Cazando tu corazón

Capítulo Trece:

Billy

En el momento en que vi a Emily llorar de esa manera supe que era real, se veía destrozada y mi curiosidad aumentó. ¿Qué pasado ocultas Emily? Parecía que no podía calmar su llanto, entonces hice lo que me pareció correcto, abrazarla. Acaricié su espalda mientras se desahogaba, se me estaba haciendo eterno, sin embargo, no irrumpiría en su momento. Tenía mi camisa empapada de sus lágrimas, pareció calmarse, respiró profundo tratando de evitar sus sollozos.

-Lo siento... por esto... yo....-limpió su rostro con ambas manos.

-Vamos, debes calmarte, me tienes preocupado Em... jamás te vi así.- y era verdad, jamás la vi en ese estado, todas sus paredes estaban completamente abajo. Salimos del auto, subimos por el elevador en silencio tomados de la mano, abrí la puerta sintiendo como seguía temblando. Me tomé la atribución de ir hasta su baño y prepararlo, una ducha caliente le haría bien.- Anda, toma una ducha caliente, te prepararé un te ¿vale?- asintió. Fui hasta su cocina y preparé un té con jengibre, Maggie siempre me daba eso cuando estaba alterado por mis pesadillas, quizás Maggie sabe algo de esto... Me senté en su sofa esperando paciente, llegó a mi lado, se veía dudar de qué decirme, tomé sus manos para acariciarles de forma confortante. -¿Te encuentras mejor?- pregunté intentando transmitir mi calma hacia ella, asintió regalándome una de sus sonrisas.

-Gracias, gracias por estar aquí.- susurró, y no lo resistí, la abracé, se recostó en mis piernas mientras yo acariciaba su húmedo cabello, se estaba durmiendo, vaya, qué fácil, descubrí su punto débil, caricias en el cabello. La cargué hasta su habitación, la acomodé para luego salir, tenía que pensar y averiguar quién era ese sujeto. Sostuvo mi mano impidiendo un movimiento.

-Quédate, por favor, prometo contarte todo mañana.- susurró, asentí, me cambié la ropa y por suerte Emily se había adueñado de algunas de mis poleras, me la coloqué quedando en solo boxers y esta, la abracé cariñosamente, demostrándole que estaba ahí para ella.- te quiero Billie, nunca dudes de ello.- susurró entre mi oído y el cuello para dormirse. Quedé estupefacto, se escuchaba demasiado sincero, quizás nunca me engañó, quizás yo no era parte de sus víctimas... ella me había dado su confianza y yo la traicionaría... joder. Sentí que mi pecho apretaba, muy fuerte.

Desperté por el sonido de la alarma, ella estaba despierta, me acomodé de modo para mirarla atento.

-Emily, quiero que me cuentes qué pasó realmente.- susurré, se veía pensativa. Tenía su mirada perdida.

-Es... difícil para mí Billie... es parte de mi pasado, uno que no quiero recordar...

-Pero quiero que me expliques por qué ese hombre te alteró tanto... ¿quién es?

-Logan fue...- comenzó a hablar, escuché atento y en silencio cada palabra, su voz ida, sumida en sus recuerdos sin dejar de narrar. Estaba en un estado de shock que trataba de disimular, esa chica frente a mi había pasado por algo retorcido para mis pensamientos, joder, ¿gay? Cuando terminó de narrar quise hablar mas no pude, juro que quise decir algo, suerte que mi teléfono sonó, le ignoré para darle ánimos, sin embargo cuando sonó por segunda vez me preocupé. Me paré para contestar, era mi abogado, el balance estaba bajando, estaba perdiendo dinero, y el culpable parecía apuntar a mi mejor amigo... suspiré. Regresé a la habitación complicado, quería estar para ella, pero esto era importante.

-Es una urgencia, debo ir...- le informé, ella asintió.- volveré en cuanto pueda... todo lo que me acabas de contar... es demasiado Emily, te quiero, ¿vale? No hagas una locura, vendré en cuanto pueda.- besé sus labios castamente, cogí mi ropa y me metí al baño, cuando salí ella estaba dormida, tenía que avisar a Maggie para que fuese a verla, estaba preocupado por su inestabilidad emocional, y la verdad, le creía completamente, quizás por eso se metió en este trabajo de estafadora, o tenía alguna explicación para ello. Tomé un taxi hasta la empresa, mi abogado estaba en mi oficina, saludé a mi secretaria con un gesto, estaba algo tenso y con demasiado en la cabeza.

- ¿Qué tal Billie?

-bien, algo estresado, cuéntame, ¿cómo es que está tan mal? ¿Cuánto perdimos?

-La deuda de tu amigo era de 500 millones, al firmar el contrato accediste a cubrir sus gastos así como él los tuyos en casos de emergencia, y creo que ese fue un caso... - un balde de agua fría cayó sobre mí, mi propio amigo no fue capaz de decirme  que necesitaba dinero, se lo hubiese prestado... sin embargo, había estado distante. Todo me daba vueltas, ya no sabía que diablos pensar. Decidí llamar a Chuck, esperé más de 5 tonos, marqué más de 100 veces, seguía sin responder, mi abogado me dejó diciendo que trataría de localizarle, una hora después volvió sin resultados. Joder. ¿Dónde mierda estaba? ¿Y si se metió en problemas? ¿Y si... si simplemente me estafó? Estaba desesperado, 500 millones significaba reducción de personal, por lo menos hasta recuperarlo. Me quedé meditando hasta que mi secretaria anunció que Emily se encontraba aquí, la dejé pasar de inmediato. Entró con paso de modelo, de seguro estaba burlándose de mi secretaria, creo que le provocaba celos.




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