Cenizas de amor

Capítulo 20

—Y así fue como decidí darme una segunda oportunidad con Will...

Termine de contarle lo ocurrido anoche y Alice sonrió mientras que Abby me miraba con indiferencia.

—¡Abby al menos finge estar feliz!

—Estoy feliz, de verdad que lo estoy, solo no soy mucho de expresarlo.

Hice una mueca y de mal humor mordí mi tostada.

—Vaya, estoy tan feliz por ambos. Los felicito Mara.

Las palabras de Alice me subieron el ánimo y mi estado regreso a la normalidad.

—¿No comerás más?

Pregunte al ver su plato medio vacío.

—No, hoy tengo muchos ascos...

Alice suspiró.

—Este segundo embarazo es tan pesado, es muy inquieto, pero cuando patea quiero morir.

—Todos los embarazos son diferentes, puedes notarlo con lo tranquilo que fue tu primer embarazo.

—Hum, bueno cuando yo estuve embarazada de Davet también fue algunas veces pesado, pero nasa fuera de lo normal.

—Empiezo a creer que de verdad será niña.

—Oh, Bianca me dijo que lo sabrás en la próxima cita. ¿Volverán a hacer una fiesta de revelación de sexo?

—Andrew quiere... Bueno yo también lo quiero un poco. — me reí.

—Eso es genial, cuando yo supe el sexo de Davet hice un gran alboroto y comencé a comprar cosas color azul.

—¿No tuviste una fiesta?

—Solo una comida familiar, yo era muy joven y mis padres no estuvieron de acuerdo de inmediato, pero sabía que me apoyaban de todos modos. Además, la familia de mi madre se distanció ya que según era una mala influencia para sus hijas.

Recordé aquel horrible momento cuando mi tía me gritaba cosas y mi madre termino en una pelea por mi culpa. Al final cortaron toda relación y no pude despedirme de mi prima de la cual era muy cercana.

Me pregunto si le está yendo bien.

—Y ahora que estas con William... ¿Se te ha pasado por la cabeza darle un hermano a Davet?

Me quede en blanco unos segundos y termine riendo.

—Bueno, sinceramente no lo había pensado, pero ya veremos qué pasa.

—Oh, entonces no estas en contra de la idea.

Dijo Abby con una media sonrisa.

—Lo dejare a su juicio.

Charlamos un rato más y tuvimos que separamos ya que teníamos que volver al trabajo. Abby se fue en su auto y Alice me dejo en mi consultorio.

Le di las gracias a Alice y su chofer y salude a Joel cuando llegue.

—¿Ya llego mi paciente?

—No, pero le llego un paquete. Lo deje en su oficina.

—Muchas gracias.

Entre a mi oficina masajeando mi cuello y sonreí al ver un hermoso arreglo floral.

Tomé la tarjeta que está visible y la leí.

Aun pienso que es un sueño, pero tu aroma en mi ropa me dijo lo contrario. Gracias por darme una segunda oportunidad para hacerte feliz.

Te amo Mara.

Atte: Will

Acerque la tarjeta y el olor a fresas llego a mi nariz. Cerré los ojos y estuve un buen rato oliendo la tarjeta hasta que tocaron a la puerta y comenzó mi trabajo.

Era claro que mis pacientes estarían curiosos, y quien soy yo para negarles saber la razón de mi felicidad.

Cuando termino el día estaba lista para ir a casa con la compañía de Joel, pero alguien más me estaba esperando.

—¡Will!

Corrí hacia él y me aferre a su cuello mientras que el me levanto un poco.

—No espera, ¿Qué haces aquí? Aún es muy temprano para que tu trabajo haya acabado.

Él se río al ver mi repentino cambio de actitud.

—¿No estas siendo un niño malo?

Negó con una sonrisa y de nuevo me acerco tomándome de la cintura.

—Para nada, termine temprano.

Lo mire con los ojos entrecerrados esperando encontrar alguna señal, pero su expresión relajada termino convenciéndome.

—Gracias por las flores, me encantaron.

Bese su mejilla y el sonrió.

—Por cierto...

Metió la cabeza dentro de su auto y saco una bolsa de papel que me hizo reír.

—¿Cenamos?

Asentí entusiasmada y subimos al auto. Will compro hamburguesa, claro que de mi restaurante de comida rápida favorita.

—¿Fuiste con este auto a comprar hamburguesas?

—¿Tiene algo de malo?

—Jaja, seguro pensaron que eras algún tipo de mafioso.

—Eso explicaría por qué el ambiente era tenso.

Volví a reír, enserio este chico....

Cuando termine suspire y me relaje en el asiento, Will me coloco el cinturón de seguridad y de paso dejo un beso en mis labios.

—¿Es el postre?

Él se río.

—Quiero más.

Solo le tomo unos segundos y nuestros labios volvieron a unirse, fue un beso agradable y precioso, de eso donde no hay prisa y puedes sentir lo valioso que eres para el otro.

—Oh, si por mi fuera te besaría durante todo el día.

—Pienso lo mismo... Pero tengo un lindo niño que alimentar y cuidar, por lo que tengo que trabajar.

Hice una mueca y calculé el tiempo que tenemos dentro del auto.

—Y también tengo que llegar a casa, mi hijo se estresa cuando no llego la hora establecida.

—Davet... Ese niño....

Will se río y dejo un último beso rápido antes de acomodarse en su asiento y prender el auto.

Cuando llegamos frente al edificio, le di un beso en la mejilla y las gracias, pero tomo mi brazo suavemente.

—Eh...bueno, ¿Cuándo le dirás...?

Sonreí y acaricié su cabeza.

—El domingo, es el día que tengo libre y también Jim ocupa ese día para descansar, de hecho es el día que nos la pasamos encerrados todo el día viendo películas o jugando. ¿Te parece bien?

Will asintió.

—Entonces nos vemos

—Descansa.

Sali del auto e incluso ya dentro del edificio podía seguir sintiendo su mirada seguirme.

—¡Mamá!

Mi pequeño salto a mis piernas en el momento en que abrí la puerta, miré el reloj, ya era algo tarde para que siguiera despierto, pero siguió esperando por mí.



#1274 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, mama

Editado: 18.09.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.