Narrado por Bella — Año 2450, Arkoa
Nunca pensé que vería a un Helix retroceder.
Creí que esa gente no tenía miedo de nada.
Pero ahora lo veo —esa figura rígida, enmascarada, temblando— mirando a la grieta como si fuera la boca de algún dios antiguo.
Y eso es exactamente lo que hace que mis manos empiecen a sudar.
Porque si incluso uno de ellos le teme, es porque lo que estamos viendo no es solo peligroso…
es antinatural.
La luz azul del Núcleo se retuerce como si la estuvieran absorbiendo desde dentro.
El metal vibra.
Las paredes tiemblan.
El aire se calienta.
Nova está en el suelo, sostenida por Erik, respirando con dificultad.
Estela está en las mismas, pero peor: sangra por la nariz y tiembla como si alguien la estuviera arrancando por dentro.
Stiven mira fijo la grieta, rígido, como si estuviera viendo algo que ninguno de nosotros quiere ver.
Kai se pone delante de todos, protegiéndonos a instinto.
Susan retrocede, contando números en voz baja.
El Helix observa como si el apocalipsis estuviera por empezar de nuevo.
Quizás sí.
Y entonces, la voz vuelve.
La voz del Eco.
Pero esta vez…
no susurra.
Retumba.
—Unidad 7…
Vení.
Erik aprieta más fuerte a Nova.
—¡NO! —grita—. ¡NO LA VAS A TOCAR!
La luz azul estalla.
Parece defender a Nova.
O reclamarla.
No puedo saberlo.
El Eco responde:
—Ella ya es mía.
Las paredes crujen.
Todo vibra.
Me cubro los oídos, aunque no sirve de nada: la voz se mete en la cabeza, no en los oídos.
—Bella —susurra Susan—. Esto no es un sistema.
No es tecnología.
Es… una conciencia.
La miro.
—¿Qué clase de conciencia?
Ella traga saliva.
—Una que sobrevivió a RESET.
Algo que quedó atrapado… dentro del código.
Muerto, pero vivo al mismo tiempo.
Erik grita, desesperado:
—¡Nova, decime algo! ¡Mírame!
Y ella lo mira.
Pero su mirada no es estable.
Está dividida.
Como si dentro de ella hubiera DOS reflejos.
—Hay… dos voces —susurra con un hilo de voz—. Dos… llamándome…
—No las escuches —dice Erik—. Nova, por favor, no las escuches.
Pero yo sé que no puede evitarlo.
Nadie podría.
El Núcleo retumba.
“Alerta. Interferencia externa detectada.”
“Defensa primaria activada.”
La luz azul se dirige hacia la grieta.
Como si quisiera cerrarla.
O destruirla.
El Eco responde con un rugido tan distorsionado que me hace arrodillarme.
—No pueden borrar lo que dejaron incompleto…
NO PUEDEN…
La grieta se abre más.
No mucho.
Pero lo suficiente para que la luz azul CHISPEE contra ella, como si chocaran dos imanes gigantes.
Kai grita:
—¡BELLA, STIVEN, ALEJENSE DE ESA COSA!
Stiven no se mueve.
—No puedo… —susurra—. Es como si me estuviera… mirando.
—¡STIVEN! —le grito, agarrándolo del brazo y tirando hacia atrás.
Él parpadea.
Por fin reacciona.
—Lo siento… lo siento… —dice, temblando—. Pero esa cosa… me habló. No como a Nova. A mí.
Me dijo… que yo tenía que ver.
Susan me mira horrorizada.
—Si el Eco puede influenciar incluso a alguien que no es una unidad…
No necesita terminar.
Todos entendemos.
Esto recién empieza.
De repente, la luz del Núcleo cae.
Unos segundos.
Como un corazón saltándose un latido.
El Helix murmura:
—El sistema… está fallando.
—¿Por culpa del Eco? —pregunta Kai.
—El Eco ES parte del sistema —corrige Susan—.
Pero no es una parte viva.
Es… un residuo. Un fantasma. Un error que tomó forma.
El Helix por fin lo dice:
—Es una sombra del código primario.
Un recuerdo.
Una memoria corrupta.
Y luego:
—Quiere lo mismo que el Núcleo.
—¿El mismo qué? —pregunto.
Él responde sin emoción.
—A las unidades.
A todas.
Mis dedos se congelan alrededor del arma.
Erik se vuelve hacia Nova.
—No te los va a llevar. No te va a tocar. No va a tocar a ninguna de ustedes.
Nova lo mira con lágrimas en los ojos.
—Estoy… rompiéndome…
Erik… creo que estoy rompiéndome…
Kai rompe el silencio.
—Bella.
Lo miro.
Tiene la peor expresión que le vi en mi vida.
—Si el Núcleo y el Eco quieren lo mismo…
entonces tarde o temprano van a pelearse entre sí.
Susan asiente, temblando.
—Y Nova y Estela son el premio.
Un frío helado me recorre la espalda.
El Eco vuelve a hablar.
Pero esta vez, no solo a Nova.
A todos.
—No pueden detener el ciclo…
Ustedes solo son testigos…
Las unidades… vuelven donde pertenecen…
La grieta pulsa.
El Núcleo responde con una ráfaga azul.
Kai grita:
—¡SE VIENEN ENCIMA!
El aire chisporrotea.
La energía se dobla.
Las luces explotan.
Y por un segundo…
solo un segundo…
algo asoma desde la grieta.
No un cuerpo.
No una sombra.
Un ojo.
Negro.
Profundo.
Sin párpado.
Como un agujero que mira dentro de nosotros.
Stiven jadea.
—¡Lo vi! ¡LO VI! ¡No es un error! ¡No es una voz! ¡Es UNA COSA! ¡UNA COSA REAL!
Erik coloca a Nova detrás de él.
—No van a tocarla —dice con una furia que me eriza la piel—. Ni a ella ni a Estela.
Y entonces…
La grieta lanza un chispazo oscuro.
El Núcleo lanza uno azul.
Los dos chocan en el aire.
Y todo explota en luz negra y luz azul.
Nova grita.
Estela grita.
El Helix cae de rodillas.
Susan cae hacia atrás.
Kai se cubre la cara.
Erik me grita que me tire al suelo.
Yo disparo sin ver.
Stiven lanza la lanza con precisión.