Prologo
—Te encanta hacer mi trabajo difícil. ¿No es así? —sonrió al escuchar su voz, aun cuando el miedo me carcome por dentro.
Este lugar es espectral y no es para menos, en la boca del infierno se cierne una oscuridad devastadora. Un cielo ennegrecido, pero al mismo tiempo brillante, desatando una luz que baña toda la ciudad. Las altas rejas se encuentran abiertas, y el mismo príncipe de las tinieblas ha venido a darme la bienvenida.
Este lugar no parece tener salida, pero sentir el filo de la daga me da confianza. Tiene que existir una forma de regresar. En este tipo de momentos es cuando me pregunto ¿en qué estaba pensado cuando decidí volver?
—¿Es difícil cuestionar tus propias decisiones? —su voz es una burla ante mi debilidad y mis miedos.
—Lo es —admito en un susurro que lo hace soltar una carcajada suave y cantarina.
A la final no tuve el valor para mirar su rostro, sin embargo, eso no me detuvo para girar y enfrentarlo.
El príncipe de las tinieblas se ha llevado una buena estocada de una espada que lleva en sí misma la esencia de un arcángel. El mismo que lo envió directo a lo que es ahora su hogar.
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Editado: 27.07.2021