Narrado por Bella — Plano del Eco
Las sombras se mueven sin sonido.
Ni pasos.
Ni respiración.
Ni roce.
Pero yo sí hago ruido.
Mi corazón.
Mi arma.
Mi miedo.
Cuando el plano muerto se quiebra, cuando las siluetas empiezan a arrancarse de los espejos, siento algo que no sentía desde el primer día del colapso:
Instinto animal.
La necesidad pura, brutal, primitiva de sobrevivir.
Y también de protegerlos.
A ellos.
A mis idiotas.
A mis hermanos de ruinas.
Porque si no los protejo yo…
¿quién carajo lo va a hacer?
Louis está a unos metros.
Sus pies no tocan el suelo; flota como si el aire fuera agua.
Su piel está pálida, como si hubiese sido exprimida de vida.
Sus ojos brillan negro, como dos pozos sin fin.
Y su boca…
Cuando abre la boca…
no escucho un grito humano.
Escucho tres voces encima:
La de Louis.
La del Eco.
Y una voz que no conozco.
Una voz antigua.
Una voz rota.
—No se acerquen —digo, levantando el arma—.
No lo hagan.
Pero Nova da un paso adelante.
Erik la agarra del brazo.
—¡No!
¡No hasta que sepamos qué mierda está pasando!
Nova tiembla.
Pero yo sé lo que ella siente.
Lo mismo que siento yo:
Louis sigue ahí.
En alguna parte.
Enterrado.
Hundido.
Atrapado.
Pero vivo.
El Eco ríe a través de las sombras.
—Vino a mí voluntariamente.
Lo llamé…
y él respondió.
Kai escupe:
—¡Mentira! ¡LO SECUESTRASTE!
—¿Secuestrar?
Él vino porque es fragmento.
Porque pertenece a mí.
Igual que ustedes pertenecen a la raíz.
Igual que la raíz nos pertenece a todos.
Mi garganta se tensa.
—¡Callate! —le grito a la nada.
Las sombras se detienen.
Por un segundo.
Justo antes de atacarnos.
La primera sombra salta.
Es una silueta negra, larga, con brazos que no terminan nunca.
Le disparo en la cabeza.
El impacto debería partirla.
Pero la bala atraviesa como si fuera humo.
—¡NO FUNCIONA! —grito.
Susan:
—¡NO SON FÍSICAS!
¡SON ERRORES!
¡PROYECCIONES DEL ECO!
Otra sombra se lanza.
Kai la golpea con la lanza.
La atraviesa.
Nada.
Erik prepara una rodilla y la golpea con toda su fuerza.
La sombra se quiebra en pedazos…
pero se recompone en el aire.
Stiven murmura:
—Son como sueños.
No podemos romper sueños.
Susan niega.
—No son sueños.
Son residuos.
Memoria corrompida intentando tomar forma.
¡El Eco las usa como extensión de sí mismo!
Nova grita:
—LOUIS, ¡MIRAME! ¡SOY YO!
Louis gira la cabeza hacia ella.
Su cuello cruje como un palo viejo.
Y su voz sale distorsionada:
—No… v… vuelvan…
—Faltan… piezas…
—No estoy… yo…
El Eco lo apaga como si cerrara una boca ajena.
—Él es mío.
Algo dentro de mí se rompe.
—ESTA VEZ NO —digo y cargo hacia adelante.
Erik intenta agarrarme.
—¡BELLA, NO!
Pero no lo dejo.
No puedo.
No voy a permitir que Louis se quede atrapado acá.
No es una opción.
Las sombras se lanzan hacia mí.
Corro entre ellas.
Son como humo, pero si te tocan…
DUELEN.
Una roza mi brazo y siento como si me arrancara la piel.
El olor a quemado sube.
Kai grita:
—¡BELLA, VOLVÉ!
—¡NO!
¡VOY A SACAR A LOUIS DE ESO!
Una sombra más grande cae del techo del plano.
No debería haber techo, pero acá… todo tiene sentido y no tiene nada de sentido al mismo tiempo.
La sombra abre la boca.
Un agujero negro.
Sin dientes.
Sin lengua.
Pero se escuchan gritos desde adentro.
Gritos humanos.
Decenas.
Susan grita:
—¡NO LA TOQUES! ¡ESA COSA ABSORBE RECUERDOS!
Me agacho justo cuando la sombra pasa sobre mí.
Arranca cabello.
Arranca calor.
Arranca… algo más.
Pero no me detengo.
Louis está ahí.
En el centro del plano.
Como si algo lo mantuviera colgando.
Yo llego primera.
Me tiro adelante.
Agarro su muñeca.
—Louis…
Louis, escuchame…
Soy Bella…
Soy yo…
Louis tiembla.
La oscuridad en sus ojos se agrieta un segundo.
—Be… lla…
—Sí —susurro, llorando—.
Soy yo.
Estoy acá.
Te vamos a sacar de esto.
Te lo prometo.
Pero el Eco ruge:
—No lo tocarás.
Louis grita.
El sonido rompe espejos alrededor.
Yo me tapo los oídos.
Me sangran.
Kai y Erik se cubren.
Susan cae de rodillas.
Stiven, en cambio, se queda quieto.
Mirando.
Como si viera algo más.
—Bella —dice él—.
No lo jales.
Te vas a romper.
—¡NO ME IMPORTA! —rujo.
Louis me aprieta la mano.
Su piel está helada.
—Ay… u… da…
Las sombras empiezan a juntarse detrás de él.
Forman una masa negra.
Un cuerpo sin forma.
Un monstruo compuesto de errores.
Kai grita:
—¡BELLA, SALÍ DE AHÍ!
Pero Louis me mira.
Me mira de verdad.
Más allá del Eco.
Más allá del fragmento.
Y yo no me muevo.
Agarro su cara con ambas manos.
—Louis…
Respirá conmigo.
Estoy acá.
Estoy acá.
No te vayas.
No te vayas.
Erik carga hacia nosotros, esquivando sombras como un animal salvaje.
—¡NOS VAMOS YA MISMO!
La masa negra ruge.
Y Louis grita:
—¡SAQUENME… SAQUENME… SAQUENME YA!
Eso es suficiente.
Erik me agarra por la cintura.
Kai me empuja.
Stiven clava su lanza energética en el suelo de espejos.