una puta, una maldita prostituta inteligente. Bufé, no tenía cabeza para papeleo, quería saber de esta persona, quizás conocía a muchos más, la iba a humillar públicamente, lo divulgaría a la prensa...
Cuando dieron las ocho de la noche, me dirigí al restaurant dónde me juntaría con Hector. Este estaba esperándome, lucía elegante mas no formal, se veía mayor a mi, tendría unos 40 años... vaya, quizás con quién se metió, de pensarlo la cólera aumentaba. Nos saludamos con un apretón de manos, ordenamos algo mientras nos presentábamos, él era dueño de viñedos, incluso me regaló uno de forma cortés, eso explicaba el buen gusto de Emily.
-Voy a contarte cómo jugó conmigo, cuando te dicen que es una profesional, es porque lo es ¿sabes? La mayoría de las mujeres aman las joyas, los regalos, y jamás esperas que alguien tan desinteresado en tu dinero te apuñale por la espalda.- rio con nostalgia- la verdad esa chica fue una luz en mi vida, me jodio como no tienes idea, pude haberle dado todo lo que hubiese querido en su vida... más que ambición creo que le divierte esto, y no quiero que haga contigo lo que me hizo...- tragué duro, sí que le había enamorado. De seguro se acostó con él también.
#11115 en Joven Adulto
#42762 en Novela romántica
mentiras traición venganza verdades dolorosas geme, amistad amor, mentiras y dolor
Editado: 02.07.2019