Cenizas del destino final

Amar no es torturar

En un mar de tranquilidad,

donde el amor debería ser la guía,

se esconde una tortura,
que llena de sangre mi alma y mi vida.

Dices que me amas,
pero tus actos gritan lo contrario,
tú no me amas,
y ese vacío duele más que la muerte.

3378 gotas de sangre,
cada una una herida abierta,
un recuerdo de lo que pudo ser,
pero que se perdió en la oscuridad.

La muerte parece ser,
el final de esta agonía,
pero el amor verdadero,
no debería ser una tortura.




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