Celestial (luz de medianoche 2)

Señales

Capítulo 9: 

Señales

 

Dess

Una mente perturbada busca refugio en un espacio tranquilizador. Es donde me encuentro, en el único a donde mi mente me puede llevar y donde no me veo atrapada en mis propios miedos. Este frondoso bosque se ha convertido en mi sitio de confort, es tan cálido la luz del sol aquí que provoca nunca irse de este hermoso lugar.

—Debería mantener esos pensamientos lejos de aquí, tu lugar está en el plano terrenal —la voz de Diana es firme pero amigable.

Ella se ve como un ángel negro, por algo dicen que el mal no necesariamente es negro ni el bien blanco. Hay una luz en sus ojos que irradia todo el lugar. Si tan solo Romina y Santiago pudieran verla en su mejor esplendor.

—Tranquila no son mis planes quedarme —expreso feliz de verla.

—Y aun así estás aquí, sin que estuviera planeado que vinieras.

—Es que este lugar me tranquiliza, y con todo lo que paso y lo que está pasando, me siento pérdida —me desahogo.

 —Te va a tocar conseguir una brújula y ubicarte en el mundo —su frialdad es tan familiar, claro siempre hay un vampiro del otro lado de mi habitación—. Aún falta mucho por enfrentar.

Se queda en silencio mientras camina delante de mí de un lado al otro como si estuviera en medio de una difícil decisión, ese vaivén le dan aires de madurez, aunque en apariencia sigue siendo la misma chica que me suplico por su propia muerte, algo ha cambiado para bien.

—Se puede decir que estamos contra reloj y los rebeldes están ganando mucho terreno, más del que se debería. Hay demasiadas almas perdidas en este torbellino de confusiones. Es necesario cerrar los sellos que han sido profanados para dar equilibrio a la humanidad. El libre albedrío se está perdiendo entre tantas tinieblas. Donde hay tinieblas se es difícil ver con claridad ya sea para bien o para mal.

Sus palabras aunque son claras también son enredadas, es como un código que hay que descifrar. Si, definitivamente voy a necesitar una brújula y con urgencia.

—¿Dónde puedo encontrar los sellos? —la respuesta a esa pregunta sería un muy buen comienzo, debido a que la información sobre ellos es bastante escasa.

—No se encuentran en un lugar en específico, pero sobre la tierra debe ser cerrado. La muerte fue el sacrificio de su profanación y solo el alma renacida puede sellarlos.

¡Oh, Dios! ¿Es que no hay otra manera de decir las cosas que no sean por acertijos? —si claro como si me fuera a contestar.

—Supongo que me darás alguna otra pista aparte de los acertijos, porque lo único que conseguirán es darme un buen dolor de cabeza antes de que los pueda descifrar.

—Está atenta a cada señal que recibas de la corte celestial, es de allí donde encontrarás las respuestas —explica con voz pausada como si se me hiciera difícil entenderla—. Y diles también a los demás celestiales para que también estén atentos. ¿De acuerdo?

—Lo que digas —comienza a alejarse. Pero se detiene, gira la vista sobre su hombro para mirarme.

—Y una última cosa, observa en detalle lo que se te está por mostrar y al despertar debes ir a ese lugar. Hasta un próximo encuentro.

La negrura ante mis ojos me aterra, no tengo buenos recuerdos ante este tipo de ambiente, sin embargo las cosas comienzan a cambiar y el frondoso bosque es sustituido por una calle iluminada pero solitaria. Los locales se encuentran cerrados, parece una calle donde el alcohol y los excesos son el encanto del lugar. Avanzo, no sé por qué, solo tengo la necesidad de continuar y unas letras parpadeantes me siegan de momento “TENTACIÓN”.

Diana dijo que detallara todo, eso parece un buen punto de referencia.

Doblo en la esquina y como si fuera un lugar completamente distinto, sonidos rítmicos se alzan sobre el silencio sepulcral, ¿una celebración?

Me dejo llevar por la música hasta encontrarme con algo muy diferente a lo que mi mente asocia con celebración, estos es… no estoy muy segura en realidad. Las personas están reunidas, aglomeradas rodeando algo en el centro, me hago paso entre la multitud comprendida entre jóvenes, adultos y personas mayores. Lo enigmático es que ninguno parece percatarse de mi presencia, lo que me recuerda que esto es un sueño.

En el centro se lleva a cabo una extraña danza, una mujer con pronunciadas caderas y una piel oscura se mueve como si incitara a lo desconocido, a lo prohibido y un cuchillo brilla en sus manos a la luz de las farolas. A sus pies se encuentra un joven, con el torso desnudo y cubierto de extraño símbolos en un tono rojizo sobre la piel, se encuentra arrodillado con la espalda recta y la garganta expuesta. El rumbo que puede tomar este sueño, o lo que sea que me estén mostrando me aterra y paraliza, lo peor es que el chico no parece estar siendo obligado a permanecer en el centro de la celebración, todo lo contrario es como si estuviera allí por su propia voluntad.

—Esta noche llena de tinieblas, este fuerte joven se une a la causa para renacer como un ser celestial —la voz pertenece a una mujer que se encuentra de espaldas a mí, por lo que no puedo ver su rostro, pero todo mi ser grita que nada de esto resultará en un ser celestial, no de esta manera.




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