Cenizas del amanecer

Capítulo 33

Narrado por Susan — Bosque mutado del corredor norte de Arkoa

Los fragmentos reaccionan.

El de Nova vibra como si quisiera escaparse de su pecho.
El del chico —el Número Dos— hace lo mismo, pero con un pulso más estable.

Más antiguo.
Más peligroso.

Kai se coloca frente a nosotros, en modo guardián.
Bella sostiene su daga, aunque el brazo corroído apenas le responde.
Erik balancea a Nova con una mano y apunta con el arma con la otra.
Louis se esconde parcialmente detrás mío.
Estela está rígida, mirando algo que tal vez ninguno de nosotros ve.

Y yo…

Yo observo al Número Dos.

Cabello oscuro.
Ojos demasiado tranquilos.
Piel pálida.
Cuerpo flaco, casi desnutrido.
Pero el fragmento dentro de él…

Eso no encaja.

Su luz no parpadea como la de Nova.
No late como la de Louis.
No colapsa como la de Erik.

Está completa.
Como si no fuera un fragmento.
Como si fuera la pieza entera.

Y eso me aterra.

—No vine a pelear —dice él con calma—.
Vine porque ustedes despertaron algo que no debían.

Kai se adelanta medio paso.

—Alejate de Nova.

—No puedo —responde el chico—.
Ella y yo fuimos creados para encontrarnos.

Nova respira hondo en los brazos de Erik.

—No entiendo… ¿por qué me conocés?

El Número Dos sonríe.
Y esa sonrisa me da escalofríos.

—Porque fuiste la primera.
La original.
La base del prototipo.

Erik baja el arma apenas.

—¿Original de qué?

El chico ladea la cabeza.

—Del Proyecto Lumen.

Louis traga saliva.

Bella aprieta los dientes.

Kai murmura:

—Sabía que algo así existía…

Pero yo.
Yo no sabía que era tan literal.

El Número Dos sigue:

—Helix no creó fragmentos.
Creó recipientes.
Niños capaces de contener energía que no pertenece a este plano.

Mis piernas se aflojan.

—¿Recipientes? —pregunto—.
¿Para qué?

El chico se acerca dos pasos.

Erik apunta otra vez.
Kai tensa todo el cuerpo.
Bella levanta la daga.

—No quiero lastimarlos —dice Número Dos—.
Si quisiera, ya lo habría hecho.

Y tiene razón.

La energía que emana no es humana.
Ni siquiera es parecida a la de Nova.

Es más profunda.

Más vieja.

Más consciente.

—Helix necesitaba niños —continúa él—.
Cerebros jóvenes.
Mentes sin conexiones rígidas.
Cuerpos capaces de adaptarse.
Para contener al Eco.

Kai frunce el ceño.

—¿El Eco?
¿Vos también lo sentís?

—No —dice Número Dos—.
Ya no lo siento.
Lo sentí durante años.
Hasta que lo saqué de mí.

Bella lo observa con asco y fascinación a la vez.

—¿Sacaste al Eco?
¿Cómo mierda se hace eso?

Número Dos sonríe con cansancio.

—Sobreviviendo.

Yo doy un paso adelante.

No sé por qué.
Tal vez porque necesito la verdad.
Tal vez porque tengo miedo de lo que significa.

—¿Qué sabe Helix de Nova?
Decilo todo.

El chico me mira.

No con hostilidad.

Con lástima.

—Nova es la Fase Uno.
El primer recipiente estable.
La primera niña que no murió durante el implante.

Erik se queda blanco.
Yo dejo de respirar.
Bella maldice.
Kai cierra las manos.
Louis baja la cabeza.
Estela murmura algo incomprensible.

Nova pregunta con una voz pequeña:

—¿Qué… qué me hicieron?

Número Dos baja la mirada.

—Lo mismo que a mí.
Lo mismo que a Stiven.
Lo mismo que a los otros.

—¿Qué otros? —pregunta Kai.

El chico nos mira, serio:

—Éramos doce.

El silencio que sigue es insoportable.

—Nova era la primera —continúa él—.
Yo era el segundo.
Stiven era el octavo.

Erik aprieta tanto la mandíbula que parece que se va a romper.

Bella se lleva la mano a la frente.

—¿Y los demás?

Número Dos responde con una simple palabra.

—Muertos.

Nova se quiebra un poco.

—¿Por qué yo…?
¿Por qué yo quedé viva?

El chico levanta la mirada.
Su expresión cambia.

Ya no es neutral.
Ya no es clínica.

Hay dolor.

Y también… algo más.

Algo cálido.

—Porque vos no lo rechazaste.
Vos y yo éramos los únicos compatibles al cien por ciento.
Los únicos que podían contener la luz sin romperse.

Kai hace un gesto.

—¿Por qué escapaste?

—Helix me iba a desconectar —dice él—.
Yo escuché los planes.
Me escondí.
Esperé.
Y aproveché un apagón para huir.

—¿Y viviste solo todo este tiempo? —pregunto.

—No del todo —responde—.
Viví con mis memorias.
Con mi fragmento.
Y con el miedo de que Helix viniera por mí.

Erik da un paso adelante.

—¿Por qué aparecés ahora?

—Porque no fui el único que despertó —dice él, mirando hacia el norte, hacia donde está Stiven—.
El Octavo despertó primero.
Y ahora está contaminado.

—¿Sabés qué es esa cosa que está dentro de él? —pregunta Bella.

El chico asiente.

—Sí.
Es la parte del Eco que no logramos contener.
La fracción que mató a los otros diez.
La fuerza que Helix intentó manipular.
La que nosotros rechazamos…

Mira a Nova.

—…y la que vos atrapaste sin querer.

Nova se estremece.

La luz en su pecho late al mismo ritmo que el fragmento del Número Dos.

La sincronía es perfecta.

Y eso…
me aterra más que cualquier monstruo.

—Nova —dice él, dando un paso hacia ella—.
Si no conectamos nuestros fragmentos…
Stiven va a destruir todo el continente.

Erik se interpone de inmediato.

—Ni lo sueñes.

Número Dos no retrocede.

—No quiero dañarla.
Quiero completarla.
Nos crearon juntos.
Somos dos mitades del mismo sistema.
Si nos unimos…
podemos contener al Eco.



#220 en Ciencia ficción

En el texto hay: postapocaliptica

Editado: 10.12.2025

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