Narrado por Nova — Año 2450, Arkoa
Mi nombre me duele.
Nunca pensé que un nombre pudiera doler.
Pero el mío…
desde que lo grité…
se volvió una llave.
Una llave que abre cosas que no deberían abrirse.
El Núcleo respira.
El Eco susurra.
El Registro me mira.
Y yo…
Yo siento las tres cosas adentro mío.
Como si mi alma fuera una puerta mal cerrada.
Erik me sostiene como si me fuera a romper.
Tal vez tenga razón.
Tal vez ya me estoy rompiendo.
Estela está recostada a un metro de mí.
Respira.
Vive.
Pero su pulso… vibra en el mismo ritmo que el mío.
Somos dos piezas del mismo error.
Kai discute con el Registro.
Bella apunta.
Susan analiza.
Stiven respira como si estuviera viendo fantasmas.
Y yo…
Yo solo escucho voces.
Tres.
Tres voces distintas.
La voz del Núcleo:
fría, azul, matemática.
Me llama por mi número, no por mi nombre.
Unidad 7.
Unidad 7.
Unidad 7.
La voz del Eco:
oscura, rota, afilada.
Dice mi nombre como si lo hubiese inventado.
Nova.
Nova vení.
Nova devolveme lo que falta.
La voz del Registro:
blanca, vacía, sin emoción.
Me habla como si ya supiera lo que voy a sentir.
No seas débil.
No te fragmentes.
Sos la raíz.
Y yo…
Yo no quiero ser nada de eso.
—Nova —susurra Erik—.
Mirame. Por favor mirame.
Lo hago.
Y por un momento, solo un momento, vuelvo a ser yo.
Una chica de diecisiete en un mundo que se cae a pedazos.
La que corre.
La que ríe.
La que llora.
La que no quiere perder a nadie.
—No voy a dejar que te lleven —dice él, con los ojos húmedos—.
Ninguno de los tres.
Ni el Núcleo, ni el Eco, ni esa cosa blanca.
Le tiembla la voz.
Eso me asusta.
Erik nunca tiembla.
Pero yo sí.
Porque siento algo… moviéndose dentro.
Un tirón.
Como si algo invisible me jalara hacia la grieta.
Como si una parte de mí quisiera ir.
Como si algo que no soy yo me estuviera despertando.
—Erik… —susurro—.
Hay algo… adentro mío.
Él me abraza más fuerte.
—No me importa.
Sea lo que sea, vamos a sacarlo.
—No… —digo, temblando—.
No podés sacarlo.
Porque soy yo.
Erik abre los ojos, devastado.
—No digas eso.
No sos una máquina.
No sos un sistema.
No sos una unidad.
Sos NOVA.
La palabra se siente… tibia.
Humana.
Real.
Hasta que otra voz la pisa por encima.
—Unidad 7.
Estabilización fallida.
Proceso incompleto.
El Núcleo.
La sala vibra.
La luz azul se expande.
Entonces el Eco contesta desde la grieta:
—No la escuches, raíz.
Vení conmigo.
Conmigo eras completa.
Mi visión se vuelve borrosa.
Estela grita en su inconsciente.
Su cuerpo imita el mío como si compartiéramos el alma.
Kai avanza hacia mí.
—Nova, escuchame —dice, y por primera vez su voz no suena fuerte… suena humana—.
Vamos a entrar a esa grieta.
Vamos a sacar a Louis.
Y cuando lo tengamos, te vamos a estabilizar.
¿Me oís?
Vas a estar completa sin comernos a todos nosotros.
—Kai… —susurro—.
Tengo miedo.
Él traga saliva.
—Yo también.
Eso nunca lo había escuchado.
La grieta se expande.
Un centímetro.
Dos.
La sombra del Eco se estira, como dedos que quieren tocarme.
La luz del Núcleo se contrae, como si me reclamara.
Y el Registro…
El Registro se mueve hacia mí con pasos lentos, precisos, inevitables.
—No te acerques —gruñe Erik.
La figura se detiene.
—Unidad 7 requiere estabilización inmediata.
Si no se estabiliza ahora… su fragmento colapsará.
Si colapsa… absorbirá a todos.
Incluso a Estela.
—NO LA TOQUES —grita Erik, poniéndose delante mío.
La figura responde:
—No necesito tocarla.
Y entonces lo siento.
Una vibración.
En mi pecho.
En mi columna.
En mis dedos.
Como si una parte de mí quisiera desprenderse.
—Erik… —lloro—. Está empezando…
Susan corre hacia nosotros.
—Kai —le dice—.
Tenemos minutos.
Tal vez menos.
Bella mira la grieta.
—Si Louis está ahí…
y si su fragmento puede sincronizar a Nova…
—Entonces es nuestra única esperanza —completa Stiven.
El Registro asiente.
—Correcto.
Louis es el fragmento que falta.
Sin él, Unidad 7 se destruirá a sí misma tratando de completarse.
Erik aprieta los dientes.
—Y nosotros con ella —murmura.
Me tiembla el corazón.
Literalmente.
Lo siento golpear contra mi pecho irregularmente.
Una luz azul aparece debajo de la piel.
—Erik —digo, llorando, temblando—.
Creo que voy a… absorber.
No quiero.
No quiero.
No quiero.
Él me toma la cara con ambas manos.
—NO LO VAS A HACER.
NO VAS A LASTIMAR A NADIE.
TE LO PROMETO.
La voz del Eco se mete entre nosotros.
—Sí va a hacerlo.
Porque ella no es solo ella.
Es NOSOTROS.
Es lo que dejamos incompleto.
Y lo queremos de vuelta.
Una corriente negra sale de la grieta y me roza la muñeca.
Ardo.
Grito.
Erik me abraza.
Kai le grita a Susan:
—¿CÓMO ENTRAMOS?!
Susan corre hacia el panel del Núcleo, respirando rápido.
—Los planos son energía.
Si el Eco abrió una grieta… podemos abrirla más.
Pero necesitamos estabilidad…
y eso lo da uno de los fragmentos.