Cenizas del amanecer

Capítulo 4

Narrado por Kai — Año 2450, Arkoa

Siempre pensé que nada podía sorprenderme.
A los veintiún años he visto mutaciones, facciones peleando por comida, experimentos abandonados, y cadáveres que aún murmuran palabras que ya no significan nada.
Pero ver a Nova lanzar a un Vacío como si la realidad se hubiera doblado a su voluntad…
Eso me partió todas las certezas.

Y ver a Estela temblando, recordando cosas que jamás vivió… eso me rompió lo demás.

El subnivel vibra.
No por los Vacíos.
No por los Helix.
Sino por algo… más profundo.
Como si Arkoa, el mundo entero, estuviera conteniendo la respiración.

Erik retrocede hacia nosotras, interponiéndose entre las chicas y la horda que avanza.
Bella apunta con su arma artesanal pero su mano tiembla.
Stiven mueve la lanza corta con precisión, aunque su mandíbula está apretada.
Susan observa, calculando, intentando convertir el caos en lógica.

Los Helix siguen mirándonos como si fuéramos piezas defectuosas de una máquina que ellos construyeron.

Y yo… yo siento las vibraciones de los pasos, de los cuerpos, de la respiración.
Mi percepción aumentada no me deja escapar.
Lo veo todo.

—Tenemos que salir de acá —digo.

—¿Ah sí? —responde Bella sin apartar la vista del enemigo—. ¿Por dónde, genio?

Susan señala un túnel lateral.
—Allí. Subnivel dos conecta con un pasillo hacia el exterior.

Pero hay un problema.
Uno grande.

El agente principal Helix da un paso y bloquea la entrada con un simple movimiento de brazo.

—No pueden huir —dice, sereno—. No cuando dos de ustedes están despertando.

Me pongo delante de él sin pensarlo.

—Escuchá —le digo—. Si querés sangre, vas a tener que pasar sobre mí.

Lo analizo rápido.
Sus movimientos son precisos.
Su respiración es lenta.
El pulso en su cuello apenas se mueve.
Su traje absorbe el impacto de las balas.
Tal vez también de cuchillos.

Podría matarme en un segundo.
Pero aún así doy un paso adelante.

No voy a dejar que toquen a ninguna de ellas.

Los Vacíos rugen detrás, cayendo por el puente roto como animales impulsados por una fuerza invisible.
Están más agresivos que nunca.

Algo los está empujando.

El agente de Helix inclina la cabeza.
—Tu valentía es inútil. La evolución ya empezó. Ella —señala a Nova— abrió la puerta.

Nova retrocede.
Estela la sujeta.
Erik gruñe.

Nadie respira.

El primer Vacío se lanza hacia nosotros.

Y entonces, el mundo explota en movimiento.

---

Erik embiste al Vacío con una fuerza que solo tiene cuando está dispuesto a morir por nosotros.
El cuchillo corta carne, pero la criatura no grita: solo intenta morderle el brazo.
Erik lo patea y retrocede.

Bella dispara hacia otro Vacío. El proyectil artesanal atraviesa un ojo, pero la criatura sigue avanzando, tambaleante.

Stiven clava su lanza en el pecho de uno que casi cae encima de Susan.

Susan, rápida, lo empuja hacia un costado y grita:
—¡Derecha! ¡Otro viene por ahí!

Yo me muevo.
Mi cuerpo sabe qué hacer incluso antes de pensarlo.
La percepción aumentada me muestra cada ángulo, cada movimiento, cada respiración.

Golpeo a un Vacío en la rodilla.
Se desploma.
Le pateo la mandíbula hacia un lado hasta que se quiebra.

Tres más se lanzan hacia mí.
Uno desde arriba.
Otro desde la izquierda.
Uno más por detrás.

Veo sus rutas.
Veo el patrón.
Veo la secuencia.

Y reacciono.

Giro.
Esquivo.
Empujo.
Pateo.
Corto.

Pero no podemos luchar para siempre.

Los Helix, mientras tanto, observan.

No ayudan.
No atacan.
Solo miran como si todo fuera parte de un experimento.

Y eso me revienta la sangre.

—¡Hagan algo! —les grito—. ¡Si no nos van a matar, ayuden!

El agente principal responde sin emoción:
—Esto es necesario para evaluar su potencial.

Erik escupe sangre al suelo.
—¡A la mierda tu evaluación!

Nova intenta no caer.
Estela la sostiene, pero sé que está al borde.

Susan respira agitada.
Bella sangra del brazo.
Stiven tiene un corte en la mejilla.

Y yo sé que si esto sigue así, no vamos a resistir.

—¡Nova! —grito—. ¡Necesitamos tu pulso! ¡Lo que hiciste antes!

Ella sacude la cabeza, llorando.
—No sé cómo lo hice…

—¡Intentá! —insisto.

Erik la apoya.
—Podés, Nova. Estamos acá.

Sus ojos se nublan.
Su respiración se acelera.
La resonancia vibra tan fuerte que siento el aire temblar.

—Kai… —susurra Estela—. Algo viene.

Y entonces yo también lo siento.

Un cambio en el sonido.

Como si el mundo inhalara.

Los Vacíos frenan.
Los Helix se tensan.
Stiven se prepara.
Bella apunta.
Susan retrocede.
Erik abraza a Nova hacia él.

Y Nova…
Nova se dobla hacia adelante, gritando.

Un pulso invisible explota desde su cuerpo.
No como el anterior.
Este es más fuerte.
Más amplio.
Más… despierto.

Los Vacíos salen volando.
Los agentes Helix retroceden un paso.
El metal vibra.
Las ruinas crujen.

Y yo siento…
un eco en mi mente.

Un latido.
No mío.
No del mundo.
De algo antiguo.
De algo enterrado.

RESET.

La palabra aparece en mi cabeza como un golpe.

Nova cae de rodillas.
Erik se arrodilla con ella.
Estela cae también, sosteniéndose la cabeza.
Susan la sujeta.
Bella se tapa los oídos.
Stiven maldice.

Y los Helix…
por primera vez…
se sorprenden.

El agente principal murmura:

—Despertó el código primario…

Yo me acerco a Nova, temblando.

—Nova… ¿me escuchás?

Ella me mira con los ojos llenos de lágrimas y miedo…
pero también con algo más.




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