El despertador sonó y abrí los ojos, bostece y estire mis manos. Entonces mire a mi lado y estaba mi lindo niño durmiendo plácidamente.
A pesar de tener su propia habitación, viene por la madruga y se mete en mi cama
Lindo
Me acerque y plante un beso en su mejilla, el hizo una mueca, pero siguió durmiendo
Con cuidado salí de la cama y luego de la habitación, después de ir al baño preparé el desayuno y encendí la tele.
Ya hace casi un mes que regrese a California. Las cosas son pacíficas, Davet se pasa la tarde con Jim mientras yo voy a mi consultorio y trabajo.
Cuando llego a casa Davet está viendo televisión con Jim o ya está dormido. Le agradezco a Jim y tomo una ducha antes de ir a la cama y cuando despierto todo se repite.
—Auch... mmm...
Lleve una mano a mi estómago y me incline un poco. Después ayer me da de la nada un horrible dolor de estómago. Ya tomé unas pastillas, pero creo que no tengo de otra más que ir al médico.
Tengo consulta hasta las 3 y la siguiente es a las 5, estará bien en ir en ese periodo de tiempo al médico.
—Mama
Davet se acercó mientras tallaba sus ojos con su brazo. Me acerque con una sonrisa y acaricie su cabello
—¿Como despertó mi príncipe?
—Mami, tengo hambre
Me reí y le dije que tomara asiento. Luego acerque un plato de wafles junto con un licuado de plátano
—¿Chocolate o mermelada?
—¡Chocolate!
El desayuno de Davet siempre son wafles, si le doy otra cosa se molesta y no lo termina todo. Tomé asiento a su lado y sorbí un trago de la taza de café
—¿Mama no va a comer?
Pregunto Davet al darse cuenta que él ya va terminar y yo no he tocado mi plato
—Estaba un poco distraída, pero ahora como. Ya te falta poco, termina
Davet asintió feliz y corto con su tenedor otro trozo y lo llevo a su boca.
Por mi parte tuve que hacer un pequeño esfuerzo para no distorsionar mi expresión y comí pequeñas porciones
—¡Ya terminé!
—Buen niño, ahora ve y lávate los dientes
Asintió y se fue corriendo al baño, yo limpie la mesa y guarde las cosas en su lugar.
La hora de ir a trabajar se acercaba, así que aliste a Davet y en cuestión de una hora Jim ya lo estaba recogiendo
—¡Papá!
Como de costumbre, Davet corrió a sus brazos y Jim lo acepto por completo
—Hoy después de que termine mi turno iremos a comer algo delicioso
—¡Habrá juegos!
—Claro que si
Les sonreí a los dos hombres y le di a Jim la pequeña mochila de Davet
—Adiós mama
—Ten cuidado Davet
—Nos vemos en la noche
Asentí a las palabras de Jim y ambos se fueron. Me alegro de que en el lugar donde trabajo Jim cuenten con un área de niños para los hijos de los empleados
Davet está en un lugar seguro mientras sus padres trabajan. Eso hace que mis preocupaciones se reduzcan un 80%
Después de vestirme, salí del departamento y tomé un taxi. Mi consultorio es un local pequeño que antes se usaba como farmacia. Con la ayuda de los chicos la remodeló y ahora es algo decente.
Mi primer paciente es alguien con problemas de depresión. Es un chico de 14 años quien en su historial cuanta con 2 intentos de suicidio, un caso delicado y un cliente complicado
Con las cuatro sesiones que llevamos, apenas puedo lograr que diga un par de palabras. Pero aun así no me rendiré, ganare su confianza y lo ayudare a salir de su desprecio
Mi segundo paciente del día es una mujer que está en sus 30 años y ha dado a luz hace tres meses, es su cuarto hijo y es la primera vez que sufre de depresión posparto. Entiendo cómo se siente ya que yo también pase por lo mismo, pero con las 5 sesiones que llevamos, ya ha mejorado mucho.
Entre al consultorio, me senté frente al escritorio y prendí el ordenador. Comencé a revisar la agenda de lo que queda de la semana y por suerte todo está en orden y sin complicaciones
Dentro de media hora llega mi primer paciente del día, así que preparé un poco de café y puse algo de música.
—Uff
De nuevo ese maldito dolor, solo espero poder llevarlo bien hasta que sea mi descanso.
-Oh, a mi también me gusta One republic
Me sobresalte al escuchar una voz femenina, me gire hacia la puerta y mis ojos se encontraron con una linda chica rubia
Me parece conocida...
—Ha pasado tiempo Mara
La seguí mirando fijamente hasta que por fin la recordé. Se trata de la chica que estaba con William el día de mi regreso
—¿Que...?
Sus labios se alzaron un poco y eso me puso en alerta. Puse una barrera entre ambas y la miré con profesionalismo.
—¿Viene a agendar consulta?
Levanto una cena y luego sonrió con travesura.
—Si
Suspiré y asentí.
—Tome asiento por favor.
Ambas nos sentamos y abrí la pestaña de agenda en el ordenador.
—Nombre
—Elaina Rosen Philippe
—Edad
—23 años
Es joven
—¿Cuál es su problema?
Se quedo un momento en silencio y me miro como si estuviera examinándome y luego hablo.
—Estoy recayendo en las drogas y tengo un historial de problemas alimenticios.
Logre controlar mi expresión y mire a la pantalla del ordenador, estaba un poco sorprendida, pero es un paciente y no tengo que mostrar sentimientos que la hagan asustarse o dudar de necesitar ayuda.
—Número de teléfono.
Seguí con unas cuantas sencillas preguntas.
—¿Cuándo fue que te diste cuenta de tus problemas?
Mordió sus labios y sonrió.
—Hace 3 meses, en una fiesta probé un poco de... el polvito blanco...
Asentí para que continuara.
—Y cuando mi novio me dejo hace 2 meses, me dijo que estaba más rellenita y desde entonces reduzco cada día mi porción de comida.
—¿Por qué llegaste a la conclusión de que necesitas ayuda?