Hipnos Lira
Cenizas de maldad
(La criatura de los ojos amarillos)
Prologo
Un ex soldado. Padre de familia. Un simple hombre que lucha en peleas sangrientas e improvistas de reglas para ganarse el pan de cada día de su familia. ¿Que puede tener de especial? Además de ser un sobreviviente de la gran guerra. Pues para causar que su nombre sea escuchado en los oscuros, funestos y miserables rincones de algún lugar del infierno, tiene que de alguna manera serlo… Pues allí en las penumbras ardientes de averno, una criatura horrenda y maloliente se inclina ante su gran señor para hacerle una pregunta, corta y directa, pues así le gusta a su amo, de lo contrario lo irritaría y despertaría su infinita ira.
Era necesario conseguir respuesta a aquella pregunta inverosímil.
-Mi… mi señor. ¿Es posible que un mor…mortal, en medio de emociones turbulentas y movido por lo que ellos llaman amor fraterno, pueda hacer es…esto?- Decía aquel demonio de ojos amarillos, con la cabeza gacha y tiritando ante la presencia de su cruel amo. Y con incertidumbre de una respuesta violenta. El demonio estiraba su larguirucha y huesuda mano, que terminaba en puntas delgadas y pulsantes, para mostrar unos puñados de cenizas verde-grisáceos, repugnantes y llenos de maldad.
Dedico este libro a mis hijos. Mi madre, mi abuela y mi esposa, que aunque no comparten mis ideas y mi oscuro concepto de la realidad, no sería quien soy sin ellos. Y sin ellos este libro no sería lo que hoy es:
La realidad a veces no es lo que parece, y lo que parece a veces no es la realidad.
Especial agradecimiento:
Nixon Sánchez.
Danjes Pérez.
Francis Centeno.
Elías Centeno.
Verónica Duran.
Abrahan Alvarado.
Wilmen Alvarado.
Primera parte
“A mi parecer, no hay nada más misericordioso en el mundo que la incapacidad del cerebro humano de correlacionar todos sus contenidos, vivimos en una placida isla de ignorancia en medio de mares negros e infinitos, pero no fue concebido que deberíamos llegar muy lejos. Hasta el momento las ciencias […] nos han causado poco daño; pero algún día, la reconstrucción de conocimientos dispersos nos dará a conocer tan terrible panorámica de la realidad, y lo terrorífico del lugar que ocupamos en ella.”
H. P. LOVECRAFT
<<La llamada de Cthulhu>>
Capítulo I
NOCHE DE LOCURA Y MUERTE
-Esta noche, señoras y señores, tendremos nada más y nada menos que la pelea más esperada de la temporada, la final que todos esperaban, el duelo de dos titanes, dos armas asesinas…-Proclamaba a grandes voces Adreus Perraut; Hombre menudo y escuálido, cuyo rasgo más llamativo de su aspecto era su muy peculiar bigote, el cual era una pequeña y delgada fila de pelos oscuros que cubrían la parte superior de sus delgados labios y que terminaban en puntas muchas más finas, erguidas y semicirculares, semejantes a los cuernos de un desdichado buey.
Para muchos ese mostacho era algo extremadamente ridículo, y hasta irritante, aún más cuando venía acompañado de una sonrisa forzada, donde vislumbraba una fila dispar de dientes amarillentos. Pero para él, aquel mostacho representaba clase y distinción. Algo totalmente ambiguo en un mundo arruinado, vacío y ofuscado, donde solo la supervivencia era la palabra común en el diccionario de todo ser vivo. El resto eran cosas extintas. Perdidas en el tiempo. Cuerpos muertos bajos de edificios igual de muertos, y cuyas toneladas de polvo y escombros lo cubrían todo por completo, como una sucia y maldita gran manta negra.