Capítulo 30

Narrado por Susan — Zona Corrupta del Eco

Bella corre directo hacia la sombra.

El piso bajo sus pies se hunde un centímetro y luego responde como si respirara.
El Eco.
La masa viva del Eco que está expandiéndose desde el nido roto.

Mi cerebro se dispara al máximo.

Análisis.
Cálculo.
Hipótesis.
Falla.
Corrección.
Hipótesis.
Falla.

La tierra entera es un error.

Un algoritmo que se está reescribiendo a sí mismo con nosotros adentro.

Kai la sigue con la mirada, listo para saltar.
Erik intenta levantarse de nuevo, tambaleando.
Nova tiembla, con la luz fracturada atravesándole la piel.
Louis convulsiona, siendo drenado sin que nadie lo toque.
Estela murmura palabras del pasado, como si su mente estuviera recibiendo ecos de algo que todavía no pasó.

Y Stiven…

Stiven observa.

Completamente quieto.
Completamente presente.
Como si fuera parte del paisaje.

O del problema.

Yo me incorporo, respirando rápido.

—Bella, ¡NO TOQUES la masa negra!
¡¡NO LO HAGAS!!

Bella no responde.

No la culpo.

Hay un punto donde la racionalidad ya no sirve.
Ese punto es ella ahora mismo.

Kai se acerca dos pasos hacia el nido y se detiene cuando el suelo se abre bajo él como si fuera un estómago.

—Susan —dice—.
Decime qué mierda es esto.

Respiro hondo.

—Es un campo de incubación.
El Eco está replicando materia para sostenerse fuera del plano original.

Kai hace un gesto.

—Traducción.

—Está construyendo un cuerpo —respondo—.
No uno.
Varios.

Louis grita desde el suelo.

Kai corre a él.

Pero Louis no deja de temblar.

—El Eco…
el Eco me está usando…
como antena…

Eso lo sabía.

Pero escucharlo así…

Duele.

El charco negro se contrae y se expande.
Se convierte en tentáculos.

Uno se lanza hacia Bella.

Ella lo esquiva con una agilidad brutal.

Pero no suficiente.

Un segundo tentáculo roza su brazo.

Bella grita.

Un grito corto.
Duro.
Real.

Y su piel se mancha.

Literalmente.

Una línea oscura aparece bajo su piel, ramificándose como venas muertas.

—¡¡BELLAAAA!! —grito.

Ella se retira, respira fuerte, se muerde la muñeca para no gritar otra vez.

—Estoy bien —dice entre dientes—.
Puedo seguir.

Pero yo lo sé.

La sombra la tocó.
Y la tocó demasiado.

Kai mira la mancha, horrorizado.

—Susan… eso es…

—Corrosión neural —respondo—.
La sombra intentó comerse su fragmento.
No lo logró… pero dejó marca.

Kai aprieta los dientes.

—Si toca a Nova, la absorbe.

—Si toca a Erik, también.

—Si toca a Louis… termina el nacimiento.

Me quedo fría.

Sí.

Eso es.

El Eco está construyendo su cuerpo.

Pero Louis es la llave final para completarlo.

Stiven confirma ese pensamiento sin que yo lo diga.

—El Eco necesita un contenedor estable.
Louis ya está contaminado…
y Nova es la raíz.
Cuando estén los dos conectados…

Erik, que apenas logra mantenerse de rodillas, ruge:

—¡CALLATE, STIVEN!

Pero Stiven no calla.

—Yo puedo evitarlo.

Kai lo apunta con el arma.

—¿CÓMO?

—Si dejan que despierte del todo.

Me río.

No debí reír, pero lo hago.

—¿Vos querés que dejemos nacer a un monstruo para “evitar” que nazca más grande?

Stiven ladea la cabeza.

—Es la única forma en que el Eco toma forma pura.
Si nace completo…
no los matará.

Bella se seca la sangre de la boca.

—No te creo un carajo.

—No estoy mintiendo —responde él con una calma que me aterra—.
Estoy programado para esto.

Me arde la idea.

—No sos una máquina.

—No —dice él—.
Soy un interfase.
Helix sabía que uno de nosotros podía abrirle la puerta al Eco.
Mi mente…
mi percepción…
fueron ajustadas para ser receptivas al plano corrupto.

—¡MENTIRA! —grita Kai—.
¡No te hicieron eso!
Vos eras nuestro amigo.
Eras parte del grupo.
No te manipularon.

Stiven lo mira… con tristeza real.

—Yo también quería creer eso.

El suelo tiembla fuerte.

La masa negra se eleva.

Una figura empieza a formarse desde adentro.

Un torso.
Un cuello.
Una cabeza sin rasgos.

Nova suelta un quejido.
Se agarra el pecho.

—No puede…
no puede nacer…
Todavía no…
no está completo…

Kai la sostiene.

Erik trata de ponerse de pie.

Yo busco cualquier cosa.
Cualquier solución.

Cualquier fórmula.

Y encuentro una.

Una terrible.

Una casi suicida.

—Tenemos que cortar el enlace —digo.

Bella respira rápido.

—¿Cómo?

Miro a Nova.
Miro a Louis.

—Los fragmentos están conectados al nido.
Si los desconectamos…
detenemos el nacimiento.

Kai frunce el ceño.

—¿Desconectar cómo?

Erik jadea.

—Susan…

Yo cierro los ojos.

—La conexión es neural.
Tenemos que crear un choque en el sistema.
Un cortocircuito energético.
Una interferencia.

Bella me entiende antes de que lo diga.

—¿Una explosión interna?

Asiento.

Kai me mira como si fuera loca.

—¿UNA EXPLOSIÓN ADENTRO DE ELLOS?

—No dentro de sus cuerpos —digo rápido—.
Dentro de sus fragmentos.

Erik se tambalea hacia mí.

—Susan…
Eso puede matarlos.

—Sí.

Nova lo escucha.
Su voz tiembla.

—¿Yo… voy a morir?

Me arrodillo frente a ella.
Le agarro las manos.

—No si lo hacemos bien.
No si medimos exacto.
No si Kai y Bella los sostienen.
No si Erik interfiere con su fragmento para estabilizarlos.

Erik abre los ojos, sorprendido.

—Yo… ¿puedo hacer eso?