Narrado por Nova — Camino hacia el Laboratorio Helix Nº3
Erik me lleva en brazos.
Sus pasos son estables, pero puedo sentir el peso que carga más allá de mí: el dolor en su costado, la fatiga en sus hombros, la angustia que no dice en voz alta.
El mundo está distinto.
No sé si es por mi fragmento, por el Eco, o por el impacto del choque interno que casi nos mata.
Pero todo… cambió.
El aire no suena igual.
La luz no cae igual.
Las sombras ya no se quedan quietas.
Y yo…
Yo veo cosas.
Cosas que no pasaron.
Cosas que quizás van a pasar.
Cosas que quizá nadie debería ver.
Parpadeo.
Por un segundo, no estoy en el bosque.
Estoy en un pasillo blanco.
Puertas metálicas.
Pantallas encendidas.
El logo de Helix repetido en las paredes.
Una voz susurra:
"Paciente N-01: inestabilidad lumínica persistente."
Miro mis manos.
La luz dentro de mi pecho parpadea con el mismo ritmo que el pasillo de mi visión.
No sé qué está pasando conmigo.
Solo sé que Helix tiene las respuestas.
Y Stiven…
o el Eco usando su cuerpo…
va directo hacia allí.
Susan camina a mi lado, respirando mal.
No lo muestra, pero sé que su cabeza arde.
El cálculo del estallido la quemó por dentro.
Bella va adelante, la única que todavía se mueve como si pudiera pelear en cualquier momento.
Aunque su brazo está oscuro.
La sombra sigue ahí, como una enfermedad esperando su turno.
Kai guía.
Él ve cosas que nadie más ve.
Siente lo que nadie más siente.
—Vamos bien —dice—.
Tiene unos veinte minutos de ventaja.
No más.
Erik aprieta mi mano.
—Aguantá, ¿sí?
Asiento.
Aunque no estoy segura.
Porque cuando cierro los ojos…
Estoy en una camilla.
Cables en mis brazos.
Un vidrio sobre mi rostro.
Luces frías.
Voces hablando:
"El fragmento responde."
"La niña es compatible."
"Puede contenerlo."
Y un niño.
Un niño con ojos oscuros.
Mirándome desde la otra camilla.
Stiven.
Abro los ojos de golpe.
Erik me mira, preocupado.
—¿Otra visión?
—No… —miento—.
Solo… me mareé.
¿Por qué vi eso?
¿Por qué veo a Stiven de niño?
¿Por qué veo las instalaciones de Helix como si hubiera estado ahí?
Susan me revisa con la mirada.
—Tu fragmento está reaccionando.
Era esperable.
—Susan —le digo—.
Creo que… recuerdo cosas que no viví.
Ella frena.
El grupo la imita.
—¿Qué tipo de cosas?
—A Helix.
Camillas.
Niños.
Stiven.
Kai se acerca.
—¿Qué viste de Stiven?
—Era un nene.
En una camilla.
En una sala blanca.
Conectado.
Como si…
como si hubiera formado parte del proyecto desde antes de conocernos.
Susan se queda helada.
Erik aprieta más fuerte mi mano.
Bella frunce el ceño.
—Entonces él sabía más de lo que dijo.
—No sabía —digo, segura sin saber por qué—.
No lo recordaba.
Como yo.
Silencio.
Kai respira hondo.
—El Eco no solo infecta.
Abre memorias.
Accede a internets neurológicas.
Si vos y Stiven estuvieron expuestos de chicos…
Susan completa:
—…entonces no es coincidencia que ambos tengan fragmentos compatibles.
Bella mira a Kai.
—¿Y vos?
¿Sentís algo tuyo que no sea tuyo?
Kai no responde de inmediato.
Después dice:
—Yo siento al Eco.
Eso es suficiente.
Seguimos caminando.
El bosque muta.
Las ramas parecen mirar.
Las hojas están demasiado quietas.
Hasta el viento es raro, como si empujara hacia una dirección específica.
El rastro negro sigue ahí.
Flotando.
Como si supiera que lo seguimos.
De pronto veo algo entre los árboles.
Una sombra moviéndose.
Alta.
Larga.
Humana.
Y no humana.
Parpadeo.
La sombra desaparece.
—Kai —susurro—.
No estamos solos.
Kai gira la cabeza.
—Lo sé.
Bella aprieta la daga.
Erik ajusta mi peso para tener una mano libre.
Louis, aunque mareado, observa alrededor con miedo creciente.
Susan calcula mentalmente la distancia a la salida del bosque.
Y yo…
Yo siento algo acercándose.
Algo que no es Stiven.
Algo que no es el Eco.
Algo distinto.
Algo que me reconoce.
—Viene alguien —digo, temblando.
—¿Helix? —pregunta Bella, lista para pelear.
—No —respondo.
Erik pone el arma frente a él.
—¿Quién, Nova?
Y yo…
yo veo una silueta entre los árboles.
Dos ojos brillan.
No con luz.
Con memoria.
Como los míos.
Y escucho una voz.
No en el aire.
En mi cabeza.
"N-01… te encontraron al fin."
Y la silueta da un paso adelante.
No es Stiven.
No es un monstruo.
No es un soldado.
Es un chico.
De mi edad.
Vivo.
Respirando.
Y con un fragmento de luz en el pecho.
—…¿Quién sos? —pregunto.
Él sonríe.
No con maldad.
Con reconocimiento.
Como si me hubiera esperado toda la vida.
—Soy el que escapó antes que ustedes.
Soy la falla que Helix no pudo borrar.
Hace una pausa.
—Soy el Número Dos.
Erik se queda congelado.
Bella maldice.
Susan palidece.
Kai retrocede un medio paso, como si hubiera visto un fantasma.
Y yo…
La luz en mi pecho responde a su luz.
Como si lo conociera.
Como si siempre hubiera estado esperándolo.
El Número Dos levanta la mano hacia mí.
—Nova…
tenemos que hablar.