POV's William.
Esto es de lo peor.
Mis padres están aquí desde hace una semana y desde el primer momento sabía que esto sería muy incómodo.
Ahora mismo estamos en el comedor los cuatro. Mi padre esta frente a Ela y yo frente a mi madre.
Ambos se evitan lo más que puedan, pero cuando hay que salir para visitar algún centro de rehabilitación, por supuesto que hacen una gran actuación de padres preocupados haciendo a un lado sus diferencias por su hija quién los necesita.
—¿Ya tienes todo lo necesario Ela?
—Si mamá.
—Voy a hacer todo lo posible para visitarte cada 15 días y llamare cada semana para que me informen de tu estado.
—Lo de las visitas está bien, pero mejor llama a mi hermano. Total, les informaran lo mismo.
Mi madre suspiro con una cara no muy convincente, pero asintió.
—Por favor dime todo lo que te digan.
—No te preocupes madre que si quieres hasta lo grabó.
—A mí también por favor.
Miré a mi padre y asentí mientras llevaba el tenedor con un pedazo de carne a mi boca.
Ela estaba muy incómoda debido a las atenciones que le han dado nuestros padres después de años de abandono.
Cualquiera en su lugar estaría igual de incómodo y confundido, preguntándose si en verdad lo hacen por preocupación o solo para aparentar.
Sinceramente, creo que son sinceros con su preocupación, pero se tardaron tanto que en realidad no nos importa ni un poco.
Así que, como ellos al principio, nosotros estamos actuando como deben de actuar unos hijos. Y no porque en verdad seamos sinceros.
—¿Como has estado tu William?
Deje el tenedor en el aire y levante la vista.
—¿Cuándo piensas sentar cabeza? Eres el presidente ejecutivo de la empresa y como tal ya es la hora de que comiences una familia.
Suspire.
—Madre, padre. Mi hermano ha estado muy ocupado y apenas tiene tiempo para salir. Además, aun es joven...
—¿Ocupado? Hmm, tienes razón. Hace años que no lo veo encabezar un reportaje sobre alguna de sus conquistas jaja. ¿O es que eres más discreto?
—Si un poco.
Sonreí ante las carcajadas de mi padre.
—Digamos que, en su tiempo fue divertido.
Ela me miro con cuidado y mi padre levanto una ceja.
—Entonces, ¿aun no piensas casarte?
—Sobre eso...
—Está bien, déjalo en paz.
Interrumpió mi madre.
—Para ti siempre ha sido importe ese tema. Recuerdo como siempre intentabas juntarlo con hijas de tus socios, por esa razón el comenzó a llevarte la contraria.
—Oh, hablo la madre perfecta. Te recuerdo que tu también intentaste juntarlo con la hija de tu amiga, la mocosa estaba enamorada de Will y tu sin consultarle casi lo comprometes...
Ela cerro sus ojos y masajeo las esquinas su sien, yo simplemente deje abajo los utensilios y después de tomar un poco de jugo, deje la copa en la mesa y espere a que uno de los dos se levantara para que la discusión terminara.
—Dejando eso de lado, en verdad espero que nuestros hijos encuentren a una pareja que en verdad sea SINCERO hasta el final de sus vidas.
—¿Lo dices porque...?
—Ela, Will.
Ambos levantamos la vista hacia nuestra madre.
—En el mundo en verdad aún quedan personas nobles y puras. Así que, si encuentran a alguno, no lo dejen ir por nada del mundo.
Siguieron discutiendo y pensé las palabras de mi madre.
Sabía que Ela me miraba, pero no le tome atención ya que las palabras que me dijo ese mocoso hace 5 años hacían eco en mi cabeza.
—Aunque sepas que esa persona podría sufrir por tu pasado, ¿está bien aferrarse?
Pensé que mi murmullo seria ignorado, pero cuando terminé de hablar, el comedor se quedó en silencio.
Ela solo me miraba con una expresión que no decía mucho, pero mis padres estaban muy disgustados.
—¿Will...?
—¿Qué quieres...?
—Oh, tengo que irme.
Me puse de pie y me acerqué a Ela para besarle la frente.
—Descansen.
Sali de casa como si estuviera huyendo y subí a mi auto. Una vez dentro suspire y golpe levemente el volante.
La pantalla de mi celular brillo y cuando leí el mensaje, maldije a Carlo.
Hoy es el último fin de semana del mes. Eso significa que tengo que reunirme con los chicos.
Así que me dirigí al bar y en el camino pensé en algunas excusas para no ir a la discoteca.
—Hombre, hasta que llegas. Ya estaba por proponer ir a tu casa y sacarte de ahí.
Me senté y de inmediato me pasaron una cerveza
—Con esa cara, cualquiera sabría que no está de humor. ¿Esta tan feo con tus padres en casa?
Suspire y en vez de contestar, me empine la botella de cerveza. Los chicos se rieron e hicieron a un lado la conversación que casi comienzan sobre mis padres.
La noche es aburrida, solo hablan de deportes y de chicas. Miro a Mana quien también es siempre obligado a venir, está comiendo nachos mientras contesta una que otra pregunta.
—¡Mana! ¡Mana! Hoy si vienes a la discoteca, ¿verdad?
—No.
—¡Ahhh! ¡Maldita sea!
Carlo le dio 100 dólares a Gus y Mana rodo los ojos.
¿En verdad siempre fuimos así de ridículos?
—¡La comida ha llegado!
—¡Ah por fin! ¡Me muero de hambre!
Nachos, brochetas, pizza y demás, se colocaron en el centro de la mesa.
Por un buen rato las cosas estuvieron tranquilas, hasta que Carlo hablo en nuestro código.
—¡Uy! ¡2-2-0!
Todos a excepción de Mana y yo, miraron hacia la puerta.
2-2-0 es un código que inventamos hace años, el cual significa "Chica linda entrando"
Suspiré y llevé un trozo de pizza a mi boca.
—Es linda, pero no mi tipo.
—¿Que dices? Es hermosa. Tal vez parezca sencilla, pero es lo que la hace resaltar.
—Jaja lo que digas, pero viene acompañada.