Cenizas En El Cielo.

Parte 1; Lo que los muertos dicen

Capitulo 1.

 

10 de agosto, 1940, Berlín, Alemania


No estaban invadiendo. Estábamos siendo perseguidos por dos fuerzas imparables, agresivas y realmente tenebrosas, una de ellas era mi familia, mi propia familia estaba en mi contra y me atormentaba todo el tiempo, y todo fue por elegirlo a él, por estar con el. Entonces huimos juntos en medio de una guerra. Tomada de su mano corría junto con el con toda la fuerza que mis piernas podían proporcionarme, agitación y miedo juntos crearon una nueva emoción realmente difícil de explicar. — ¡Corre más rápido, Amara, por favor! — vocifero con terror en los labios

— ¡Hugo, espera, ya no puedo! — Grite de pronto pero sin detenernos, ellos nos estaban alcanzando, los tiros al aire se hicieron presentes al igual que mi histeria, su mano me abandono y corrí delante de él, dimos vuelta a la izquierda y paramos en un callejón. El se dejo caer exhausto en el suelo y yo lo acompañe. Me solté a llorar — Ya todo va a estar bien — dijo levantando mi rostro posando sus manos grandes en mis mejillas, yo asentí desconsolada mirando sus ojos de color profundo y beso mi frente, un beso largo y doloroso, los soldados estaban merodeando teníamos que salir de ahí inmediatamente — Hugo — Mencione su nombre algo cansada esperando a que mi respiración se calmara — Tengo algo que decirte - Y diciendo esto los balazos comenzaron otra vez, el me levanto con fuerza y corrimos hasta perdernos entre los demás. Los tiros estaban volviéndome loca, había gente cayendo y sangrando, muertos en todas partes, valijas sin dueño, zapatos y abrigos, su mano esta vez estaba apretándome fuerte, un balazo se escucho demasiado cerca, entonces Hugo cayo de lado mío, y todo mi mundo se pauso, abrí los ojos como platos y asustada me deje caer al suelo ejerciendo presión en su pecho.
—¡Hugo! —Mis manos comenzaban a pintarse de su roja sangre. Algo se movió dentro de mí, provocándome nauseas. Mis sollozos eran extremadamente lamentables al ver la vista de Hugo desvanecerse y su color de piel palidecer — Hugo...— Susurre, me incline y bese su sien.

— Amara — Apenas dijo mi nombre ya estaba cansado de hablar, yo apretaba los ojos para hacerme creer a mi misma que esto no estaba pasando —No sabes cuánto te quiero — Me dijo entre gimoteos entonces me quebré por completo

— Hugo...—Dije entre mis sollozos - Levántate, no te puedes morir, hoy no, por favor Hugo ¡Por favor! - Grite desconsolada

— ¡Amara, amara, no me quiero morir!  — Grito desesperado

— ¡No! — Llore — ¡No me digas eso, Hugo, por favor no me dejes! — Grite amargamente. Entonces tome su mano izquierda quite la mía de su herida y pose la suya en mi vientre, yo sonreí con amargura al notar la expresión de sorpresa en su rostro

— No...— dijo sonriendo retorcidamente

— Si...— Solloce. Su mano estaba en mi vientre y la mía encima de la suya, sentía como mi interior dolía con fuerza — Vamos a ser papas, Hugo.

El sonrió en medio de su agonizante dolor — Levántate tenemos que casarnos, como me lo prometiste

— Perdóname, Amara

— No. ¡No me digas eso! —  Grite llena de dolor e impotencia

— Un bebe...— Dijo cansado. Sonreí a pesar de mis lagrimas - Si, un bebe

— Quiero que le cuentes de mi — Solté un suspiro. Sus palabras estaban matándome

—  Por favor Hugo, ¡Por favor, no te despidas de mi! — Brame desconsolada

— Tienes que irte Amara, vete, sálvate a ti y a nuestro bebe

— ¡No!

— Amara...— Su agonizante voz me estaba diciendo lo siguiente

— Te amo Hugo —  Entonces el sonrió

—  Cuídate mucho, Amara.

—  Hugo...— Suspire.

— Te estaré esperando

Se fue.

Cerró sus profundos ojos llenos de lágrimas de amargura y dolor. Su dolor se acabo,  se fue, Hugo se fue. Ese día mataron al amor de mi vida y junto a el también murieron mis ganas e estar en este mundo donde unos se comen a otros, donde por tener una diferente mentalidad y creencia te aniquilan, Hugo se fue y con él se fue mi voluntad. —  ¡HUGO! — Di un grito doloroso, el peor que pudieron haber soltado mis pulmones, mi cabeza cayo de golpe en su pecho bese sus labios fríos sabor a sangre, toque mi vientre y me puse de pie, corrí despavorida llorando un rio por dejar al amor de mi vida atrás.




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