Celda De Diamante

Cap. 13. Su versión III (Parte 4)

Erick continuó hablando, detalló bruscamente cada uno de los acontecimientos experimentados y perpetrados por sí mismo. Habló de cómo fue que subió el cuerpo de Sara Allen a su auto, cómo manejó hasta llegar a su casa y cómo, tras la ausencia que su madre y hermano representaron en su camino, pudo inducir a la pobre mujer a una larga y laboriosa tortura sexual convirtiéndola en un juguete para experimentar en nuevas formas coitales.

—No pensaba en lo que estaba haciendo, o en lo que podría pasarme si alguien se daba cuenta de que la tenía secuestrada, solo quería quitar de mi mente los recuerdos de aquella pelea.

Prosiguió a narrar la llegada de Rubén al pueblo, cómo fue su encuentro y el gusto que le dio volver a todos esos viejos recuerdos que el tiempo supo fomentar. Por fin habló de las veces indiscretas que visitó Harlatory; sus numerosos encuentros sexuales con algunas trabajadoras de los bares; le contó sobre la cabaña, propiedad de Carlise Helman; y la famosa bodega de Holdenville. Afirmó sobre pruebas existentes en dicho lugar y otras evidencias que si la policía buscaba bien, podrían hallar dentro del coche de Rubén. Su historia lo llevó al día que Steven y Byron llegaron, cómo se encontraron y cómo, decididos por el pacto de 1999, lo apoyaron firmemente.

Se expresó de una manera muy cruel de Byron y su negación a mantener copulación con Elizabeth, a pesar de que el resto del grupo casi lo obligan a intimar con ella.

—Por fin estuve cerca de comprender por qué los abusadores sexuales buscan este tipo de placer personal. Es extraño, pero sumamente obsesivo. Nunca se trata del sexo o del erotismo, Elaine, se trata más bien de la gratificación sexual inducida por la dominación, el poder y el castigo de imponer tus reglas. Te llena de recompensas, de ir más allá de lo que sientes y buscas, y cuando ya lo has conseguido, experimentas la victoria; lamentablemente cuando todo ha terminado vuelve ese impulso de necesidad, deseas ir por más y olvidas como detenerte. Podrán existir cientos de prostíbulos, prostitutas vendiéndose en las calles y mujeres que se presten a tener sexo casual sin recibir ningún pago monetario, pero ninguno va a darnos el sentimiento real que aflora de nuestro cuerpo al realizar lo primero.

—¿Quieres saber qué hicieron Rubén, Steven y Byron cuando les conté la verdad de Sara? Me apoyaron, Elaine. Todos disfrutaron igual que yo, todos menos uno, el cobarde de Byron que siempre trató de mantener una distancia prudente y alejada de nosotros.

Explicó lo que hizo con las pruebas principales que había dentro de su casa, cómo se deshizo de las sábanas, de los paños con sangre y la lámpara. Confesó el asesinato del policía encontrado en su camino rumbo a Holdenville, Malcolm Mendel, mostró cómo lo había golpeado, todo lo que le había dicho y la mentira de su verdadero destino. Dijo que durante ese momento Sara estaba dormida dentro del maletero del auto, y al sentirse casi descubierto, decidió asesinarlo. También afirmó que la sangre encontrada en un par de tenis negros de su armario, en realidad le pertenecía a él.

Con todo esto, la agente Collins realizaba innumerables apuntes mentales con las pruebas y evidencias que sumergirían a Erick en un largo viaje sin retorno.

—No entiendo cómo permiten que sujetos así entren a las fuerzas policiales del condado. El oficial de aquella noche fue un completo estúpido, jamás me debió dar la espalda. Confiar en mí y en mi aparente tranquilidad fue lo que realmente le arrebató la vida.

Erick describió la bodega de Holdenville como el segundo peor lugar al que hubiese entrado. Dijo que su aroma y sensación eran muy similares al departamento donde Brandle pasó sus últimos días de vida antes de su cruel asesinato. Lo señaló como una casona sucia y asquerosa con recuerdos de su infierno y maltrato.

Pasando a un nuevo punto y totalmente impactante para la agente que ya había escuchado casi por completo su historia, Erick mencionó el nombre de Matthew Grey, el famoso Pono, y el cómo fue que terminó estrangulándolo y arrojando su cuerpo en un punto boscoso de Arrowhead Area. Durante toda esta parte, Elaine lo observó atenta, esperaba detectar un rasgo de arrepentimiento y tristeza. Pues por cómo Howard se había expresado anteriormente del desafortunado hombre, la agente esperaba avistar un rasgo de culpa o tristeza, sin embargo nada de eso cortó la expresión fría y dura del asesino.

Erick permaneció en silencio un momento, le pidió a Elaine un mapa de Arrowhead Area, y posteriormente fue señalando y marcando con un bolígrafo rojo el punto exacto en el que los hombres de búsqueda y rescate podrían encontrar el cuerpo de Matthew Grey.

—Descríbeme exactamente cómo fue que estrangulaste a Matthew.

Erick suspiró y se ayudó de ambas manos para graficar lo que había sucedido.

—Él estaba dormido en la cama de Rubén cuando yo llegué a la cabaña, ya me habían dicho todo lo que Pono estaba diciendo, y eso me hizo molestar. Me abalancé sobre él, él se quedó bocarriba, viéndome, intentó gritar y pegarme, pero estaba tan ebrio que no lo consiguió. Yo seguí apretando su cuello, sus ojos se pusieron rojos, y fue alrededor de unos cinco o siete minutos que lo estuve presionando hasta que se quedó sin vida.

Y cuando Elaine pensó que las cosas no podrían ponerse peor, Erick comenzó a hablar sobre la tortura. Describió perfectamente y a detalle directo cuando le cortó la parte superior de los cuatro dedos a Sara y el que los hubiese cocinado:




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