Narrado por Nova — Ruinas de Arkoa
Mi nombre
tiembla en mi cabeza.
Nova.
Raíz incompleta.
Eco adentro.
Luz que parpadea.
Luz que se apaga.
Luz que intenta no romperse.
Pero ahora mismo…
no sé si soy luz.
Porque Stiven acaba de decirlo.
Soy el octavo.
Y algo en mí se quiebra.
No quiero creerlo.
No quiero imaginarlo.
Stiven, el callado.
El que siempre camina detrás.
El que nunca pide nada.
El que ve cosas que nosotros no vemos.
El que…
ahora está sonriendo.
Y no es su sonrisa.
No es la de Stiven.
No es humana.
Es como si algo tirara de la piel de su cara desde adentro.
—Stiven… —susurro, sin sentir mis labios.
Él me mira.
Sus ojos están iguales.
Color miel.
Tranquilos.
Demasiado tranquilos.
Erik da un paso adelante, poniéndose entre nosotros.
—No te acerques a Nova.
Stiven ladea la cabeza.
—No pienso hacerle daño.
Kai casi escupe:
—No pensamos darte la oportunidad.
La cápsula detrás de él late.
Con fuerza.
Con ritmo.
Como un corazón enorme queriendo romper una costilla.
Stiven suspira.
—No entienden nada…
Bella aprieta a Louis contra su pecho.
—Entonces explicá —ruge—.
EXPLICÁ AHORA.
Louis intenta hablar, pero solo tiembla.
Está frío.
Los ojos negros.
Demasiado negro.
Stiven se da vuelta hacia la cápsula.
La toca.
La piedra viva se deforma bajo sus dedos.
—No fui elegido.
Fui… modificado.
Susan frunce el ceño.
—Eso no tiene sentido.
No hay rastros de intervención física.
No tenías mutaciones cognitivas.
No tenías síntomas.
—Porque no desperté —dice Stiven—.
Todavía.
Erik sostiene el arma.
Su brazo tiembla.
—¿Qué te hizo el Eco?
—Nada —responde él—.
Me despertó.
Siento algo dentro de mí.
Un tirón.
Un eco pequeño.
Una vibración que no es mía.
Lo miro.
Y él me mira.
—Vos también lo sentís, ¿no? —dice—.
Nova.
Raíz.
Vos sos el puente.
Vos sos la mitad.
Y yo… soy la otra mitad.
Me arde el pecho.
Como si mi fragmento respondiera.
Negativamente.
Positivamente.
Todo junto.
—No —susurro, retrocediendo—.
No digas mi nombre así.
NO LO DIGAS.
Erik me toma del brazo para estabilizarme.
Kai mira a Stiven con un odio que nunca le vi.
Bella está llorando en silencio.
Susan analiza cada palabra, cada respiración.
Estela cierra los ojos, susurrando:
—Lo vi…
Hace años…
Lo vi despertar…
Louis gime.
—No lo dejen…
no lo dejen…
acercarse…
al nido…
Stiven sonríe más amplio.
—Es tarde para eso.
La cápsula estalla una grieta.
Un chasquido seco.
Un latido triple.
Yo retrocedo un paso.
—No —susurro—.
NO.
Stiven toca la grieta con un dedo.
La piedra viva se abre como piel húmeda.
Susan grita:
—¡¡NO LO TOQUES!!
—Es mío —responde él—.
Fui creado para esto.
Kai se prepara para atacar.
—¿CREADO POR QUIÉN?
Stiven gira la cabeza.
Lento.
Torcido.
—Por Helix.
Erik abre los ojos.
—¿¡QUÉ!?
¡Helix te hizo esto?
—No exactamente —dice Stiven—.
Me dejaron para que el Eco me eligiera.
La Orden sabía que el Eco necesitaría un anfitrión perfecto.
Uno sin ruido.
Sin memoria fuerte.
Sin miedo verdadero.
Bella tiembla.
—Stiven… vos eras nuestro amigo…
—Lo soy —dice él, sincero—.
Y no quiero lastimarlos.
Kai se adelanta.
—No te creemos.
—No quiero lastimarlos —repite Stiven—.
Pero si se interponen…
Se da vuelta del todo hacia la cápsula.
La grieta se abre más.
Una luz negra sale de adentro.
Oscura pero brillante.
Como si la sombra fuera líquida.
Yo siento que mi pecho se contrae.
Mi fragmento vibra.
Louis convulsiona en brazos de Bella.
—¡NO LO DEJEN… SALIR…! —grita.
Erik apunta a Stiven.
—¡¡NO TE ACERQUES MÁS!!
Y Stiven…
Se detiene.
Nos mira a todos.
Uno por uno.
Y dice:
—El Eco quiere nacer.
Yo soy el canal.
Nova es la chispa.
Louis es la llave.
Me quedo sin aire.
—¿Qué soy yo…? —pregunto en un hilo de voz.
Stiven me sonríe.
—Sos la raíz original.
Siento que mis piernas fallan.
Kai me agarra justo a tiempo.
Susan da un paso atrás, sin creer lo que escucha.
—Nova… no…
No es posible…
—Sí —dice Stiven—.
El Eco la creó a ella primero.
Antes del colapso.
Antes de RESET.
Antes de todo.
Mi cuerpo se sacude.
—Mentira —digo—.
Menti…
ri…
ra…
Pero mi fragmento late.
Late como si reconociera algo.
Erik está pálido.
Bella sin palabras.
Kai apoya su frente en la mía.
—Nova… escuchame —susurra—.
No importa lo que diga.
Vos sos vos.
Y yo estoy acá.
Sus manos me sostienen.
Me anclan.
Pero Stiven no terminó.
—El Eco quiere que todos vuelvan a él.
Pero para cruzar…
para nacer…
para tomar forma…
Toca la cápsula una vez más.
—Necesita que yo despierte.
Erik dispara.
Tres tiros.
Directo al pecho.
Las balas lo atraviesan como si fuera humo.
—No funciona —dice Stiven—.
Yo ya no soy un cuerpo.
Soy un canal.
La cápsula se abre.
De adentro sale…
Un brazo.
Negro.
Transparente.
Líquido.
Nova.
Respirá.
RESPIRÁ.
Mis manos tiemblan.
Mi cuerpo entero.
Mi luz interna.
Todo.
Louis empieza a gritar.
Convulsionar.
La sombra en sus ojos se mueve.
Bella llora.
Susan retrocede.