Cenizas de amor

Capitulo 17

Me gusta este ambiente.

Estoy muy cómoda.

Zoe es muy atento y amable conmigo. Y sé que el fin presentarme a sus amigos es una manera de demostrar que es serio conmigo.

¿Y porque no?

Es atento, lindo y sobre todo adora a Davet.

Entonces porqué no....

Oh es verdad, yo... Ja.

Sentí como el cuerpo de Zoe se tensaba y eso me saco de mis pensamientos. Lo miré, pero entonces entendí por qué su repentina preocupación.

—Mara...

Como si fuera un instinto, de inmediato miré sobre Zoe y lo encontré. Su mirada temblaba y apretaba con fuerza sus puños.

Trague saliva y mi expresión debe de ser un poema ya que de inmediato los chicos supieron que algo tenso estaba pasando entre él y yo.

—¿Quiero hablar contigo?

—Déjala en paz...

—Le estoy hablando a ella.

Bajé la mirada y solo los escuché discutir. Mi corazón late como loco y me duele el pecho, no puedo, ahora mismo no puedo.

—¡Lárgate!

Zoe se puso de pie y se acercó peligrosa me a William, pero los chicos se entrometieron entre ambos.

—Cálmate, estas llamado mucho la atención y Mara no se ve bien.

De inmediato ambos me miraron y Zoe se acercó para envolverme en sus brazos.

—Creo que mejor nos vamos.

Me levanto con un pequeño estirón y cuando dio unos pasos la voz de William me alcanzo.

—Me gustas.

Era casi un susurro, pero las personas cerca lo escucharán.

Se que Zoe también lo escucho ya que se estremeció, yo gire un poco la cabeza, suficiente para verlo por el rabillo del ojo

—¡Me gustas Mara! ¡Durante estos 5 años no he dejado de amarte!

Esta vez lo grito a todo pulmón, me detuve y lo miré con la boca abierta. Todo el bar se quedó en silencio y la gente miraba hacia aquí.

—Nunca deje de amarte, ni una sola vez durante todo este tiempo.

Mi corazón no dejaba de latir, era tan rápido que sentía mi pecho estallaría en cualquier momento. Zoe apretó su agarre de mi muñeca, como si me estuviera diciendo que nos fuéramos.

Pero no podía moverme.

—Te quiero, Te amo. Eres la único para mí... Mara, dame una última oportunidad.

Un sueño, esto debe de ser un sueño.

—.....

No lo es, estoy temblando y sudando. Eso no sucede en los sueños.

Poco a poco mi mente se aclaró y pude controlarme. Desvíe la mirada y suspiré.

—Hace...

Lamí mis labios y pasé la saliva que se acumuló. Entonces lo mire y continúe con lo que quería decir.

—Hace 5 años te di una oportunidad, y tu respuesta fue clara. No vengas 5 años después diciendo que siempre sí.

William quería decir algo más pero su boca se cerró y miro hacia abajo.

Di por terminado la conversación y me di la vuelta. Mire a Zoe con una pequeña sonrisa y el desvío la mirada.

—Vamos.

Ahora fui yo quien lo arrastro hasta llegar al estacionamiento donde en silencio subimos al auto.

Mi corazón aun latía y sentí mi cara caliente.

Suspire y mire por la ventana.

Zoe no ha dicho ni una palabra y parece que no lo hará por un tiempo. Me da un poco de pena, ya que se, me quiere de manera sincera.

Pero no lo veo de esa manera.

Llegamos frente al apartamento y estaciono el auto, baje y para mi sorprendió el también.

—¿Qué pasa?

—Lo que sucedió en el bar...

—Ah, eso. Mejor hablemos dentro.

El asintió.

—Dejare el auto en el estacionamiento, sube.

—Okey.

Al llegar a mi departamento, me cambié de ropa por algo holgada e hice leche con chocolates.

Ya han pasado 15 minutos, me pregunto qué tanto estará haciendo.

¿Se habrá metido en problemas?

Recordé que hace unos días escuché que hay un vecino con mente muy cerrada que arma un escándalo si ve merodear por las noches a chicos desconocidos.

—Tengo que ir...

Cuando abrí la puerta me encontré con Zoe, me sorprendió y salte hacia atrás.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí?

—Perdón, estaba por tocar.

Sonreí y me hice a un lado para que entrara.

Su comportamiento era extraño. Parecía preocupado por algo, tal vez tenga que ver con lo que tiene que decirme.

Le acerque una taza con chocolate y el tomo un poco, me senté a su lado y espere a que hablará.

—Lo ocurrido en el bar, ¿Como te sientes sobre eso?

Suspiré y moví un poco mi cabeza para relajarme.

—Mi corazón latía mucho, mi cuerpo temblaba y estaba muy nerviosa. Quiero creer que es un sueño, pero el dolor en mi pecho lo contradice.

Me detuve unos segundos y después de tomar un poco de chocolate seguí.

—También tenía miedo...

—¿Miedo?

—Si, miedo de perdonarlo y saltar a sus brazos olvidando fácilmente todo lo que sufrí por el tiempo atrás.

Baje la cabeza y pedí perdón en mis pensamientos un millón de veces.

—Entonces, aun lo quieres.

De nuevo un silencio, lentamente levante la cabeza y lo mire.

—Si… lo siento.  

—¿Porque te disculpas?

—... No lo sé.

Me incline y tome una galleta, el crujido en mi boca era el único sonido en la sala, Zoe mordió su labio y eso me puso un poco ansiosa.

—Oye, creo que mejor ve a casa y descansa. Hoy me divertí mucho así que...

Me puse de pie, pero Zoe tomo mi mano y deje de hablar.

—Hay algo... Algo que yo tengo que decirte...

—¿Qué es?

Pregunte mientras volvía a sentarme.

—... Me odiaras y lo entenderé.

Fruncí el ceño y lo miré con preocupaciones.

—Mara en verdad me gustas, y después de lo ocurrido en el bar y pensar mucho mientras manejaba me di cuenta de algo.

Mi corazón latía, pero ahora por otra razón. El tono de su voz es muy serio y eso me asusta.

—No quiero una relación como la que vivió Alice con Artur. Donde solo una persona está enamorada y la otra está forzada. No quiero eso para ti, ni para mí.



#4505 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, mama

Editado: 18.09.2021

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