Cerca de ti

Capítulo 04

Y de nuevo, comienza una nueva semana de clases. Los fines de semana siempre se me hacen demasiado cortos; apenas me da tiempo de terminar las tareas y prepararme para las clases. El día anterior me la paso explicándoles un tema de Biología a Elizabeth y Cherry, también a Noah, el novio de Eli, quien se cuela en la videollamada y aprovecha para sacarme toda la información posible para la tarea.

No me considero una persona con talento, pero si hay algo para lo que soy buena, es para estudiar. Se me hace muy sencillo comprender los temas y memorizar no se me complica para nada. Lo veo como mi don, ya que, para el área musical, artística o deportiva, soy un completo fiasco. Aunque me gusta salir a trotar de vez en cuando y hacer pilates o yoga para mantener una buena salud, jamás podría hacer algo a nivel competitivo.

Así que sí, en lo único que resalto es estudiando. Y el ranking de mejores notas del instituto lo demuestra: estoy en los primeros puestos, solamente superada por el presidente del Consejo. Llevamos años compitiendo por tener las mejores notas, pero nunca he sido capaz de superarlo.

Ni siquiera soy la mejor en el único talento que tengo. Chris, por otro lado, es carismático y tiene un talento innato en el fútbol soccer.

A mí siempre me dicen que soy una persona aburrida. Especialmente mi hermana menor, Alexia.

Y, hablando de Lex, aún no se le ha pasado la pequeña rabieta que hizo hace unos días. Aunque ya les habla a nuestros padres, no le queda de otra, pero con costos si nota mi presencia. En la mañana me dice:

—Andrea, ¿qué tanto haces en el baño? ¿Te moriste adentro o qué?

Al menos suena como la Alexia Holland de siempre y eso me da esperanzas de que se le pase lo que sea que la haya molestado. Es por eso mismo que ni siquiera quiero tocar el tema o hacer algo que la fastidie; las cosas ya se arreglarán solas.

Decido dedicarme únicamente a estudiar el tema para la presentación de ese día mientras ambas esperamos el autobús escolar. Aunque, qué gran sorpresa me llevo cuando lo que se estaciona frente a nosotros no es el tan conocido bus amarillo, sino un auto color verde militar. Es el auto de Chris.

Alzo la cabeza con desconcierto. El castaño tiene su cabello corto impecable, su pequeño flequillo está perfectamente peinado hacia atrás y la ropa que anda puesta lo hace ver muy varonil. Pero lo que le da el toque final es, por supuesto, esa hermosa sonrisa que me está mostrando. No puedo evitar sonreír como loca, mientras asimilo que Christopher Williams está frente a mi casa.

Debo habérmele quedado mirando mucho, ya que Lex me pincha el brazo con tanta fuerza que me queda doliendo. La miro mal, pero en eso me doy cuenta de que el castaño está diciendo algo.

—¿Ah?

Chris ríe ante mi repentina falta de comprensión.

—Dije que si las llevo.

Ah, con que eso era. Siento que sería molestarlo mucho, pero ya que él lo está ofreciendo, no hay que desaprovechar esa oportunidad. La que no lo piensa dos veces es Lex, quien se abalanza dentro del lujoso auto del castaño tan rápido que, cuando me doy cuenta, ya está en los asientos de atrás.

No me queda de otra más que seguir su ejemplo, pero cuando voy a sentarme junto a mi hermana, Chris me llama la atención y con un movimiento de cabeza me indica que me siente en la parte del copiloto. Lo hago sin darle muchas vueltas al asunto.

—Así que tú eres el novio de Andrea, presi—espetó mi hermana de repente.

Vaya forma de empezar una conversación. “Delicadez” no es una de las cualidades que destacan a mi hermana.

—Hola… Alexia, ¿verdad?

Oh, no. Supongo que esto va a pasar.

—Llámame Lex—exclama con molestia la morena—. Nunca vuelvas a decirme de esa forma si no quieres que te grape la lengua.

Yo casi me hago pequeña en mi lugar de la vergüenza. Tener una hermana menor amenazante no es muy atractivo para mi currículum de “novia real”. Si mi hermana lo sigue tratando así, el pobre chico va a huir de la familia Holland lo más rápido que pueda. Y no puedo permitir que eso pase, ¡no le daría tiempo de conocerme mejor! Para mi suerte, el castaño se lo toma en broma. Chris ríe, pero me voltea a ver con disimulo pidiendo explicaciones.

—A Lex no le gusta su nombre—me limito a decir.

Detrás de mí, la menor de las Holland se revuelve en su lugar.

—¡Lo odio!

—Ya, entiendo—dice Chris, pero después frunce el entrecejo—. Pero no entiendo por qué no te gusta tu nombre, suena como a la realeza o algo así.

—Exactamente por eso. Supéralo, ¿quieres? Y solo llámame Lex.

—¿Por qué Lex y no Alex, como una persona normal?

Hago una mueca, ni siquiera puedo predecir lo que se viene.

—¿Cómo todas las personas corrientes? ¿Y por qué a ti te dicen Chris y no Topher? Es más original.

Vuelvo a ver a Chris, él me mira con una mueca en la que me pide ayuda. Yo solo me encojo de hombros en respuesta. El castaño se piensa un poco más la pregunta de Lex, pero no le da tiempo, ya que la menor de las Holland salta en su asiento y dice:

—¿Sabes qué?—dice, mientras se inclina en medio de nuestros dos asientos—. Desde ahora te llamaré Topher.




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